Inseguridad mar¨ªtima

La peripecia inacabada del petrolero Prestige, que tras verter 3.000 toneladas de fuel cerca de las costas gallegas amenaza ahora con partirse en dos 60 millas mar adentro, ilustra una vez m¨¢s la falta de control y de medidas preventivas que gobierna el transporte mar¨ªtimo de mercanc¨ªas peligrosas y, como secuela, las dificultades con que tropiezan Gobiernos y jueces a la hora de depurar responsabilidades. El en¨¦simo naufragio de los ¨²ltimos a?os en aguas gallegas reabre el debate sobre la seguridad de una zona que atraviesan 65.000 barcos anualmente, casi la tercera parte de ellos con mercanc¨ªas peligrosas.

Las costas atl¨¢nticas europeas (y las gallegas destacadamente) se han enfrentado desde hace una veintena de a?os a desastres como los del Urquiola, el Mar Egeo o el Cason. La rapidez con que han reaccionado las autoridades espa?olas remolcando el barco mar adentro parece haber ahorrado esta vez a Galicia una nueva cat¨¢strofe ecol¨®gica, pero el incidente evidencia la absoluta laxitud normativa que rige el transporte mar¨ªtimo internacional, en contraposici¨®n con el hiperreglamentado tansporte a¨¦reo. El Prestige, un barco de estructura monocasco con 26 a?os de antig¨¹edad, fletado por un armador griego y con bandera de conveniencia de Bahamas, es uno m¨¢s de los que surcan los mares sin medidas de seguridad adecuadas y sobre los que no quiere asumir responsabilidades ninguno de los eslabones de la enrevesada cadena que gobierna el transporte mar¨ªtimo de crudo y de mercanc¨ªas peligrosas. Las banderas de conveniencia han proliferado en los ¨²ltimos a?os a medida que las navieras han ido buscando puertos de origen en pa¨ªses con impuestos y salarios m¨ªnimos y una regulaci¨®n pr¨¢cticamente inexistente, de ah¨ª su ¨¦xito en el transporte de mercanc¨ªas de riesgo en buques destartalados o decr¨¦pitos.

De poco sirve que en esta jungla la Uni¨®n Europea intente dotarse de un entramado de medidas que protejan sus costas, como un mayor control del estado de los buques y la implantaci¨®n del doble casco, obligatorio a partir de 2015. El problema transciende el ¨¢mbito de la UE y adquiere dimensi¨®n global. En el Prestige se da la circunstancia, adem¨¢s, de que su destino era Gibraltar, seg¨²n el Gobierno espa?ol, aunque Londres lo niegue. En todo caso, el hecho de que se reconozca que el petrolero recal¨® para repostar una vez en el Pe?¨®n, dado su sistema impositivo m¨¢s favorable, muestra que el estatus de que goza la colonia brit¨¢nica puede ser un factor de riesgo para la seguridad mar¨ªtima comunitaria si no se le obliga a respetar las normas generales.