La tragedia equ¨ªvoca
Buena cosa: la Royal Shakespeare Company ha creado esta Academia para que los graduados en otras escuelas se formen en el teatro cl¨¢sico, que es la base de todo el suyo, y de sus grandes actores. Esta "Academy" representa ya, acude a los festivales -como al de Oto?o de la Comunidad de Madrid- y, a mi juicio, es algo rara. Dicen las gentes de habla inglesa que a Shakespeare es imposible representarlo mal; sin embargo, se hacen muchos intentos y alguno de ellos tiene ¨¦xito.
El director Donnellan tiene la idea curiosa de que en esta obra Shakespeare era nihilista y define as¨ª Rey Lear: "?ste es un paisaje de la nada. ?ste es el mundo en el que no hay luz, ni color, ni amor, nada, nada, nada. No hay fe, ni caridad ni esperanza, ni siquiera desesperaci¨®n. Nada". Es, creo yo, una idea equivocada. Hay tiran¨ªa, despotismo, amores sexuales, amor filial; est¨¢ el miedo, la opacidad, la ceguera -"un ciego guiado por un loco", dice en su met¨¢fora de los poderes-; hay pasiones, ambiciones, dolor profundo, venganza, suicidios, torturas. Y la cr¨ªtica continua por boca del buf¨®n y de alg¨²n otro personaje: la cr¨ªtica de quien sabe que sin la iron¨ªa y con el propio sufrimiento no se puede ejercer ese oficio. Quiz¨¢ es m¨¢s dura y m¨¢s fuerte que otras obras de Shakespeare: no tanto como el Tito Andr¨®nico, menos reflexiva que Hamlet, no muy distinta de Macbeth, pero absolutamente pasional. Un libertario como Shakespeare no es nunca fr¨ªo ni vac¨ªo.
En consecuencia con su idea, Donellan crea un espacio vac¨ªo y negro donde, negros y vac¨ªos, se mueven los personajes. Trajes de etiqueta actuales, trajes de noche, peque?as chispas en el del buf¨®n que lleva un micr¨®fono falso -esta compa?¨ªa act¨²a a voz, sin las ayudas de que se valen los actores en Espa?a, incluso los m¨¢s profesionales-, brev¨ªsimos decorados. Voces de personas que se alteran poco. Excepto cuando, a pesar de la teor¨ªa, es imprescindible: como en las desesperaciones del Rey Lear, el d¨¦spota que descubre tard¨ªamente que cuando se cede el poder, se pierde todo, y es tan disparatado en su tiran¨ªa que ni siquiera es capaz de imaginar que la verdad pueda ser amor y falta de ambici¨®n, como el de Cordelia. Para distanciar a este Rey perdido ha encontrado otro medio: que lo haga un actor negro, que act¨²a como si imitara a un negro: como si en lugar de a Lear interpretase al Emperador Jones de O'Neill, obra que tiene con Rey Lear mucho parentesco, pero que est¨¢ escrita precisamente para eso: para que la represente un hombre de color con todas las caracter¨ªsticas del negro americano. Esto no quiere decir que el actor Nonso Anozie lo haga mal, sino al contrario: es un gran actor de figura impresionante y de voz profunda. Es el concepto de la obra el que le sienta mal a ¨¦l.
El texto es ¨ªntegro, traducido al espa?ol en letras el¨¦ctricas, no siempre acertadas. No puede tener la velocidad de la palabra hablada y tiene que comprimir: a veces es imposible de traducir tan simplemente, como por ejemplo en la palabra fool, que significa al mismo tiempo buf¨®n y loco. Pero a¨²n queda en ¨¦l el Shakespeare inmune, el que no se puede hundir se haga lo que se haga con ¨¦l.
El p¨²blico del Festival de Oto?o y el de la Escuela (RESAD) no llenaron el enorme y limpio teatro (fr¨ªo, eso s¨ª: acompa?ando el fr¨ªo de la versi¨®n), pero aplaudieron a los actores, cuyo trabajo es ejemplar.
Babelia
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