El pueblo sin partidos

Francisco N¨²?ez y dos de sus hijos interrumpieron entre amenazas de muerte a los participantes en la tertulia pol¨ªtica de Radio La L¨ªnea, minutos antes de la medianoche del pasado mi¨¦rcoles. El agresor hab¨ªa sido citado en el programa El debate como uno de los beneficiarios de los alrededor de 130 contratos presuntamente irregulares suscritos por el Ayuntamiento encabezado por el ahora militante del Partido Popular pero elegido alcalde por el GIL, Juan Carlos Ju¨¢rez. Seg¨²n aseguran varios testigos, N¨²?ez (coordinador el ?rea de Obras y Servicios) y sus hijos redujeron al encargado de la puerta de la emisora tras ponerle la hoja de uno de sus cuchillos sobre la piel del cuello y a continuaci¨®n entraron violentamente en el peque?o estudio donde ocho tertulianos y el conductor, Samuel Fern¨¢ndez, se dispon¨ªan a finalizar la emisi¨®n del programa. Todo ello en directo.

Los oyentes pudieron escuchar as¨ª los gritos, la confusi¨®n y el forcejeo entre estas tres personas (uno de ellos no iba armado) y los protagonistas de El debate. Entre los tertulianos se encontraban dos agentes de la Polic¨ªa Local que lograron abortar el asalto antes de que nadie resultara herido. Los tres atacantes pasaron ayer a disposici¨®n judicial. Uno de los hijos es menor de edad, por lo que, a mediod¨ªa de ayer, su caso pas¨® al tribunal tutelar de menores.

?ste es un caso ins¨®lito en la vida pol¨ªtica espa?ola, pero es que la acci¨®n pol¨ªtica en La L¨ªnea es diferente a la de las dem¨¢s poblaciones espa?olas. Los partidos mayoritarios (PP y PSOE) a escala estatal han naufragado en esta deprimida localidad gaditana. As¨ª, Radio La L¨ªnea es una emisora propiedad del empresario nacido en la localidad pero residente en Barcelona, Miguel Rodr¨ªguez.

Entre los que participaban en el programa de la noche del mi¨¦rcoles estaba el abogado Emilio Rodr¨ªguez Men¨¦ndez, creador del Partido Socialista de la Justicia y candidato en las pr¨®ximas elecciones municipales. Ju¨¢rez result¨® elegido por el GIL (que consigui¨® 17 de los 25 ediles de la Corporaci¨®n), pero cuando Jes¨²s Gil comenz¨® a tener problemas con la Justicia, se ofreci¨® con su bot¨ªn de votos y concejales al mejor postor. Coquete¨® con el PSOE y finalmente se afili¨® con todos sus concejales al Partido Popular a finales del pasado a?o. Y es que Ju¨¢rez tiene una visi¨®n de la administraci¨®n propia. Cuando era candidato por el GIL, mientras paladeaba un habano y repanchingado en su despacho de su delirante sede de campa?a (en la que hab¨ªa desde cursos de ingl¨¦s a pedicura y promesas de trabajo) lleg¨® a asegurar que ¨¦l quer¨ªa ser una especie de presidente del consejo de administraci¨®n de la localidad. La pol¨ªtica y la ideolog¨ªa eran algo ajeno. Al igual que en La L¨ªnea, que apoy¨® su apuesta y le otorg¨® en las urnas una mayor¨ªa colosal.

Su gesti¨®n est¨¢ ahora tambi¨¦n fuera de la arena pol¨ªtica. Concretamente, en los tribunales. Se han admitido a tr¨¢mite contra ¨¦l dos querellas por malversaci¨®n de caudales p¨²blicos: una por uso indebido de la tarjeta de cr¨¦dito municipal, en la que se le acusa de haber realizado m¨¢s de 350 extracciones de dinero en met¨¢lico, y otra por el supuesto espionaje de los negocios y la vida privada del empresario Miguel Rodr¨ªguez. Otra por prevaricaci¨®n en la supuesta contrataci¨®n ilegal de alrededor de 130 personas en puestos municipales. Asimismo, tambi¨¦n se investiga en los tribunales el destino de 60.000 euros por multas de tr¨¢fico que no fueron sido registradas en la contabilidad municipal. Multas que los agentes supuestamente cobraban al instante y en muchos casos a residentes en la vecina colonia de Gibraltar.

El clima alrededor del poder local de La L¨ªnea es m¨¢s que tenso. El secretario general del PSOE en la localidad, Enrique Morales, admit¨ªa ayer que tanto su partido como el PP no supieron solucionar los problemas de la poblaci¨®n cuando fueron elegidos para dirigir el Ayuntamiento. Morales admite que el actual equipo de Gobierno ha lavado la cara de La L¨ªnea, pero asegura que el precio ha sido demasiado alto: una deuda que cifra en m¨¢s de 60.000 euros.