Tiempo contemplado
El primer libro de Jos¨¦ M¨¦ndez, El oficio de la necesidad, apareci¨® en 1980. Los poemas fueron escritos en la d¨¦cada de los setenta, tiempo en lo esencial caracterizado por el comienzo de la crisis del culturalismo y por el retorno de lo figurativo. Sin embargo, en poco afectaba ese proceso al primer libro de M¨¦ndez.?l iniciaba una obra de verbo despojado, de expresi¨®n sint¨¦tica, con ecos del Valente tard¨ªo, que hablaba de una intimidad marcada/obsesionada por el paso del tiempo y por lo huidizo de los instantes de amor, por la precariedad de la vida frente al poder transgresor de la poes¨ªa. Despu¨¦s de El oficio de la necesidad, Jos¨¦ M¨¦ndez escribi¨® tres libros en los que ha venido ahondando en esas obsesiones. Ahora, en la antolog¨ªa La mirada nos ofrece una amplia muestra de esa trayectoria desarrollada en una discreta lateralidad (respecto a las corrientes dominantes en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas y respecto a los cen¨¢culos literarios) a lo largo de veinte a?os. "S¨®lo la hu¨¦rfana luz de la mirada / ilumina el mundo". Ese hilo conductor es el que se ir¨¢ haciendo presente a medida que avanzamosen la antolog¨ªa. La "luz de la mirada" es la mirada propia, la del sujeto po¨¦tico proyect¨¢ndose desde la intimidad y, por ello, condicionada por las obsesiones individuales. Pero es una mirada que "ilumina el mundo". Es decir, que enciende la l¨¢mpara de lo colectivo, de lo cultural (la pintura y la literatura sobre todo), de lo pol¨ªtico. La fusi¨®n, la s¨ªntesis dial¨¦ctica de esas realidades, dan lugar a la tensi¨®n que M¨¦ndez, en una breve nota aclaratoria, sit¨²a en la intimidad del sujeto po¨¦tico. Quiz¨¢ sea un lugar com¨²n corregir al autor y afirmar que esa tensi¨®n dial¨¦ctica del poeta con "la contemporaneidad cultural y pol¨ªtica" a la que ¨¦l mismo alude, se hace presente en el poema, lugar que, aunque es trasunto de la intimidad, no es, en sentido estricto, la intimidad. ?se es (el poema) el lugar de las apariciones y el lugar de la magia de las palabras. Aunque La mirada es una antolog¨ªa, llaman la atenci¨®n su car¨¢cter unitario, su homogeneidad formal y una constante que, m¨¢s all¨¢ de cuanto llevamos dicho, define, en buena medida, la poes¨ªa de M¨¦ndez: la voluntad de aislar instant¨¢neas,de atrapar cuanto de fugitivo tiene la realidad cotidiana para salvarlo del paso del tiempo y para impregnarlo, a la vez, de cierta conciencia de muerte. Esto es especialmente visible en los poemas ¨²ltimos, pertenecientes a las colecciones Esquirla y Ahora que es siempre despu¨¦s, poemas en los que se apoya, adem¨¢s, en la memoria. No como espacio de la evocaci¨®n nost¨¢lgica, sino como precipitado de lugares y de seres (el protagonista del poema Alfredo, o Pipo el Manco, personaje de Despedida, entre otros) a cuyo trav¨¦s mirar, cara a cara, a la muerte. La mirada es un libro equilibrado, reflexivo, sereno y sobrio, un libro que nos confirma que al otro lado de las tendencias dominantes y de las categorizaciones al uso hay, tambi¨¦n, buena poes¨ªa.
LA MIRADA
Jos¨¦ M¨¦ndez Pr¨®logo de Gonzalo Rojas Calima. Palma de Mallorca, 2002 164 p¨¢ginas. 12,02 euros
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