Los obispos de EE UU suavizan la 'purga' contra los pederastas
Los defensores de las v¨ªctimas afirman que se ha dado un paso atr¨¢s
La Conferencia Episcopal cat¨®lica de Estados Unidos aprob¨® ayer, a instancias del Vaticano, enmiendas a la pol¨ªtica de tolerancia cero que crean tribunales secretos para juzgar a los acusados de pederastia y, ante todo, refuerzan la autoridad eclesi¨¢stica, minada por las presiones laicas a ra¨ªz de los esc¨¢ndalos de abuso sexual. Con la nueva normativa, la Iglesia intenta poner fin al infame cap¨ªtulo que comenz¨® en enero, pero los grupos prov¨ªctimas reiteraron que ellos no lo han cerrado y calificaron los cambios como un paso atr¨¢s.
Los prelados insisten en que no hay retroceso alguno. El esp¨ªritu de la reforma, sostienen, es ¨²nicamente la protecci¨®n de los derechos de los acusados, de la misma forma que en junio garantizaron los de las v¨ªctimas. En palabras de obispo Francis George, tratan de equilibrar la compasi¨®n con los abusados y la justicia con los sacerdotes. 'Nos piden que elijamos entre el acusador y el acusado, pero no podemos hacerlo: elegimos a ambos, amamos a ambos', dijo durante el debate que precedi¨® a la votaci¨®n. Las enmiendas se aprobaron por 246 a siete votos.
Adem¨¢s de establecer tribunales, el s¨ªnodo episcopal limit¨® a 28 a?os la edad para denunciar los abusos y modific¨® la definici¨®n de 'abuso sexual' y el lenguaje que obligaba a los obispos a notificar a las autoridades cuando reciban denuncias. Los prelados s¨®lo tendr¨¢n a partir de ahora que 'cumplir con las leyes vigentes', lo cual significa que en la mitad de los Estados no cometen una ilegalidad si no alertan a las tribunales civiles.
'Hoy se ha abierto a¨²n m¨¢s la brecha entre el pueblo y la Iglesia', declar¨® la presidenta de la Red de Supervivientes de Abuso Sexual del Clero, Barbara Blaine. Los prelados admitieron la fragmentaci¨®n que la desconfianza hacia el clero hab¨ªa suscitado y dijeron que la nueva pol¨ªtica pretend¨ªa ser tambi¨¦n una convocatoria a la unidad.
La participaci¨®n de laicos
Sin embargo, la llamada 'contrareforma' se aleja, al menos en el documento firmado ayer, de la transparencia a la que se comprometieron los jerarcas de la Iglesia de EE UU el pasado mes de junio en Dallas. Dos componentes claves de lo aprobado en Dallas eran la apertura de los procesos de verificaci¨®n de denuncias, as¨ª como la participaci¨®n de cat¨®licos laicos en la toma de decisiones. Ambos desaparecen por completo.
Los sacerdotes acusados de abusar de menores ya no ser¨¢n suspendidos de forma inmediata, como establec¨ªa la tesis de tolerancia cero, sino que cada obispo abrir¨¢ una 'investigaci¨®n preliminar' durante la cual el acusado sigue en sus funciones y su identidad permanecer¨¢ an¨®nima. S¨®lo si determina la credibilidad de los alegatos le suspenden temporalmente, hasta que un tribunal eclesi¨¢stico lo declare culpable o inocente.
La Junta Nacional de Revisi¨®n, supuestamente creada para supervisar el cumplimiento de la pol¨ªtica antipederastia en todas las di¨®cesis, no tendr¨¢ voz ni voto en los juicios. Se convierte en un ¨®rgano de consulta y consejo. Sus funciones de 'vigilancia' parece asumirlas en parte una agente femenina del FBI al que los obispos nombraron justo antes del inicio de la Conferencia Episcopal que hoy concluye en Washington, pero cuyo margen de acci¨®n no han precisado. La intenci¨®n, se?alan los grupos prov¨ªctimas, era disuadir con la agente las cr¨ªticas a la enmendada disciplina antipederastia.
La retenci¨®n del poder se convirti¨® en el objetivo principal de los obispos poco despu¨¦s de finalizar la reuni¨®n de Dallas, de la que muchos de ellos creyeron salir debilitados por un exceso de contricci¨®n p¨²blica. El presidente del s¨ªnodo, Wilton Gregory, se ha expresado contundentemente en contra de quienes quieren utilizar los esc¨¢ndalos para socavar la Iglesia. 'Hay quienes quieren explotar la vulnerabilidad de los obispos para lograr sus intereses, atacar a los pastores para dispersar el reba?o', afirm¨® Gregory.
La reivindicaci¨®n de la autoridad eclesi¨¢stica puede ser a la larga un arma de doble filo. En opini¨®n de los juristas, la versi¨®n de la pol¨ªtica disciplinaria adoptada ayer abre un rumbo de colisi¨®n sin precedentes entre el derecho can¨®nico y el civil. El dilema se producir¨¢ cuando un tribunal secreto absuelva a un acusado de pederastia y un tribunal civil lo condene. La norma adoptada ayer a¨²n debe ser ratificada por el Vaticano y tendr¨¢ validez por dos a?os.
La nueva pol¨ªtica disciplinaria
La nueva pol¨ªtica disciplinaria adoptada ayer por la conferencia episcopal de EE UU sigue sin crear un registro de sacerdotes acusados de abusar de menores. Seg¨²n las organizaciones laicas, se acercan a los 600, de los que 325 ya han sido suspendidos y se han formulado cargos contra al menos 87 (hay 46.000 curas en EE UU). De haber estado vigentes las normas aprobadas ayer, muchas v¨ªctimas no habr¨ªan podido presentar las denuncias. Estas son las principales enmiendas:
1?. Las v¨ªctimas s¨®lo tendr¨¢n un plazo de diez a?os para denunciar los abusos, una vez que cumplan los 18 a?os. Es decir, 28 a?os como m¨¢ximo, mientras que la pol¨ªtica de tolerancia cero no impon¨ªa plazo de prescripci¨®n.
2?. Los obispos no estar¨¢n obligados a notificar a los tribunales civiles sobre las denuncias de abuso sexual de menores. S¨®lo deber¨¢n cumplir con las leyes civiles, que en la mitad de los Estados no les obliga a alertar a las autoridades.
3?. Los sacerdotes acusados ser¨¢n juzgados en tribunales eclesi¨¢sticos regidos por el derecho can¨®nico, no por las leyes civiles de EE UU. Los juicios se celebrar¨¢n a puerta cerrada y se mantendr¨¢ el anonimato de los acusados. Algunos juicios podr¨ªan celebrarse en Roma, con lo cual estar¨ªan fuera del alcance de la justicia norteamericana, si ¨¦sta decidiera solicitar las pruebas y testimonios para abrir procesos simult¨¢neos.
4?. La definici¨®n de 'abuso sexual' se restringe. La pol¨ªtica adoptada en Dallas consideraba que el abuso 'no ten¨ªa que involucrar contacto f¨ªsico, ni fuerza', pero seg¨²n la nueva normativa debe 'contravenir de forma grave y objetiva el sexto mandamiento'.
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