La pol¨ªtica de Artur Mas
La anticipada campa?a electoral ha comenzado a un ritmo fren¨¦tico. Si, por una parte, ello impedir¨¢ cualquier acci¨®n coherente de gobierno, ya que todo se ti?e de electoralismo, por otra quiz¨¢ nos permita conocer bien las propuestas de unos y otros para as¨ª perfilar de manera adecuada a nuestras convicciones el futuro voto.
Quien en las ¨²ltimas semanas est¨¢ tomando la iniciativa es Artur Mas desde su privilegiada posici¨®n de ser el conseller en cap del actual Gobierno catal¨¢n y dar repetidas muestras de que las m¨¢s recientes actuaciones de ¨¦ste obedecen a sus ideas y directrices. Del conjunto de sus actitudes e iniciativas ya podemos extraer algunas consecuencias.
Una primera preocupaci¨®n de Mas ha sido recuperar la confianza del sector m¨¢s nacionalista de su partido y de sus votantes. Probablemente, el espectacular portazo de Pere Esteve y la propuesta autodeterminista de Ibarretxe intensificaron sus esfuerzos en esta direcci¨®n. Fruto de ello es el proyecto de aprobar un nuevo Estatuto, basado en unos supuestos derechos hist¨®ricos de Catalu?a, con un sistema de financiaci¨®n semejante al cupo vasco. La credibilidad de tan insensata y poco fundada propuesta es nula, pero de aqu¨ª a las elecciones competir¨¢ con la mucho menos radical que formularon -?santa inocencia!- los socialistas, junto a Esquerra e Iniciativa. Cada uno ha de ser lo que es y no aparentar lo que no es, pero puede hacer da?o al contrario. La propuesta de Mas, que se concretar¨¢ dentro de unos meses, es un simple brindis al sol, pero suficiente para dejar en p¨®lvora mojada las intenciones socialistas y sumir en el rid¨ªculo a un partido independentista como Esquerra.
Ya en el colmo de los rid¨ªculos, pero tambi¨¦n en esta l¨ªnea de rearme nacionalista, el Gobierno de CiU ha aprobado abrir una embajada en Perpi?an, se supone que con la intenci¨®n apoyar a los nacionalistas catalanes locales aunque, en cualquier caso, sin ninguna conexi¨®n con los intereses generales que debe defender la Generalitat e imagino que ante la justificada suspicacia de las autoridades francesas.
Una segunda l¨ªnea de la actuaci¨®n de Mas es la descaradamente electoralista. De momento, ha prometido unas m¨®dicas rebajas fiscales a los j¨®venes que alquilen pisos y a los pap¨¢s que contribuyan a comprar un piso para sus hijos, as¨ª como aumentos en las pensiones de las viudas y los viudos. Por otra parte, frente al desgaste electoral que puede suponerle en las comarcas del Ebro el apoyo parlamentario de CiU al Plan Hidrol¨®gico Nacional, ha propuesto como nueva opci¨®n el trasvase del agua del R¨®dano. Otro brindis al sol, ya que tal soluci¨®n depende del acuerdo de los gobiernos espa?ol y franc¨¦s, y es muy probable tambi¨¦n la oposici¨®n de los grupos ecologistas de la Provenza y la Camarga, zona esta ¨²ltima de un alto valor medioambiental como lo es tambi¨¦n el delta del Ebro. Ahora bien, por prometer que no quede: la culpa siempre se le puede echar a los gobiernos de Madrid y Par¨ªs, siempre tan jacobinos.
Una tercera l¨ªnea va en el sentido de evitar que salgan a la luz p¨²blica turbios negocios de presunta corrupci¨®n: los famosos casos Pallerols (que afecta a Uni¨® Democr¨¤tica), Europraxis (que afecta a Josep Pujol, hijo del presidente) y Turismo (que afecta al recientemente destituido consejero Subir¨¤, tambi¨¦n de la familia). Primero, con la ayuda del PP, se impidi¨® que una comisi¨®n parlamentaria los investigara; ahora, una Sindicatura de Cuentas controlada por CiU retrasa sus informes con pretextos grotescos: por ejemplo, su presidente se ha negado a firmar durante un tiempo la compra de sellos para franquear unas cartas necesarias para concluirlos. La sensaci¨®n de rep¨²blica bananera es total, ante un Parlament inerme que est¨¢ haciendo un rid¨ªculo hist¨®rico.
Finalmente, una cuarta l¨ªnea de la acci¨®n pol¨ªtica de Mas consiste en sus esfuerzos por apoderarse de determinados ejes b¨¢sicos de la sociedad catalana. Ya hablamos hace unas semanas del intento, ahora casi consumado, de eliminar a Josep Vilarasau como presidente de La Caixa, una de las pocas personas poderosas de Catalu?a que no siempre se han sometido en estos ¨²ltimos 22 a?os a los dictados de CiU. Establecer en la pr¨®xima Ley de Acompa?amiento de los Presupuestos que los consejeros y otros altos cargos de las cajas no pueden sobrepasar el l¨ªmite de 20 a?os en el cargo es algo tan irrazonable que s¨®lo se entiende por el argumento ad hominem. ?20 a?os! Los l¨ªmites a los mandatos en los cargos, cuando se cree oportuno establecerlos, son siempre mucho m¨¢s reducidos -dos mandatos, ocho a?os, por ejemplo-, pero una tal cantidad no es m¨¢s que pura arbitraridad con un fin singular injustificable. En definitiva, una verg¨¹enza.
En la misma l¨ªnea de control social democr¨¢ticamente ileg¨ªtimo y, en este caso, adem¨¢s, claramente ilegal, es la concesi¨®n provisional de 20 nuevas frecuencias radiof¨®nicas a amigos y conocidos, aunque -como es el caso de la emisora de Justo Molinero- incumplan las normas pertinentes de la famosa Ley de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica. ?Todo vale cuando hay elecciones a la vista? En otro orden de cosas pero con intenci¨®n parecida: ?tiene alguna justificaci¨®n, desde el punto de vista de los intereses generales, que la Generalitat abra tambi¨¦n una embajada en Roma para as¨ª influir en el Vaticano y controlar a la Iglesia catalana?
Los primeros pasos de Artur Mas tras el reciente cambio de gobierno son en algunos casos poco cre¨ªbles, y en otros escandalosos. Si las cosas siguen por este camino -mucho me temo que no se torcer¨¢-, esperemos que la sociedad catalana sepa reaccionar en las pr¨®ximas elecciones. Y reaccionar¨¢ si los partidos de la oposici¨®n saben ofrecer propuestas serias, razonables, honestas y realistas.
Francesc de Carreras es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la UAB.
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