Rugidos de insurrecci¨®n

Bonito detalle el de este grupo vallecano, al que el mismo d¨ªa de su concierto les encasquetaron en la misma sala una fiesta que les oblig¨® a empezar muy temprano y acortar el repertorio. El cantante avis¨® a los espectadores de que no deb¨ªan tirar la entrada, porque el concierto les hab¨ªa salido 'muy caro' y, present¨¢ndola, quedaban invitados al siguiente que el grupo haga en Madrid.

Ska-P volvi¨® a mostrarse en plenitud, transitando por los mismos derroteros reivindicativos musicados en rock y ska punk de siempre. La protecci¨®n de los animales, la religi¨®n, la pol¨ªtica, la inmigraci¨®n, la pena de muerte, la guerra, la pobreza, el consumismo y el cannabis volvieron a sonar como rugidos de insurrecci¨®n en sus gargantas e instrumentos, mientras Pipi, el animador, se disfrazaba en escena de todo lo imaginable, incluida la monarqu¨ªa. El p¨²blico celebr¨® la interpretaci¨®n de canciones que son ya cl¨¢sicos del rock radical espa?ol: El gato L¨®pez, Mestizaje o El vals del obrero. Tanto entusiasmo indica que Ska-P pega fuerte, pese a los ocho a?os en los que su estilo no ha variado un ¨¢pice. Aunque est¨¦ticamente les haga falta una renovaci¨®n, Ska-P sigue llevando orgulloso la bandera de los viejos sue?os de la izquierda.