Mahoma y la Miss
Un comentario period¨ªstico, desde una perspectiva musulmana liberal, sobre Mahoma y la elecci¨®n de Miss Mundo ha desatado lo que puede parecer un microconflicto de civilizaciones en Nigeria, con m¨¢s de un centenar de muertos en agresiones de integristas isl¨¢micos, que consideraron blasfemo el editorial de This Day contra cristianos en la norte?a ciudad de Kaduna. El comentario ha sido la chispa que ha hecho estallar un polvor¨ªn, y el incendio ¨¦tnico se ha extendido a otras zonas del pa¨ªs. La ilegal introducci¨®n a principios de 2000 de una de las m¨¢s restrictivas interpretaciones de la la ley cor¨¢nica, la sharia, en ¨¦se y otros Estados del norte de Nigeria ha generado una violencia que se ha cobrado m¨¢s de dos millares de muertos.
Nigeria, con 120 millones de personas y abundante petr¨®leo, era la gran esperanza de ?frica central. Pero desde hace a?os se encuentra sumida en una pobreza lacerante (menos de un d¨®lar al d¨ªa de renta por habitante) y en un terrible ciclo de luchas tribales. El Gobierno central de Olusegun Obasanjo, presidente elegido en las urnas en 1999 tras 15 a?os de r¨¦gimen militar, no puede decirse que se comporte en propiedad como un dem¨®crata, pero adem¨¢s no controla la mitad norte del pa¨ªs. All¨ª los grupos islamistas han impuesto su ley, que ha llevado a tribunales isl¨¢micos no reconocidos oficialmente a condenar a penas de lapidaci¨®n a muerte por adulterio, entre otras a Amina Lawal, cuya vida el Gobierno logr¨® salvar.
Esta situaci¨®n ha llevado a varios pa¨ªses, entre otros a Espa?a, a boicotear el certamen de Miss Mundo, previsto para el 7 de diciembre en la capital federal, Abuya, donde se ha extendido el conflicto en protesta contra el concurso.
El peri¨®dico This Day se hab¨ªa limitado a se?alar que Mahoma hubiera elegido una esposa entre las participantes a este concurso, lo que no ofende al sentido hist¨®rico. El certamen es criticable desde el punto de vista de la dignidad de la mujer, pero no es comparable con las condenas a lapidaci¨®n u otras aberraciones impuestas por este fundamentalismo. S¨ª ofende a la dignidad humana el contraste entre el boato del festival y la pobreza reinante que alimenta estos enfrentamientos ¨¦tnicos. Nigeria vuelve a poner de manifiesto que los Estados fallidos son un fen¨®meno m¨¢s peligroso a¨²n que los d¨ªscolos. Para sus habitantes y para los dem¨¢s.
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