Adriano, ni h¨¦roe ni villano
El plan de informatizaci¨®n de la Justicia se ha convertido en el escenario de una amarga pelea con claros tintes pol¨ªticos
Adriano es un instrumento l¨®gico, gestado como herramienta espec¨ªfica para el trabajo en las oficinas judiciales y que se ha convertido en el escenario de continuas grescas entre los que lo crearon o promovieron y algunos de los que lo tienen que usar. Los primeros aseguran que es el primero de la clase, un ejemplo de tecnolog¨ªa andaluza que supera a sus iguales dise?ados en Catalu?a o el Pa¨ªs Vasco. Para sus detractores, es lento y merecedor de poca confianza. En esta disputa ininterrumpida desde que el Plan Adriano se pusiera en marcha en 1998, probablemente ambos bandos tengan raz¨®n, al menos en parte, pero se resisten a ponerse de acuerdo y es que la pelea es m¨¢s pol¨ªtica que funcional o cibern¨¦tica.
El pasado mi¨¦rcoles, alrededor de una sesentena de funcionarios simpatizantes con el sindicato CSI-CSIF protagonizaron un plante de un cuarto de hora en los juzgados ubicados en el edificio Viapol de Sevilla. Los funcionarios criticaban la 'lentitud' del sistema inform¨¢tico que, seg¨²n uno de sus portavoces, Rosendo Mart¨ªnez, puede tardar hasta 20 minutos en abrir un simple documento.
Lo que est¨¢ claro es que CSI-CSIF se ha encargado de airear hasta la m¨¢s m¨ªnima an¨¦cdota sucedida durante la implantaci¨®n del sistema en m¨¢s de 500 ¨®rganos judiciales de toda Andaluc¨ªa. La directora general de Relaciones con la Administraci¨®n de Justicia, Rosa Bendala, se queja de esta actitud de balcon¨¦o inmisericorde ('que no falto de intenci¨®n') del abanderado del proyecto de la Junta de modernizar la administraci¨®n de Justicia en Andaluc¨ªa. Bendala admite que a¨²n queda mucho dinero que gastar y camino que recorrer para que el sistema sea perfecto. Pero se resiste a entender tanta beligerancia contra este proyecto. La ¨²nica explicaci¨®n la haya en la arena pol¨ªtica. No en vano, el sindicato CSI-CSIF es el origen de la mayor¨ªa de los conflictos alrededor de la Consejer¨ªa de Justicia.
Esta agrupaci¨®n ha sido la instigadora o puede que ¨²nicamente ejecutora de las denuncias que han dejado las convocatorias de oposiciones a funcionarios - y el futuro de miles de interinos- encerradas en un laberinto judicial. En uno de sus comunicados de hace algunos meses, como coletilla de una reivindicaci¨®n laboral se llegaba incluso a plantear la devoluci¨®n de la competencia de Justicia al Gobierno central.
Desde CC OO tambi¨¦n se discrepa de la postura adoptada por el otro sindicato. Un portavoz en Sevilla aseguraba que Adriano 'falla y mucho', pero asum¨ªa que hab¨ªa que tener paciencia. Tambi¨¦n se tacha a CSI-CSIF de oportunista, y se asegura que la concentraci¨®n del mi¨¦rcoles se hizo a pesar del aviso de que habr¨ªa fallos ya que se estaban cambiando servidores para mejorar el sistema.
Por su parte, Mart¨ªnez admit¨ªa esta semana en su local sindical que la implantaci¨®n del sistema es un proceso sin vuelta atr¨¢s y supone una modernizaci¨®n evidente, pero justificaba la beligerancia de su sindicato con un socorrido pero inconcreto: 'Es que tenemos miedo de que no funcione nunca'.
Una historia de balbuceos, bofetadas y aciertos
Tanto los defensores como los detractores de Adriano tienen argumentos y razones de peso. - Antecedentes. La Consejer¨ªa de Justicia asegura que en 1997 los entonces 600 jueces y magistrados, 350 fiscales, 480 secretarios judiciales y m¨¢s de 5.000 funcionarios trabajaban en una situaci¨®n de precariedad absoluta. M¨¢s de dos tercios de las oficinas judiciales carec¨ªan de informatizaci¨®n y tan s¨®lo se usaba en un 15% del tercio restante. - Objetivos. Informatizaci¨®n de las oficinas judiciales, creaci¨®n de un sistema documental, establecer una red judicial de comunicaciones, asegurar la inviolabilidad de la informaci¨®n judicial y por ¨²ltimo, formaci¨®n y creaci¨®n de una nueva cultura de trabajo.En el aspecto material, se han comprado e instalado 7.500 ordenadores, 5.000 impresoras, 192 servidores y con una inversi¨®n de m¨¢s de 34 millones de euros. - Quejas. Los funcionarios se quejan de lentitud en la apertura de documentos y de que el sistema se cuelga en plazas de mucho volumen de trabajo. El pasado enero, la Junta de Jueces de Instrucci¨®n de Sevilla le dio un peculiar ultim¨¢tum a la Junta para que solucionara los problemas en 45 d¨ªas. El presidente del TSJA, Augusto M¨¦ndez de Lugo, sali¨® en defensa del plan e incluso vincul¨® las quejas a la 'cultura' laboral de algunos jueces que prefer¨ªan 'usar papelitos'. - Logros. El CGPJ le ha otorgado los niveles m¨¢s altos de compatibilidad (por encima de los planes de Catalu?a y Pa¨ªs Vasco) y dio luz verde a los sistemas de firma electr¨®nica y encriptaci¨®n.En agosto del pasado a?o, el sistema dise?ado por la Junta vivi¨® su mayor momento de gloria cuando gracias a las copias de seguridad se pudieron recuperar algunos de los sumarios robados en los juzgados de Marbella. La modernizaci¨®n de la administraci¨®n de Justicia dio as¨ª su primer fruto incuestionable.
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