La noche barcelonesa resiste y vuelve a animarse en el Paral¡¤lel
La sala Apolo, la programaci¨®n del Paral¡¤lel 62, el regreso del hist¨®rico Molino y la explosi¨®n de locales como Laut o Rouge dejan atr¨¢s los a?os degradados
El pasado no se puede recuperar, nada se repite de igual manera, pero ya desde tiempos de Ada Colau las autoridades municipales parecen dispuestas a recuperar el brillo de la que fue la calle de los espect¨¢culos en Barcelona. Adem¨¢s del teatro, la m¨²sica se erige hoy como un poderoso atractivo del Paral¡¤lel, contando con la sala Apolo como cabeza tractora, am¨¦n del Paral¡¤lel 62 que gana espacio con su creciente programaci¨®n y con el hist¨®rico El Molino como sala que recientemente se ha sumado a la oferta musical. Pendientes las obras de recuperaci¨®n del Arnau y con locales como Psycho, Rouge, La Federica o Laut entre otros, la animaci¨®n parece crecer en la zona. No se conoce c¨®mo ser¨¢ el futuro inmediato, pero s¨ª que se han dejado atr¨¢s los a?os m¨¢s oscuros y degradados.
En esos a?os Apolo ya funcionaba como sala de baile y de conciertos, se inaugur¨® en 1943, pero fue a partir de los a?os noventa cuando se acompas¨® con los tiempos y comenz¨® la historia que a¨²n protagoniza. Dispone de dos salas de conciertos (1.300 y 800 personas de capacidad) que programan casi diariamente y otros dos espacios, La 3 y la Cinc donde junto con las dos primeras salas toman vuelo hasta 8 sesiones peri¨®dicas de club con tem¨¢ticas musicales diferentes entorno a DJs espec¨ªficos. Una tierra de 3.000 danzas que funciona toda la semana. Alberto Guijarro es su director y asegura que ¡°sin los clubs Apolo no ser¨ªa lo mismo¡± y cuenta que ¡°entre 2005 y 2015 la cultura de club tuvo un baj¨®n del que ahora se ha recuperado¡±. Su motor, apunta, ¡°es la multitud de colectivos existentes con ganas de programar, muchos de ellos vinculados al movimiento LGTBIQ+¡±. Por su parte, Naiara Lasa, directora de programaci¨®n desde 2011, rompe un t¨®pico: ¡°los m¨¢s j¨®venes vienen a los conciertos, en especial para ver K Pop (pop coreano) y artistas fuera de los radares mayoritarios, son muy fans y pagan entradas nada baratas entre 70 y 200 euros¡±. Ambos explican que cuando se trata de K Pop la sala se divide en dos y los fans que ocupan la parte delantera pagan esos 200 euros porque saben que por all¨ª pasar¨¢n sus ¨ªdolos a chocarles la mano. Lasa desliza una diferencia con el p¨²blico de anta?o ¡°antes hab¨ªa m¨¢s curiosidad, ahora solo salen a ver cosas que conocen muy bien, no hay lugar para la sorpresa, que en todo caso se encuentran en los festivales¡±.
Entre 2005 y 2015 la cultura de club tuvo un baj¨®n del que ahora se ha recuperado con colectivos existentes con ganas de programar, muchos de ellos vinculados al movimiento LGTBIQ+Alberto Guijjarro, director de la sala Apolo
El trabajo de programaci¨®n no siempre es f¨¢cil y requiere de equipo joven que est¨¦ al d¨ªa de las nuevas corrientes. ¡°Adem¨¢s¡±, indican Guijarro y Lasa, ¡°hemos de comprobar temas ¨¦ticos de los artistas que no conocemos para evitar intolerancia y homofobia, como en la ¨¦poca del dancehall (estilo musical jamaicano), alguno de cuyos artistas nos provocaron muchos problemas a comienzos de la d¨¦cada pasada precisamente por su homofobia¡±.
Por lo dem¨¢s, Apolo acoge todo tipo de p¨²blico de entre menos de 20 y, seg¨²n el caso, hasta los sesenta, tambi¨¦n da cobijo a los artistas (Rosal¨ªa, Morad, Ana Tijoux) que trabajan en el estudio con el que cuenta la sala. Todo el mundo ser¨¢ ahora saludado por un Apolo andr¨®gino reci¨¦n pintado en una fachada por el prestigioso muralista Aryz. Eso s¨ª, ni Guijarro ni Lasa creen en el efecto llamada del Paral¡¤lel: ¡°ahora tira m¨¢s el barrio, la gente se mueve por Raval o Poble Sec, pero no dice ¡®vamos al Paral¡¤lel¡¯. Ese concepto es de personas mayores¡±, concluyen. Tienen cerrada programaci¨®n para casi todo 2025 y ya comienzan a trabajar en la de 2026.
M¨¢s oferta musical
Paral¡¤lel 62, antiguo Studio 54, antes Caf¨¦ Espa?ol y Teatro Espa?ol, lleva cerca de dos a?os gestionado cooperativamente y Anna Cerd¨¤, gestora cultural con amplia experiencia, es la directora. ¡°No me olvido que aqu¨ª debut¨® Mary Santpere¡±, asegura, y manifiesta la buena sinton¨ªa con las otras dos salas de la zona. Tambi¨¦n cree que hoy las cosas no funcionan como en la ¨¦poca dorada del Paral¡¤lel: ¡°Hoy los conciertos y el ocio est¨¢n m¨¢s planificados, tienes la entrada con meses de antelaci¨®n y esta zona no tiene un efecto llamada perceptible todo y que cada vez hay m¨¢s ambiente¡±.
En sus dos salas, con capacidad para 1.500 y 200 personas, se ha notado un incremento de p¨²blico con respecto al a?o pasado, de 156.000 a 184.000 asistentes, con un aumento paralelo de ocupaci¨®n (un 64% de la programaci¨®n tiene una asistencia entre el 80 y 100% de ocupaci¨®n en la sala grande y un 58% en la peque?a), y en ambas salas ha crecido un 10% la programaci¨®n musical. Paral¡¤lel 62 tiene una clara vocaci¨®n de servicio p¨²blico explicitada en colaboraciones con entidades del barrio como Xamfr¨¤, el Centre Cultural Albareda e Impulsem, un colectivo de inserci¨®n laboral que les brindar¨¢ personal para trabajar en la sala. Su aspiraci¨®n es aumentar la presencia de p¨²blico de las minor¨ªas que viven tanto en Raval como en Poble Sec, aunque reconoce las dificultades. ¡°Las hay econ¨®micas, culturales e incluso de idioma. Cada vez hacemos m¨¢s actividades y charlas en la sala peque?a, vinculadas a m¨²sicas no occidentales, de la di¨¢spora Africana, orientales, del Magreb, y alguna pincelada de Pakist¨¢n e India¡±. Con el 2025 muy ocupado, ya est¨¢n programando para 2026.
Quien se ha sumado m¨¢s tarde a esta oferta musical es El Molino, que como indica V¨ªctor Partido, director de la sala, ¡°ofrece como m¨¢ximo atractivo la cercan¨ªa del escenario, la comodidad de las mesas y una programaci¨®n amplia, alejada de lo m¨¢s comercial, con jazz, m¨²sicas del mundo, artistas locales y propuestas experimentales que atraen a un p¨²blico m¨¢s adulto como eje¡±. Desde su inauguraci¨®n, hace poco m¨¢s de mes y medio, han programado a unos 40 artistas en doble pase, realizando unos 80 conciertos, y ahora, cuenta Partido ¡°es hora de hablar con las otras salas, a cuyos responsables ya conozco¡±. Partido, natural de Sant Boi, ten¨ªa el Paral¡¤lel como ¡°el lugar donde mis padres ven¨ªan a ver a Paco Mor¨¢n y quiera o no, trabajar aqu¨ª es como una responsabilidad a?adida¡±. Para ¨¦l, m¨¢s que un destino, la avenida es ¡°una encrucijada entre barrios, un espacio de cruce de la ciudad¡±.
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