Asequibles al desaliento
Aunque algunos viejos lobos del PSPV confiesan que no les ha sorprendido demasiado, la verdad es que la ¨²ltima encuesta del CIS, el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas, ha sido un jarro de agua fr¨ªa sobre las emergentes euforias que se percib¨ªan en el partido. Constatar de golpe y porrazo que nada apenas ha cambiado electoralmente con respecto a los comicios de 1999, que el PP conserva 13 largos puntos de diferencia y que no hay indicios de que pueda mejorar el panorama en los meses que restan, es como para arrojar la toalla y encomendarse a la Providencia. Humanos como a la postre son, los socialistas est¨¢n haciendo de tripas coraz¨®n para sobreponerse al desaliento y analizar sin ofuscaci¨®n este trance.
Mientras sus peritos en materia electoral escudri?an las circunstancias de esta desventura, los portavoces se han apresurado a desacreditar el rigor del sondeo, tild¨¢ndolo de manipulado y obsecuente para con el Gobierno. Una manera como otra, pero sin duda pueril, de atenuar el impacto y alentar un flas de esperanza cuando tantas ilusiones se hab¨ªan propiciado en punto a la p¨¦rdida de la mayor¨ªa absoluta por parte de los populares. Con toda seguridad, no habr¨¢ sido ¨¦sta la reflexi¨®n de Joan Lerma mientras compart¨ªa esta semana mesa y mantel con el presidente Jos¨¦ Luis Olivas en un almuerzo que intuimos distendido y en el que habr¨¢n ponderado el muestreo de opini¨®n que glosamos. "Paciencia, Joan", dir¨ªa uno. "Es lo m¨ªo", afirmar¨ªa el otro.
La contundencia de los datos demosc¨®picos se agrava m¨¢s si cabe por el detalle de que la consulta se efect¨²a en sinton¨ªa con la s¨²bita marcha de Eduardo Zaplana a Madrid, lo que en teor¨ªa, s¨®lo en teor¨ªa, deb¨ªa de haber conllevado una penalizaci¨®n al partido que aparentemente, cuando menos, antepone el brillo de un ministerio al compromiso auton¨®mico. Sin embargo, el sensor de la opini¨®n consultada no ha registrado este desaire. Ha prevalecido el sentimiento mayoritario que se identifica a la par y simult¨¢neamente espa?ol y valenciano. Tampoco ha restado preferencias la nominaci¨®n dedocr¨¢tica del sucesor, Francisco Camps, a pesar de la grisura de su liderazgo, acentuada por la larga sombra de su patrocinador, el ministro. Y, obviamente, al censo opinante le ha importado una higa que la Generalitat haya devenido una suerte de sede vacante.
Son ¨¦stos algunos de los aspectos que los analistas habr¨¢n de valorar detenidamente, sin quiz¨¢s soslayar el atractivo y capacidad movilizadora de su candidato, Joan Ignasi Pla. Aunque mejor no hacerlo, pues de poco servir¨ªa, siendo as¨ª que no se puede cambiar de montura en mitad de la carrera y, por otra parte, el sustituto eventual, de haberlo, seguir¨ªa tropezando con semejantes inconvenientes. Y muy principalmente con el desvergonzado uso -por abusivo- que el Gobierno del PP valenciano hace de las instituciones y medios p¨²blicos de comunicaci¨®n en favor de su candidato. Alg¨²n d¨ªa, si la democracia madura, habr¨¢ que acotar sin ambig¨¹edades la simbiosis entre el partido gobernante y la Administraci¨®n con menoscabo de ¨¦sta y para el inter¨¦s de aquel.
Para acabarlo de arreglar, entre los par¨¢metros que el PSPV habr¨ªa de considerar en su estrategia electoral a fin de remontar el descalabro cual forzado S¨ªsifo, est¨¢ su mortificante actitud ante el Plan Hidr¨¢ulico. Es un flanco por el que le van a llover todos los chuzos demag¨®gicos habidos y por haber en un in crescendo que alcanzar¨¢ la exasperaci¨®n en v¨ªsperas de las elecciones. De c¨®mo lo haga y convenza no depende que sea m¨¢s aceptado en un pr¨®ximo sondeo, pero s¨ª, y mucho, que no lo sea menos, habida cuenta de la sensibilizaci¨®n que sacude el asunto.
Por fortuna, y desde la izquierda mirando, no todas las noticias son deprimentes. Esquerra Unida sube seis d¨¦cimas y hasta podr¨ªa ser que, ech¨¢ndole optimismo a la cosa, Els Verds y Esquerra Valenciana, le sumasen alguna otra. Pero en todo caso, parece que se diluye el espantajo de su destierro al camposanto extraparlamentario. Joan Rib¨®, su cabeza visible, no le hace ascos al trabajo del CIS, l¨®gicamente. En cambio, alg¨²n motivo de enfado tiene el Bloc Nacionalista, que ni se le cita, cuando es probable que haya alcanzado el porcentaje para tener su esca?o en las Cortes. ?Cuanta le?a se hace del ¨¢rbol ca¨ªdo!
MANO DURA AL RUIDO
Las Cortes aprobaron el jueves pasado la esperada y apremiante Ley de Protecci¨®n contra la Contaminaci¨®n Ac¨²stica. No hubo consenso, pero tampoco han sido muy notables las discrepancias, lo que abona la bondad del texto. Pero de poco valdr¨¢ la aplicaci¨®n de los legisladores y este arsenal de sanciones si la Administraci¨®n no se equipa de voluntad pol¨ªtica y de recursos t¨¦cnicos y humanos para luchar eficazmente contra la plaga -y la incultura- del ruido. No olviden los gobernantes que las v¨ªctimas somos m¨¢s que sus torturadores y que se trata de una reivindicaci¨®n c¨ªvica urgente para la salud personal y la paz vecinal. Mano dura.
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