Ser o no ser espa?ol
Los llanitos no quieren ser espa?oles: pueden ser otra cosa. C¨¢novas, conservador, propon¨ªa, en 1876, como definici¨®n constituyente para el art¨ªculo 1: 'Es espa?ol el que no puede ser otra cosa' (C¨¢novas, de Benito P¨¦rez Gald¨®s). Es verdad que muchos espa?oles quieren serlo: los otros quieren sus autonom¨ªas; y su provincia; y antes, su pueblo. A m¨ª me expulsaron moralmente con las armas en la mano: me inclu¨ªan en la 'antiespa?a' por mi manera de pensar. A¨²n tengo problemas. Un militante vasco me dec¨ªa: 'A m¨ª me bombardearon los espa?oles'. '?Y qui¨¦nes cree usted que me bombardearon a m¨ª?': a ¨¦l y a m¨ª nos bombardearon los alemanes y los italianos, m¨¢s espa?olistas que nosotros. En Gibraltar -los llanitos- no quieren ser espa?oles, ni ser compartidos. Se los insulta. Radio Nacional (de Espa?a), en la tertulia que dirige Antonio Jim¨¦nez, los llam¨® de todo, y emiti¨® una tesis: Espa?a y el Reino Unido se hubieran entendido, pero esos miserables 30.000 ciudadanos lo impiden. ?Por dinero!, dec¨ªan. Qu¨¦ raro, en un mundo generoso y desprendido se han ido a reunir all¨ª estos avaros codiciosos.
La gran derecha espa?ola se vuelca en esos juicios. La vieja alma franquista con sus conceptos de honor, patria, unidad y gloria. Franco lo manej¨® muy bien, y los j¨®venes se iban a la Embajada brit¨¢nica a reclamar a gritos y a veces a pedradas. El ministro de Exteriores, Ram¨®n Serrano Su?er, 'cu?ad¨ªsimo', llam¨® al embajador y le ofreci¨® m¨¢s guardias de protecci¨®n: sir Samuel Hoare le contest¨®: 'No, gracias; lo que quiero es que me mande menos manifestantes'. A¨²n exist¨ªa el humor ingl¨¦s, aunque casi siempre era irland¨¦s.
La tierra es de quien la vive. Gibraltar, Ceuta, Melilla: digan lo que digan sus dolidos redentores, no son colonias. Son parte de Europa, y del mundo, por vocaci¨®n de quienes las habitan. Tienen juntas las vocaciones de andaluces, ingleses, mediterr¨¢neos y europeos. La clave de los mares ya no es suya, ni de Ceuta o T¨¢nger: hay guerras peores, y estas peleas son arcaicas. Si con ellas se pretende atacar las autonom¨ªas, defender las banderotas y los desfiles, y la 'Una, grande y libre' (los tres gritos de rigor, que dec¨ªan), es otra cuesti¨®n. Que no se desv¨ªen.
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