La prueba del algod¨®n
Con la marcha de Eduardo Zaplana a Madrid, el comienzo del proceso electoral auton¨®mico y municipal en el Pa¨ªs Valenciano se ha anticipado medio a?o largo, forzando a los partidos pol¨ªticos en liza a adelantar propuestas program¨¢ticas con el fin de suscitar el inter¨¦s y atraer las preferencias del electorado. Los candidatos van desgranando sus ofertas y, a decir verdad, casi todas ellas son intercambiables y asumibles por cualquiera de ellos. Con alguna excepci¨®n, claro, como es el caso del aborto libre y gratuito que postula EU y sus socios. El PP no lo amparar¨ªa jam¨¢s de los jamases, aun const¨¢ndole que se trata de una reivindicaci¨®n justa y pertinente en un Estado laico. Y del mismo jaez ser¨ªa la legalizaci¨®n de las drogas blandas que propone el Bloc Nacionalista y que ¨²nicamente abandera tambi¨¦n la candidatura antes citada, a pesar de que a nadie se le hurta la hipocres¨ªa que conlleva el soslayamiento de este asunto, para contento de los narcotraficantes.
Con estas salvedades y unas pocas m¨¢s que ir¨¢n emergiendo hasta la pr¨®xima primavera, puede afirmarse que todos los programas caben en uno, con la ventaja com¨²n y a?adida de que son razonables y persuasivos. Esperar que nos conmuevan y movilicen ser¨ªa un desider¨¢tum. Los partidos echan sus redes en los grandes bancos de votantes y en lo que concierne a las formaciones hegem¨®nicas -PP y PSOE- se procura excluir los problemas pol¨¦micos a favor de los que resultan gratificantes para la inmensa mayor¨ªa del vecindario. De ah¨ª que primen las proclamas en torno al empleo, la salud, la vivienda, las pensiones, la seguridad y etc¨¦tera. O sea, aquellos cap¨ªtulos que m¨¢s directamente nos ata?en. Elemental.
Es l¨®gico que con esta suerte de discursos los postulantes regalen los o¨ªdos de sus audiencias, confiadas en que, gane quien gane, se nos prefigura un man¨¢ de mejoras, buena parte de las cuales nos incitan a preguntar por las dificultades que han impedido su ejecuci¨®n durante ¨¦sta y las anteriores legislaturas. ?Acaso se han diluido tales impedimentos o los partidos han descubierto la f¨®rmula prodigiosa para cumplir sin trampa ni cart¨®n sus promesas? ?Tiene alguien a buen recaudo su remedio al desempleo, el acceso a la primera vivienda o la aceleraci¨®n de las obras del AVE, que al parecer ser¨¢, junto al plan hidrol¨®gico nacional, uno de los argumentos m¨¢s espectaculares de la campa?a?
A nosotros nos parece que una buena manera de conjurar la sospecha de que se nos quiere llevar demag¨®gicamente al huerto consistir¨ªa en que las cabezas de cartel que nos sonr¨ªen trasluciendo una presunta honradez y coherencia a carta cabal se sometiesen al escrutinio de los portavoces vecinales y de los medios de comunicaci¨®n. Ser¨ªa un modo m¨ªnimamente riguroso de evaluar la viabilidad de sus propuestas, su prioridad, financiaci¨®n, plazo de ejecuci¨®n y, acaso, la futilidad de determinados apartados que no alientan el menor inter¨¦s ante el apremio de otros. Queremos decir que, ante determinados interlocutores -y tanto m¨¢s si est¨¢n cualificados-, el despliegue electoral ganar¨ªa en consistencia intelectual lo que perder¨ªa de trivialidad y pirotecnia ret¨®rica. Pero claro, eso presupone que los aludidos l¨ªderes est¨¦n dispuestos a pasar la prueba del algod¨®n, con el riesgo de que les descubramos su maquillaje.
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