Una ciudad dividida
Hebr¨®n, que los ¨¢rabes llaman Al Jalil y los jud¨ªos Hevron, es la ¨²nica ciudad de Cisjordania en la que se han asentado colonos jud¨ªos. Y adem¨¢s, los que lo han hecho pertenecen al n¨²cleo duro del movimiento colono, aquellos que fundamentan su decisi¨®n en la Biblia: Hebr¨®n alberga en su casco hist¨®rico la tumba del profeta Abraham, al que los musulmanes veneran como Ibrahim.
Por ese motivo, el Gobierno israel¨ª se neg¨® a incluir Hebr¨®n en la lista de ciudades palestinas que seg¨²n los Acuerdos de Oslo alcanzaron la autonom¨ªa entre 1994 y 1995. Las negociaciones para Hebr¨®n se prolongaron hasta junio de 1997, cuando despu¨¦s de 30 a?os de ocupaci¨®n, el Ej¨¦rcito israel¨ª se retir¨® de un 80% del ¨¢rea municipal. El Protocolo para el Redespligue de Hebr¨®n defin¨ªa esa zona como H1, con un estatuto similar al de las zonas A del resto de Cisjordania, donde se responsabilizaba de la seguridad a la polic¨ªa palestina y los soldados israel¨ªes no pod¨ªan entrar, salvo acompa?ados por fuerzas palestinas. Aun as¨ª, el Ej¨¦rcito de ocupaci¨®n ha seguido manteniendo la supervisi¨®n de sus accesos ante los que establece frecuentes controles y, en ocasiones, incluso cierra.
El 20% restante de la ciudad, la llamada zona H2 del protocolo, continu¨® bajo control militar israel¨ª. Esa ¨¢rea comprende la Casbah, o Ciudad Vieja, y las zonas adyacentes a las colonias jud¨ªas, a cuyos 450 ocupantes se trataba de proteger con la excepcionalidad que supon¨ªa la presencia de los soldados. Los 35.000 habitantes palestinos del casco hist¨®rico quedaron as¨ª rehenes de los colonos, ya que su libertad de movimientos se vio muy restringida.
De las tensas relaciones entre ambas comunidades dio prueba la matanza de 29 musulmanes que rezaban en la mezquita de Ibrahim perpetrada por el radical jud¨ªo Baruj Goldstein en febrero de 1994. A ra¨ªz de aquel incididente, la comunidad internacional despleg¨® una misi¨®n de observadores que registra las violaciones de los acuerdos entre las dos comunidades, pero carece de mandato para actuar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.