La juez no castiga las conductas del pasado y vigilar¨¢ a Microsoft
En su texto, critica a los fiscales querellantes y el 'paternalismo' comercial de la compa?¨ªa
La juez Kollar-Kotelly no s¨®lo ha redactado una sentencia de m¨¢s de 300 p¨¢ginas, sino que se ha tomado la democr¨¢tica molestia de escribir otras 22 'en un esfuerzo para hacer accesible la opini¨®n de la Corte al m¨¢ximo de personas interesadas posible'. Es un texto con el m¨ªnimo de argot forense, sin valor judicial, para que el ciudadano entienda lo que se debat¨ªa y el por qu¨¦ de su decisi¨®n. Es un texto que termina citando a Niccolo Maquiavelo: 'un pr¨ªncipe siempre encuentra leg¨ªtimas razones para romper sus promesas'. Para que ello no pase con Microsoft, la juez advierte que desplegar¨¢ toda la panoplia de poderes para asegurar que la letra y el esp¨ªritu de los remedios impuestos se apliquen plenamente.
Correcciones al pacto
Objetivo del remedio
Lo primero a que se dedica el texto de la juez es a recordar que el tribunal de apelaci¨®n ya rebaj¨® las conclusiones del primer juez, Thomas Penfield Jackson, en el sentido de que Microsoft no hab¨ªa violado dos art¨ªculos de la ley Sherman antimonopolio sino s¨®lo uno. 'Su monopolio no fue ilegalmente adquirido, s¨®lo ha sido ilegalmente mantenido'. Por tanto, el objetivo del remedio no ha de ser terminar con el monopolio sino 'con las pr¨¢cticas de exclusi¨®n para mantenerlo'. 'El objetivo', prosigue, 'no es castigar las transgresiones pasadas, sino acabar con espec¨ªficas pr¨¢cticas ilegales'.
La juez duda, adem¨¢s, de que exista una conexi¨®n causal entre estas conductas y la posici¨®n de dominio de la compa?¨ªa en el mercado de los sistemas operativos 'que s¨®lo fue establecida por inferencia'. La magistrada no est¨¢ segura de que sin las pr¨¢cticas mal¨¦volas de Microsoft, Java y Netscape 'hubieran encendido una genuina competencia en el mercado de los sistemas operativos para PC'. Las medidas pactadas buscan evitar que Microsoft favorezca con informaci¨®n t¨¦cnica a sus aliados, castigue comercialmente a quienes quieran distribuir sobre Windows programas de la competencia y dificulte al usuario el uso de estos programas sobre Windows.
Concepto de 'middleware'
Un extenso repertorio de folios se dedica al concepto de 'middleware'. La juez explica que los sistemas operativos, entre otras tareas, son plataformas para que funcionen otros programas. Los programas middleware que trabajan sobre un sistema operativo tambi¨¦n son plataformas para terceros. La existencia de estas plataformas intermedias permite que los sistemas operativos incluyan en sus c¨®digos barreras estructurales que impiden que funcione cualquier aplicaci¨®n sobre ellas. El middleware, en su papel intermedio, alivia estas barreras.
Una de las discusiones entre los fiscales querellantes y los que defend¨ªan el pacto se centraba en la extensi¨®n de este concepto. Seg¨²n la juez, los fiscales inclu¨ªan en su definici¨®n de middleware 'casi cualquier programa, sin considerar el potencial del producto para evolucionar hacia una verdadera plataforma para otras aplicaciones'. Precisamente una de las quejas de los fiscales querellantes era que si el debate forense se ce?¨ªa a las tecnolog¨ªas que originaron el caso, se dejaba a Microsoft manos libres para desplegar su poder¨ªo en terrenos como las agendas electr¨®nicas, los servicios web y la televisi¨®n interactiva.
?Qu¨¦ son 'malas conductas'?
El texto recuerda que el tribunal matiz¨® que no todas las 'conductas maliciosas' contra un competidor est¨¢n perseguidas por las leyes antimonopolio. S¨ª lo est¨¢ que Microsoft impidiese la inclusi¨®n de middleware alternativo en su sistema operativo. La soluci¨®n, sin embargo, no consiste en introducir separaciones en el c¨®digo de Windows sino garantizar al usuario que puede escoger y usar funcionalidades sobre Windows que no son de Microsoft. Tambi¨¦n rechaza exigir a Microsoft la revelaci¨®n de 'multitud de interfaces internas' de interoperabilidad para evitar el surgimiento de cl¨®nicos ilegales y porque 'las leyes antimonopolio no existen para proteger a los competidores, sino para proteger a la competitividad'. Y remata con otra bofetada a los fiscales: 'algunas medidas propuestas requieren dr¨¢sticas alteraciones de los productos de Microsoft y de su modelo de negocio' y, prosigue, se piden sin justificaci¨®n ni an¨¢lisis econ¨®micos no con el ¨¢nimo de combatir conductas maliciosas sino de alterar el 'statuo quo'. Son unas medidas que s¨®lo favorecen a unos competidores, no a todos.
El siguiente folio est¨¢ dedicado a Microsoft. Le repugna su 'paternalista' mensaje de que es Microsoft la que mejor puede decidir lo que m¨¢s conviene al consumidor a la hora de configurar las prestaciones del sistema operativo. De ah¨ª que favorezca en los remedios que terceros -fabricantes y vendedores- puedan promover otras.
De p¨²blico inter¨¦s
Una de las tareas de la juez era decidir si el acuerdo alcanzado entre la Administraci¨®n y Microsoft miraba al inter¨¦s p¨²blico o era un apa?o de conveniencia entre ambos. Y ha tenido que aplicar la Tunney Act, que fija unos est¨¢ndares para revisar este tipo de acuerdos, una cautela que se tom¨® despu¨¦s de que se sospechara que la Administraci¨®n de Nixon hab¨ªa frenado un caso antimonopolio tras recibir los republicanos un millonario ¨®bolo. La juez asegura que 'aunque el tribunal pudiera haber manejado otros remedios', no puede concluir que la conducta del Gobierno ha violado el inter¨¦s general'.
Dos soluciones
La juez ha tenido que analizar dos propuestas. Por un lado la del acuerdo entre la Administraci¨®n norteamericana y Microsoft. Por el otro, la que presentaron nueve fiscales de otros tantos estados norteamericanos que consideraron demasiado indulgentes las medidas pactadas para evitar que Microsoft recayera en pr¨¢cticas monopolistas. ?ste es el resumen de ambas posiciones. Propuestas del acuerdo entre Administraci¨®n y Microsoft1. Un comit¨¦ t¨¦cnico, con tres expertos, uno de ellos nombrado por Microsoft, vigilar¨¢ la conducta de la compa?¨ªa.2. La instalaci¨®n de otros programas en Windows o de un sistema operativo alternativo no ha de ser obstaculizado por Microsoft. Los usuarios han de tener f¨¢cil acceso a estos programas y poder suprimir del escritorio los accesos a programas middleware de Microsoft.3. A los 20 mayores fabricantes de PC, durante cinco a?os, Microsoft debe ofrecer las mismas condiciones y no castigar al fabricante que favorezca la instalaci¨®n de programas de la competencia. Microsoft deber¨¢ suministrar la informaci¨®n t¨¦cnica necesaria para que lo anterior sea posible.4. Microsoft deber¨¢ suministrar a los desarrolladores de programas que puedan funcionar sobre Windows los protocolos que permitan construir su propio middleware y Microsoft no incluir¨¢ ning¨²n c¨®digo en su sistema operativo que perjudique el funcionamiento de programas ajenos. Por middleware se entiende programas que se despliegan en el escritorio del sistema operativo como mensajer¨ªa instant¨¢nea, lectores de audio y v¨ªdeo, administradores de correo, etc. Propuestas de los nueve fiscales discrepantes1. Ofrecer una versi¨®n modular de Windows que pudiera proporcionar, en origen, middleware de otras compa?¨ªas. Por ejemplo, en lugar del Windows Media Player, el Real Player de Real Network.2. Dar informaci¨®n sobre determinadas tecnolog¨ªas a los fabricantes de software para que pudieran desarrollar sus programas sobre Windows y no incluir c¨®digos en el sistema operativo que entorpecieran su funcionamiento.3. Licenciar Windows en igualdad de condiciones para todos los vendedores y dar apoyo t¨¦cnico a viejas versiones de Windows.4. Ofrecer la suite Office a otros sistemas operativos, como Linux o Mac. Microsoft podr¨ªa cobrar derechos. Abrir y licenciar el c¨®digo fuente de Internet Explorer para la creaci¨®n de aplicaciones que trabajen sobre el navegador.5. Distribuir una m¨¢quina Java en Windows que permita trabajar plenamente con ella y no limite sus aplicaciones.
Qui¨¦n ha sido qui¨¦n en la batalla judicial
BILL GATES Fund¨® Microsoft con su amigo Paul Allen. Hasta el a?o 2000 ejerci¨® de consejero delegado. Desde entonces, asumi¨® la presidencia y la direcci¨®n de la arquitectura de programas y dej¨® en manos de Steve Ballmer la gesti¨®n de la compa?¨ªa. Gates siempre ha negado que Microsoft maniobrara de manera il¨ªcita para crecer y asegura que el ¨¦xito de la compa?¨ªa est¨¢ en el esfuerzo de investigaci¨®n y en la satisfacci¨®n que encuentran los consumidores con sus productos. STEVE BALLMERLos analistas consideran que infundi¨® un cambio de tono en la empresa, menos defensivo, desde el momento en que alcanz¨® el acuerdo con la Administraci¨®n que exclu¨ªa la partici¨®n de la empresa.THOMAS PENFIELD JACKSONEs el juez que entendi¨® el caso en primera instancia. Fue quien fij¨® los hechos -Microsoft utiliza su monopolio para extenderlo a otras ¨¢reas con conductas comerciales reprobables- y propuso la partici¨®n de la compa?¨ªa. Pero su conducta p¨²blica perjudic¨® la necesaria imagen de imparcialidad de un juez. En varias entrevistas compar¨® Microsoft con mafiosos de la droga y a Bill Gates con Napole¨®n. COLLEEN KOLLAR-KOTELLY Nombrada por el ex presidente Clinton accedi¨® al tribunal en 1997. Especialista en temas criminales, ha llevado pocos asuntos de naturaleza comercial. Por sorteo fue la elegida para dar el visto bueno, o no, al acuerdo entre la Administraci¨®n y Microsoft.JOEL KLEINComo responsable de la secci¨®n antimonopolio del Departamento de Justicia durante la Administraci¨®n de Clinton fue el arquitecto del caso, apoyado por la fiscal Janet Reno. Fue quien anunci¨® que el Gobierno propon¨ªa la divisi¨®n de la compa?¨ªa. Tras trabajar para Bertelsmann en 2001, ahora es responsable del sistema escolar p¨²blico de la ciudad de Nueva York.
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