Los errores sepultan al Alav¨¦s
El Besiktas, un equipo menor, aprovecha un fallo defensivo para eliminar al conjunto de Man¨¦
Irreconocible, el Alav¨¦s se fue por la puerta de atr¨¢s de su competici¨®n m¨¢s gloriosa. Le dobleg¨® un equipo menor, de ¨¦sos que hace dos a?os habr¨ªan tomado lecciones de f¨²tbol de aquel Pink Team al que hubieran saludado al t¨¦rmino del partido como si de un hist¨®rico Liverpool se tratase.
Pero el Alav¨¦s de hoy en d¨ªa tambi¨¦n es un equipo menor, muy dado al pelotazo de sus defensas y portero en busca de Iv¨¢n Alonso, un n¨¢ufrago que acumula en cada partido no menos de un centenar de saltos con los defensas y la consiguiente raz¨®n de codazos y collejas. En eso se equivoc¨® el Alav¨¦s, no en el hecho de jugar con un solo punta, cl¨¢sico y cabeceador, sino en buscarle como permanente referencia.
BESIKTAS 1| ALAV?S 0
Besiktas: C¨®rdoba; Eren (Tolga, m. 84), Ronaldo, Zago; Tayfur, Yasin; Dobra, Pancu, Ibrahim (Ahmet, m. 84); Sergen (Nouma, m. 46) y Mansiz. Alav¨¦s: Dutruel; Karmona, Eggen, T¨¦llez; Geli, Desio, Llorens; Astudillo; Jordi Cruyff (Illie, m. 53), Ibon Bego?a (Turiel, m. 77); e Iv¨¢n Alonso (Rub¨¦n Navarro, m. 53). Gol: 1-0. M. 7. Error defensivo de Llorens que aprovecha Mansiz de tiro cruzado. ?rbitro: Pascal Caribian (Francia). Amonest¨® a Pancu, Ibrahim, Carmona, Cruyff, Desio, Erem y Astudillo. Expuls¨® a T¨¦llez y Mansiz. 32.000 espectadores. El Alav¨¦s, eliminado por el tanteo global de 1-2.
Acertaba Man¨¦ en ningunear a dos de los tres centrales del equipo turco, futbolistas muy dados al cuerpo a cuerpo, pero debil¨ªsimos cuando se les entra con espacios. Dos de ellos, Zago y Ronaldo, brasile?os, gustan de manosear el bal¨®n con la misma destreza que un gato con guantes caza ratones. El problema es que ni Jordi Cruyff ni Bego?a est¨¢n para muchos trotes y cada presencia en el ¨¢rea m¨¢s que una sorpresa es un anuncio.
Y se equivocaba el Alav¨¦s en la defensa, como si la mala tarde de Llorens desestabilizase una l¨ªnea que tard¨® en aportar solidez. De uno de sus m¨²ltiples errores vino el gol del Besiktas, fabricado a partes iguales por el defensa espa?ol y la asociaci¨®n de los dos futbolistas m¨¢s preclaros del equipo turco, Sergen y Mansiz, la inteligencia y el remate.
Por un momento, amenaz¨® ruina, bien por el anuncio de cat¨¢strofe deportiva del Alav¨¦s, bien por el trueno sonoro que puso a prueba la resistencia de las tribunas del estadio. Pero, en principio, resisti¨® el Alav¨¦s gracias al empuje de Astudillo, que le proporcion¨® la dosis suficiente de faltas, mal ejecutadas las directas, bien servidas a la cabeza las indirectas o lejanas, pero sin ¨¦xito. Lo acaricio Iv¨¢n Alonso, tras un error de Ronaldo, pero no supo reaccionar ante el portero C¨®rdoba, y lo pein¨® con sus rizos Eggen, a centro de Ibon Bego?a.
Ah¨ª, y s¨®lo ah¨ª, tuvo el partido el Alav¨¦s, porque despu¨¦s cometi¨® el tercer error y cay¨® en la provocaci¨®n del equipo turco, que maneja la parcela del antif¨²tbol con habilidad de orfebre. La consecuencia fue una tangana y la expulsi¨®n de T¨¦llez y Mansiz.
Con un gol y mucha turbulencia alcanz¨® el Besiktas el descanso, sabedor de que su f¨²tbol es peque?o, pero su voluntad s¨®lo comparable a la de su afici¨®n.
El partido se muri¨® en sus propios errores, pero curiosamente cuanto m¨¢s deca¨ªa en calidad m¨¢s control le otorgaba al Alav¨¦s, que en la segunda parte se adue?¨® del bal¨®n aunque le sacara poco provecho.
El Besiktas renunci¨® a su poco f¨²tbol, se guareci¨® en su parcela, meti¨® un delantero rompedor, Nouma, a costa de su mejor futbolista, Sergen. Si en la primera mitad lo calent¨® a fuego r¨¢pido, en la segunda lo enfr¨ªo con hielo a mansalva.
En ambos casos, no supo responder el Alav¨¦s. Nunca supo atacar con sentido y siempre lo hizo con pocos hombres, incluso cuando Man¨¦ dio entrada a Rub¨¦n Navarro e Illie
As¨ª que el reloj estren¨® el toma y daca tras tanta dosis de somnolencia. La urgencia revivi¨® el partido. Nouma dispar¨® al larguero y Mansiz e Illie intercambiaron sendos errores a medio metro del portero. Volvi¨® la intensidad, llegaron los malos modos, las expulsiones, los pelotazos, el correcalles...
Lo l¨®gico por la desesperaci¨®n alavesista y el miedo de los turcos a que un error arruinase su suerte. Y el reloj, como los errores, dict¨® sentencia. La agon¨ªa del Pink Team tuvo un mal final, quiz¨¢ porque visti¨® de amarillo.
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