Algo huele a podrido
En Andaluc¨ªa se encuentra la bolsa de trabajo precario m¨¢s grande de toda Espa?a, y sin temor a equivocarme de toda la Uni¨®n Europea (UE), en el ¨¢mbito de las Administraciones P¨²blicas.
M¨¢s de 20.000 interinos docentes malviven con la espada de Damocles de la incertidumbre laboral a la que est¨¢n sometidos por una administraci¨®n andaluza falta de voluntad para resolver el problema. Estos d¨ªas se negocian, entre sindicatos y administraci¨®n, las condiciones laborales de este colectivo. La Consejer¨ªa de Educaci¨®n, una vez m¨¢s, haciendo alarde de su visi¨®n cicatera del problema, les ofrece la garant¨ªa de trabajar dos a?os m¨¢s... Sencillamente vergonzoso. S¨®lo esto sonrojar¨ªa al m¨¢s negrero de nuestros empresarios privados.
Estos profesionales docentes, que por su n¨²mero y funci¨®n forman parte estructural del sistema educativo andaluz y realizan el mismo trabajo y con la misma competencia profesional que sus compa?eros de aula, reciben por parte de la administraci¨®n andaluza un tratamiento desigual tanto en sus condiciones laborales (hacen el trabajo sucio de la ense?anza), como salariales (no cobran trienios ni sexenios).
Ante tal atropello a la l¨®gica, la raz¨®n y el sentido com¨²n argumentan que no tienen dinero para pagar (en este sentido, la Consejer¨ªa incumpli¨® el compromiso hecho con los sindicatos, recogido en el pacto que ahora termina) ni intenci¨®n de poner en pr¨¢ctica algo tan admitido por todos como que a igual trabajo, igual salario e id¨¦nticas condiciones laborales.
Eso s¨ª, mantiene su voluntad inequ¨ªvoca en defensa de la calidad educativa, y no tendr¨¢n ning¨²n empacho en enarbolar la pancarta, en Madrid, para exigir una ense?anza mejor. Si gobernar es priorizar, est¨¢ claro que la ense?anza andaluza no les quita el sue?o a nuestros responsables pol¨ªticos. La voluntad pol¨ªtica no pasa por discursos, mejor o peor construidos, sino por los presupuestos de la comunidad. En una sociedad democr¨¢tica y de derecho, como la nuestra, la evidencia debiera imponerse (sobre todo en el ¨¢mbito docente), jam¨¢s reivindicarse. Cuando esto ¨²ltimo sucede, algo huele a podrido.
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