Observadores expertos en comicios del Tercer Mundo supervisar¨¢n la votaci¨®n en un condado de Florida

'Me niego a sentirme como si estuviera en el Tercer Mundo', se quejaba la concejal Natacha Seijas al votar en contra de que las elecciones del condado de Miami-Dade tuvieran que ser vigiladas por observadores externos. Pero ¨¦sa es la percepci¨®n que tiene el resto del pa¨ªs de este condado despu¨¦s del caos de las presidenciales de 2000. Hoy, por primera vez en EE UU, observadores del Centro para la Democracia (que supervisa comicios del Tercer Mundo), as¨ª como el Departamento de Justicia y de la polic¨ªa estar¨¢n a pie de urna.

Tras la debacle de las papeletas mariposa y el recuento de millones de votos en la elecci¨®n Bush-Gore, Florida se gast¨® 32 millones en renovar el sistema de votaci¨®n. Ha sustituido las antiguas m¨¢quinas perforadoras de papeletas electorales por unas electr¨®nicas, conectadas a terminales de un ordenador central. Pero aun as¨ª no las tiene todas consigo, como se demostr¨® en las primarias de septiembre, en las que se registraron miles de irregularidades que le costaron la candidatura dem¨®crata a Janet Reno.

Hoy todo el mundo tiene los dedos cruzados en Florida. Y aunque tanto los partidos como los electores esperan lo mejor, se han preparado para lo peor: otro recuento interminable y m¨¢s batallas legales.

'Nos hemos preparado para las elecciones como lo hacemos para los huracanes', dice el administrador de Miami-Dade, Steve Shiver, que ha destacado polic¨ªas en todos los colegios electorales. Aunque Miami-Dade es el condado que contar¨¢ con m¨¢s vigilancia, el Departamento de Justicia ha enviado funcionarios a los condados de Osceola y Orange.

Los m¨¢s interesados en que no se pierda ni un voto son los candidatos, especialmente los que compiten por el puesto de gobernador, Jeb Bush y Bill McBride. De acuerdo con los ¨²ltimos sondeos, Bush supera a McBride en un 8% o 9%, pero los m¨ªtines de George W. Bush junto a su hermano y de Bill Clinton a favor de McBride durante el fin de semana pueden haber modificado los porcentajes. Ambos dicen que la victoria depender¨¢ en gran parte de la participaci¨®n y se han pasado los ¨²ltimos d¨ªas rog¨¢ndoles que acudan a las urnas. Pero el electorado est¨¢ desencantado y se pronostica que va a ser una de las participaciones m¨¢s bajas en la historia reciente.