Sin cr¨ªticas a la Constituci¨®n

Giscard D'Estaing present¨® el lunes el esqueleto de una Constituci¨®n para Europa y las horas transcurridas desde entonces han servido para comprobar que ning¨²n Gobierno de los Quince ni de los pa¨ªses candidatos ha rechazado que Europa cuente con su propia Carta Magna el a?o que viene o el pr¨®ximo. El Reino Unido, el ¨²ltimo en aceptar esa posibilidad el mes pasado, ha puesto numerosas objeciones, como lo han hecho los pa¨ªses n¨®rdicos o algunos Estados peque?os, pero ninguno se opone a su existencia.

Como sostienen en el Consejo de la Uni¨®n, Giscard y los 12 integrantes del Presidium u ¨®rgano de direcci¨®n (entre ellos los espa?oles Ana Palacio y el eurodiputado I?igo M¨¦ndez de Vigo) 'han intentado mantener el dif¨ªcil equilibrio entre federalistas y antifederalistas'. Dicho equilibrio queda reflejado en el esbozo del art¨ªculo primero cuando se?ala que la Uni¨®n Europea es una 'uni¨®n de Estados' que gestiona en com¨²n determinadas competencias bajo una 'f¨®rmula federal'. El anteproyecto cita en cap¨ªtulo aparte las competencias que sin duda seguir¨¢n bajo el paraguas de los Gobiernos: las pol¨ªticas exterior, de defensa y de justicia e interior.

Ese equilibrio ha evitado hasta el momento el rechazo de los m¨¢s federalistas (Alemania o el Benelux) y de los m¨¢s antifederalistas (Espa?a y Francia, entre ellos). Pero, como record¨® Giscard, 'a¨²n quedan por rellenar numerosas casillas' que ser¨¢n claves. Porque frente a ideas claras, como la doble ciudadan¨ªa o la posibilidad de expulsar del club al que viole sus principios, hay que determinar c¨®mo se elige al presidente de la Comisi¨®n Europea, si habr¨¢ un presidente del Consejo Europeo o un equipo de pa¨ªses en la presidencia o si ser¨¢ aceptada la creaci¨®n del Congreso de los Pueblos de Europa, una c¨¢mara de parlamentarios nacionales y eurodiputados que Giscard se ha sacado de la manga y que a nadie acaba de gustar.