Un coche pas¨® dos veces sobre la mujer arrollada en Tetu¨¢n
Los amigos de la fallecida afirman que caminaba del brazo de su marido
Zoila Chisahuano Chisahuano, ecuatoriana de 28 a?os, falleci¨® en la madrugada del domingo en el parque de Rodr¨ªguez Sahag¨²n (Tetu¨¢n) al ser arrollada dos veces consecutivas por un mismo veh¨ªculo. As¨ª lo aseguran sus amigos, que explican que el marido de Chisahuano, Carlos Iv¨¢n Chuqui Toapanta, de 32 a?os, salv¨® la vida porque se ech¨® a un lado. No obstante, Chuqui contin¨²a grave en el hospital a consecuencia de las heridas.
Zoila Chisahuano, de 28 a?os, y su esposo Carlos Iv¨¢n Chuqui, de 32, ambos nacidos en Quito (Ecuador), caminaban abrazados por una de las aceras del parque de Rodr¨ªguez Sahag¨²n. Seg¨²n la versi¨®n de sus allegados, un Citr?en Xantia de color azul los arroll¨® por detr¨¢s. Cada uno sali¨® disparado en una direcci¨®n a causa del fuerte golpe. Cuando Zoila Chisahuano estaba en el suelo, el turismo dio marcha atr¨¢s y volvi¨® a pasar sobre el cuerpo de la mujer. As¨ª lo afirma Gladys Sarango, casera del matrimonio en la calle de Almansa, a quien se lo ha relatado una de los testigos del suceso y, adem¨¢s, cu?ada de Zoila.
La polic¨ªa, en cambio, mantiene otra versi¨®n. Afirma que el suceso fue provocado por una discusi¨®n entre ecuatorianos que se encontraban en el parque de Rodr¨ªguez Sahag¨²n por 'unas cervezas'. De hecho, el coche, que se dio a la fuga y que todav¨ªa no ha sido encontrado, tambi¨¦n arroll¨® a otras cinco personas. (V¨¦ase EL PA?S de ayer).
Zoila y Carlos Iv¨¢n viv¨ªan de alquiler con otros cuatro compatriotas en un modesto piso de la calle de Almansa (Tetu¨¢n). El matrimonio formaba una pareja tranquila y trabajadora que lleg¨® a Madrid hace unos cuatro a?os. Para conseguir un pasaje de avi¨®n a Espa?a tuvieron que endeudarse fuertemente. Zoila trabajaba durante todo el d¨ªa como asistenta en tres viviendas, mientras que su marido estaba empleado en el sector de la construcci¨®n.
Sal¨ªan muy poco y dedicaban todo el dinero al mantenimiento de sus tres hijos menores (dos ni?as y un ni?o), que siguen viviendo en Ecuador. 'El s¨¢bado se fueron a dar una vuelta a eso de las nueve de la noche por el parque. Me impacient¨¦ porque era tarde y no volv¨ªan', afirma Gladys Sarango. Luego, llam¨® la polic¨ªa.
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