El atentado de Bali
Los horribles atentados de Bali han confirmado lo que los expertos llevan diciendo desde hace tiempo: Indonesia tiene los d¨ªas contados
No se sabe mucho sobre la persona de Hanbali Riduan Issamudin. Luch¨® junto a los talibanes contra los sovi¨¦ticos en Afganist¨¢n y, despu¨¦s de la guerra, volvi¨® a Malaisia. All¨ª se ocup¨® de organizar clases para ense?ar la yihad junto con un ulema indonesio, Abu Bakar Ba'asir. La combinaci¨®n de estos dos -uno la persona pr¨¢ctica y funcional, que realiza el trabajo; el otro, el ide¨®logo-, es lo que act¨²a a favor de la instauraci¨®n de una rep¨²blica isl¨¢mica en el sur de Asia.
Se sabe que Hambali, el funcional, ha estado involucrado en actos de terrorismo en otras partes del mundo. Tambi¨¦n estuvo involucrado en el primer atentado con bomba contra las Torres Gemelas de Nueva York, en 1993, y en otras conspiraciones. Es considerado el principal representante de Al Qaeda en el sureste asi¨¢tico, y est¨¢ vinculado a algunos de los perpetradores del 11-S.
Se sabe que estuvo en Indonesia en febrero de 2002 y que dej¨® el pa¨ªs. Su hom¨®logo y colega, Abu Bakar, vive y ense?a abiertamente en Indonesia. Sus ense?anzas son de naturaleza extremista, y se sabe que est¨¢ relacionado con grupos militantes isl¨¢micos, que promueven el derrocamiento del Gobierno de Malaisia, y est¨¢ identificado como la autoridad religiosa suprema de las c¨¦lulas de Yam¨¢ Islamiya en Indonesia, Singapur y Malaisia.
Es partidario abierto de Osama Bin Laden y Al Qaeda, y cada vez hay m¨¢s informaci¨®n sobre su implicaci¨®n en actividades terroristas. Las solicitudes por parte de Singapur y Malaisia a las autoridades indonesias para que lo detuviesen fueron desatendidas hasta despu¨¦s del atentado de Bali.
Funcionarios estadounidenses han afirmado que hay pruebas m¨¢s que suficientes para demostrar que Abu Bakar est¨¢ estrechamente relacionado con las actividades de las c¨¦lulas de Al Qaeda en Indonesia.
Las expresiones del islamismo radical son casi diarias en Indonesia. Hay un esfuerzo musulm¨¢n constante para financiar una yihad contra los cristianos en un pa¨ªs que consta de casi 20.000 islas. El Gobierno central es incapaz de eliminar los grupos terroristas, y quiz¨¢ tampoco est¨¦ muy dispuesto a ello. La falta de control fronterizo ha permitido que grandes n¨²meros de militantes isl¨¢micos de todo el mundo entren en el pa¨ªs y se unan a la lucha en la yihad.
Aunque las autoridades tratan de negarlo, hay cada vez m¨¢s pruebas al respecto. Incluso algunos miembros de una c¨¦lula de Al Qaeda detenidos en Espa?a hace aproximadamente un a?o admitieron que hab¨ªan recibido instrucci¨®n en un campamento de la isla indonesia de Sulawasi, y que estaba dirigido por miembros de Al Qaeda.
Los servicios de espionaje calculan que cientos, si no miles, de musulmanes radicales de diferentes partes del mundo han recibido instrucci¨®n en Indonesia. Indonesia es claramente un para¨ªso para los grupos radicales isl¨¢micos. Hay una infraestructura local, el control gubernamental es imperceptible, las fronteras est¨¢n abiertas y hay un respaldo cada vez mayor al islam radical y violento en sectores cada vez mayores de la poblaci¨®n.
Es posible que la incapacidad o la falta de resoluci¨®n por parte de la presidenta indonesia Megawati Sukarnoputri para adoptar una pol¨ªtica firme contra aquellos implicados en el terrorismo haya ayudado a los musulmanes radicales y permitido el crimen de Bali.
El atentado y la r¨¢pida acumulaci¨®n de informaci¨®n sobre el hecho de que Indonesia se est¨¢ convirtiendo en un hervidero de terroristas est¨¢n demostrando ser un verdadero problema para la continuaci¨®n de la estabilidad del Gobierno. ?sta es una dificultad adicional para un r¨¦gimen que intenta estabilizar la situaci¨®n tras largos a?os de decadencia y agitaci¨®n.
La escasez de recursos, la debilidad de los servicios de espionaje y la descomposici¨®n del poder militar apuntan al hecho de que los indonesios no podr¨¢n conseguirlo solos. Deben pedir ayuda exterior, principalmente a Estados Unidos.
Aqu¨ª radica el verdadero dilema; los indonesios est¨¢n realmente entre la espada y la pared. ?Pierden el respaldo de los musulmanes moderados utilizando el apoyo de Estados Unidos para luchar contra los radicales, o miran hacia otro lado, niegan el problema y caen todos presa de Al Qaeda y la Yam¨¢ Islamiya, convirti¨¦ndose as¨ª en fuente de inestabilidad y peligro para la regi¨®n?
Pocos d¨ªas despu¨¦s del atentado de Bali, llam¨¦ a un amigo de Indonesia. Hab¨ªa sido oficial de alto rango durante la mayor parte de los a?os de Suharto. Habl¨® sobre lo sucedido y dijo: '?Qu¨¦ puedo decirte; estamos avergonzados!'.
Brian Cutter es experto en relaciones internacionales.
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