R.I.P
Lo bueno de los cementerios virtuales es que todav¨ªa se llega sin atascos, y que adem¨¢s de fotos y flores contienen otros elementos in memoriam, como eleg¨ªas y v¨ªdeos. Y, por supuesto, que se permite 'colgar' avisos de fallecimiento, quiz¨¢ incluso con tarifas menos desorbitadas que las de los peri¨®dicos. Dec¨ªa Carandell que las esquelas se sirven en Espa?a con el desayuno, y de siempre cuentan con asiduos lectores, coleccionistas como Cela, y hasta eruditos analistas de su valor sem¨¢ntico y sociol¨®gico. Hay quien mantiene que son la parte m¨¢s humana de los diarios, aunque de momento no parece hab¨¦rseles reservado espacio en los digitales.
Las esquelas admiten alias, amables ep¨ªtetos, citas po¨¦ticas o b¨ªblicas, sentidos recuerdos de razones comerciales, socios, empleados o jefes. Y todav¨ªa, casi todas, incluyen cruz y certificado de que expir¨® habiendo recibido los Santos Sacramentos y la (?tele?) bendici¨®n de Su Santidad, a veces bajo el manto del Pilar.
Es acto de linajuda distinci¨®n contratar el tama?o n¨²mero 5 (de ABC, las m¨¢s interesantes) para que quepa toda la cohorte de t¨ªtulos, archicofrad¨ªas, grandes cruces, encomiendas, medallas, bandas y otras distinciones militares y civiles, algunas curiosas, como las de aquel caballero 'de la divisa real de la piscina prob¨¢tica de Jerusal¨¦n, moz¨¢rabe de Toledo y cubiculario de Zamora...'.
Estos finados suelen exhibir a su vez prolijas familias de apellidos pluscuamcompuestos, y hasta se da el caso de que algunos de los resignados que ruegan una oraci¨®n por su alma est¨¢n igual y anteriormente difuntos, como indican esas cruces entre par¨¦ntesis a veces tan abundantes que la misma esquela semeja un camposanto. Entre los ilustr¨ªsimos afligidos se reserva un lugar preeminente al director espiritual, y en la cola, despu¨¦s del 'y dem¨¢s familia' a veces constan 'sus fieles...' con nombres de mucamas como Gladis, Walter, Jacqueline Rodr¨ªguez, Orlando, Lesly o Goyita. Cuando son muchos, todo queda en 'las ocho personas que con tanto cari?o le cuidaron'.
?Qui¨¦n dijo que la muerte es la gran niveladora, y que las miserias de la vida no pueden trasponer sus lindes?
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