?Enhorabuena, brasile?os!

Las ¨²ltimas elecciones presidenciales en Brasil son un claro ejemplo de que los pa¨ªses latinoamericanos pueden recuperar su proceso democr¨¢tico desde el punto en que fue brutalmente cortado por la fuerza de las armas.

La limpieza, la fiabilidad y la rapidez de estas elecciones ense?an la voluntad pol¨ªtica de los actuales gobernantes y es la prueba de que la democracia se ha instaurado como la ¨²nica regla de juego v¨¢lida en Brasil. En la disputa por los votos estaban dos pesos pesados de la resistencia pol¨ªtica, dos 'hist¨®ricos' de la lucha contra la dictadura. Un verdadero lujo, comparado con otros pa¨ªses de la regi¨®n.

Cabe recordar a todos aquellos que tienen miedo del cambio, porque Lula les parece muy radical o 'muy de izquierdas', que el pueblo brasile?o ha estado votando a la izquierda desde hace mucho tiempo (en los dos anteriores comicios -1994, 1998-, el centro-izquierda de Fernando Henrique Cardoso y la izquierda de Lula fueron las propuestas m¨¢s votadas, y que Lula es la cuarta vez que llega a esta importante cita con las urnas).

El pueblo brasile?o quiere un cambio, pero m¨¢s que nada, el pueblo brasile?o no quiere a la derecha. Entre la socialdemocracia de Cardoso y el socialismo de Lula hay menos diferencias pol¨ªticas y m¨¢s coincidencias en sus compromisos globales de los que puede haber entre el presidente electo y sectores de la derecha brasile?a y partidos liberales.

El cambio de rumbo que el pueblo brasile?o est¨¢ marcando elecci¨®n tras elecci¨®n no es nuevo ni tampoco temerario. Cuando una naci¨®n de 115 millones de electores viene manifest¨¢ndose en este sentido desde hace tanto tiempo es porque no tiene miedo al cambio. Sin embargo, hay una atm¨®sfera de expectativa de lo que puede hacer un Gobierno que representa esta propuesta. Por supuesto que Lula deber¨¢ confirmar la legitimidad de los votos con hechos, pero para eso falta todav¨ªa un largo recorrido.

Por ahora, s¨®lo cabe decir: ?enhorabuena, brasile?os!