'Yo no soy l¨ªder de nada'
Xabi Alonso, a sus 20 a?os, eje de la invicta Real Sociedad que hoy se enfrenta al Deportivo
Su padre, Periko, gan¨® las dos ¨²nicas Ligas (1981 y 1982) que exhibe la Real Sociedad y fich¨® por el Barcelona. Xabi Alonso era un reci¨¦n nacido cuando el equipo donostiarra asombraba y nutr¨ªa de futbolistas a la selecci¨®n espa?ola. Nunca vio jugar en directo a su progenitor, pero, aun as¨ª, no comparte la memoria colectiva sobre ¨¦l. 'Se dice que era un jugador f¨ªsico, de destrucci¨®n. Yo he visto sus v¨ªdeos y... s¨ª, era un mediocentro muy fuerte, pero sab¨ªa jugar el bal¨®n, ten¨ªa toque', alega Xabi. Sobre sus propias condiciones no existe confusi¨®n alguna: es un organizador nato, dotado de una visi¨®n privilegiada del juego; el eje fundamental de la Real, que hoy se mide al Deportivo en Anoeta y que ahora, 20 a?os despu¨¦s de su ¨²ltimo t¨ªtulo liguero, vuelve a ilusionar.
Pero, sobre todo, Xabi, que todav¨ªa no ha cumplido los 21 a?os, es un tipo t¨ªmido y exagerada pero aut¨¦nticamente modesto. '?L¨ªder yo del equipo?' Parece horrorizado. Se echa hacia atr¨¢s en la butaca y huye de la afirmaci¨®n. 'No, no, no... Yo no soy l¨ªder de nada. No he hecho nada. Apenas so?aba con llegar al primer equipo. No es cuesti¨®n de hablar de l¨ªderes', sostiene el jugador, que a¨²n muestra un leve rastro de acn¨¦ juvenil y que, de momento, prescinde de los lujos y la parafernalia que rodea a las estrellas. Vive con sus padres, se ha propuesto acabar la carrera de Ciencias Empresariales y s¨®lo echa en falta pescar en Orio o Zumaia.
Los acontecimientos se han sucedido de forma r¨¢pida, muy r¨¢pida para Xabi, que hace s¨®lo dos a?os militaba, cedido, en el Eibar, de la Segunda Divisi¨®n A. Sin embargo, el cerebro de la Real ha asumido sin traumas su nueva condici¨®n y s¨®lo se extra?a ante 'la repercusi¨®n que tiene jugar en Primera. No es que me agobien por la calle, qu¨¦ va; pero s¨ª que te solicitan m¨¢s. Peor ha sido la presi¨®n de las dos ¨²ltimas campa?as, aunque asumo bien la responsabilidad que me toca'.
Xabi creci¨® sin un modelo: 'Me gustaba Koeman, y eso que no jugaba en mi puesto, pero admiraba su golpeo del bal¨®n, su forma de colocarse...'. ?l, cosa extra?a, nunca ha jugado en la banda, la defensa o la delantera. Siempre, en el centro del campo. Por eso considera un gesto natural distribuir el juego, hacer jugar a los compa?eros, aunque no considera que su labor explique el ¨¦xito actual de la Real: 'Es la suma del rendimiento de todos lo que hace que un equipo funcione', recuerda. A rega?adientes, admite tener 'cualidades' para el puesto de pivote ofensivo y explica su don como una cuesti¨®n de l¨®gica: 'Cuando has hecho lo mismo durante a?os, acabas por hacerlo de forma natural, sin que cueste'.
Lo m¨¢s curioso del discurso entre susurros de Xabi es que no concede importancia alguna a sus m¨¦ritos, como si apenas fuese consciente del papel que el f¨²tbol concede ahora a los organizadores. '?C¨®mo podr¨ªa compararme yo con Redondo o Guardiola? Pero si no he hecho nada, nada de nada. Entiendo que mi puesto es comprometido porque toco mucho el bal¨®n, pero de ah¨ª a decir que soy el cerebro del equipo... Es exagerado', insiste.
Nadie en el club donostiarra acierta a explicar qu¨¦ ha cambiado para que una plantilla que s¨®lo exhibe tres refuerzos se pasee por donde hace bien poco se estrellaba. 'Yo tampoco voy a decir nada original, pero el caso es que triunfamos porque obtenemos buenos resultados y si estos llegan es porque en los partidos nos sale bien todo lo que ensayamos en los entrenamientos', constata Xabi. El volumen de las sesiones preparatorias de la Real se ha disparado: son frecuentes las de ma?ana y tarde, en las que Julen Masach y Jes¨²s Mari Zamora traducen las ideas del franc¨¦s Raynald Denoueix, un t¨¦cnico que se ha ganado el respeto del grupo 'sin decir una palabra m¨¢s alta que la otra'. El sentido com¨²n de Denoueix impresiona a Xabi porque 'habla sin alardes y se hace entender r¨¢pidamente'.
Los debates actuales en torno a la Real especulan acerca de la solidez de un cuadro que desconoce la derrota esta temporada y al que se compara sin freno con el que conquist¨® la Liga hace dos decenios. 'Con mi padre [retirado como entrenador tras su triste paso por el banquillo de la Real] no trato de establecer paralelismos entre mi equipo y el suyo. El f¨²tbol ha cambiado tanto que las comparaciones son imposibles. Aunque parezca mentira, preferimos hablar de otras cosas', concluye Xabi.
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