D¨¦ficit de justicia social
El encuentro latinoamericano patrocinado por el Foro Econ¨®mico Mundial y celebrado estos d¨ªas en R¨ªo ha puesto de relieve el enorme d¨¦ficit de justicia social que amenaza a la estabilidad pol¨ªtica del subcontinente. El cambio de prioridades de la Casa Blanca no es ajeno al sentimiento de agravio respecto de EE UU, patrocinador de un liberalismo a ultranza cuyos l¨ªmites se han evidenciado en las recientes crisis.
Washington ha ignorado, por ejemplo, el colapso econ¨®mico argentino, dej¨¢ndolo en manos del Fondo Monetario Internacional, con el que Buenos Aires intenta sin ¨¦xito desde hace un a?o cerrar un acuerdo, ahora m¨¢s herido tras el impago al Banco Mundial de una cuota de 800 millones de d¨®lares. A pesar del levantamiento del corralito, la situaci¨®n sigue siendo cr¨ªtica en un pa¨ªs en el que el 25% de la poblaci¨®n padece necesidades extremas, ilustradas por la tr¨¢gica cascada de muertes infantiles asociadas a la malnutrici¨®n. Las probabilidades de que las reformas imprescindibles sean aplicadas antes de las elecciones presidenciales de 2003 son remotas, con un Gobierno que no ha sido elegido, luchas partidistas tribales y una pugna inacabable entre Buenos Aires y las provincias sobre c¨®mo disciplinar unos escas¨ªsimos recursos.
En Brasil, el equipo econ¨®mico del presidente electo habr¨¢ de resolver un complicado encaje de pol¨ªtica monetaria y fiscal, pero el centroizquierdista Lula sigue gozando de una aprobaci¨®n sustancial por parte de los mercados. No hay detalles sobre el programa de su futuro Gobierno, pero las promesas de continuidad parecen cre¨ªbles. Lula forma parte de los fantasmas del sector m¨¢s derechista del partido de Bush, pero no hay indicios de que el l¨ªder brasile?o vaya a sucumbir a la tentaci¨®n de proclamar basti¨®n antiimperialista a la d¨¦cima econom¨ªa del mundo. A diferencia de Argentina, Brasil ha aplicado pol¨ªticas de fondo acertadas y su econom¨ªa tiene por delante un gran potencial de reactivaci¨®n, apoyado en el dinamismo del sector exportador y la mayor competitividad derivada de la depreciaci¨®n del real.
El mensaje m¨¢s resonante del foro de R¨ªo es la necesidad imperiosa de un crecimiento apoyado en un reparto de la riqueza menos infamante: el 40% de la poblaci¨®n de Suram¨¦rica sobrevive con el equivalente a dos euros diarios. La vasta regi¨®n necesita m¨¢s compromisos con el desarrollo y menos planes de ajuste. Los pa¨ªses ricos tienen aqu¨ª un papel decisivo, predicando menos y dando m¨¢s en forma de comercio justo y sim¨¦trico, sin la hipocres¨ªa actual de exigir a los dem¨¢s la apertura de sus mercados mientras cierran los propios o reparten extravagantes subvenciones entre sus productores. Una versi¨®n filibustera de la globalizaci¨®n est¨¢ provocando un sentimiento de exclusi¨®n que es urgente atacar de ra¨ªz. No hacerlo debilita peligrosamente los mismos cimientos del sistema democr¨¢tico.
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