Los nuevos inspectores de armas de la ONU llegar¨¢n el pr¨®ximo lunes a Bagdad
Los expertos deber¨¢n evitar los errores pasados y se beneficiar¨¢n de las ¨²ltimas tecnolog¨ªas
Hans Blix, el jefe de Comisi¨®n de la ONU para la Inspecci¨®n, Vigilancia y Verificaci¨®n (Unmovic), y Mohamed el Baradei, director del Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica (OIEA), tienen una ardua tarea por delante: deber¨¢n determinar si Bagdad dice la verdad y ha eliminado todas sus armas de destrucci¨®n masiva. Est¨¢ previsto que viajen el lunes pr¨®ximo a la capital de Irak con un equipo de una veintena de personas y reanuden las inspecciones, tras los trabajos de preparaci¨®n, antes del 23 de diciembre. Uno de sus principales objetivos ser¨¢ evitar los errores de sus predecesores.
A principios de 1995, Rolf Ekeus, el diplom¨¢tico sueco responsable de Unscom (la antigua agencia de desarme de la ONU), present¨® al viceprimer ministro iraqu¨ª Tarek Aziz pruebas irrefutables de una compra masiva de agentes bacteri¨®logicos, demasiadas toneladas para un posible uso m¨¦dico. 'Mire', le explic¨® Aziz, 'cuando nombramos al ministro de Sanidad, tuvimos que elegir entre un m¨¦dico y un funcionario. Elegimos al funcionario porque nos pareci¨® m¨¢s leal. Result¨® ser un idiota y pidi¨® m¨¢s material del necesario'.
Este incidente, que recogen los periodistas brit¨¢nicos Andrew y Patrick Cockburn en su libro sobre Sadam Husein, Out of the ashes (Fuera de las cenizas), es uno de los muchos altercados que durante siete a?os (1991-1998) socav¨® la labor de los inspectores. El descubrimiento llev¨®, sin embargo, a la destrucci¨®n, un a?o despu¨¦s, del laboratorio de Al Hakam, centro de las operaciones bacteriol¨®gicas iraqu¨ªes y su principal f¨¢brica de ¨¢ntrax (carbunco).
Richard Spertzel, veterano cient¨ªfico del programa bacteriol¨®gico estadounidense, estaba entonces a cargo de las investigaciones de Unscom. 'Fueron a?os y a?os de desgaste y continuas mentiras. Recuerdo una vez cuando Mohamed Said al Sahaf [entonces ministro de Exteriores] se inclin¨® sobre la mesa y dijo que me har¨ªa pagar muy caro lo que estaba haciendo'.
Unmovic y la OIEA esperan evitar estos problemas con la nueva resoluci¨®n aprobada la semana pasada por el Consejo de Seguridad que incluye la m¨¢s seria amenaza de guerra desde 1991. 'Pero todo depender¨¢ de los iraqu¨ªes. Si se niegan a cooperar, volveremos a la situaci¨®n de antes salvo que esta vez las consecuencias ser¨¢n mucho m¨¢s serias', dice Spertzel.
Los nuevos inspectores tambi¨¦n tendr¨¢n nuevas armas, toda una parafernalia de artilugios mucho m¨¢s perfeccionados: fotos sat¨¦lite m¨¢s precisas que hace cuatro a?os; sensores miniaturizados que pueden detectar microbios por su ADN; c¨¢maras de mayor resoluci¨®n, o detectores de radiaci¨®n del tama?o de un paquete de cigarrillos.
La semana que viene, una avanzadilla de una veintena de personas llegar¨¢ Irak para reinstalarse en los edificios abandonados en diciembre de 1998. Tendr¨¢n algo m¨¢s de un mes para 'poner todo en marcha de nuevo, actualizar los programas inform¨¢ticos e instalar un sistema de comunicaci¨®n independiente con Viena [sede de la OIEA] y Nueva York', explica Ewan Buchanan, portavoz de la agencia de desarme.
Unmovic quiere diferenciarse lo m¨¢s posible de Unscom. Apenas un tercio de sus 260 inspectores form¨® parte de los antiguos equipos. El resto nunca ha pisado territorio iraqu¨ª. Por ahora, su identidad permanece secreta y no se les puede entrevistar.
'Hay que tener un perfil particular para apuntarse a esto. No tener miedo de situaciones peligrosas y sobre todo estar muy motivado y convencido de la importancia de la misi¨®n', dice Timothy McCarthy, que de 1994 a 1998 dirigi¨® las investigaciones sobre el programa de misiles iraqu¨ª.
Todo el personal ha pasado por un cursillo intensivo de cinco semanas en el que ha tenido acceso a los ¨²ltimos datos conocidos sobre el arsenal iraqu¨ª. Tambi¨¦n se les ha 'sensibilizado' sobre la historia, la cultura y la actual situaci¨®n iraqu¨ª. 'No creo que est¨¦n m¨¢s preparados que en el 91 porque la ¨²nica experiencia que vale es la del terreno', comenta esc¨¦ptico Spertzel.
Una de las armas m¨¢s eficaces de Bagdad contra los inspectores fue acusarlos de espionaje. 'Cuando recurr¨ªamos al GPS [Sistema de Posici¨®n Global por sat¨¦lite] para localizar sus instalaciones nos acusaban de pasar la informaci¨®n a EE UU para facilitar los bombardeos. Era imposible evitar este tipo de acusaciones y ser¨¢ muy dif¨ªcil impedirlo de nuevo', cuenta McCarthy. El personal de Unscom era esencialmente brit¨¢nico y estadounidense, los inspectores de Unmovic, en un alarde de neutralidad, suman 45 nacionalidades (entre ellas la espa?ola).
La personalidad de Hans Blix jugar¨¢ un papel crucial en los momentos delicados. Su predecesor, el australiano Richard Butler consigui¨® enemistar no s¨®lo a Bagdad, sino tambi¨¦n a muchos miembros del Consejo, que le acusaban de estar demasiado supeditado a Washington.
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