Sensacionalismo 'light'
Mira t¨² por d¨®nde comenz¨® con una declaraci¨®n de principios: no utilizar el coraz¨®n como anzuelo ni convertir a nadie en objeto de mofa. Vista la primera edici¨®n puede afirmarse que el prop¨®sito se ha cumplido, pero tambi¨¦n que la coartada de no recurrir al cotilleo o a la parada de monstruos no exime de sensacionalismo. Mal administradas, las buenas intenciones tambi¨¦n supuran morbosidad. La estomagante ternura con la que se tratan seg¨²n qu¨¦ temas puede resultar casi tan obscena como una dosis de T¨®mbola y las im¨¢genes de la pol¨¦mica autopsia brit¨¢nica tan pornogr¨¢fico como pagarle 40.000 euros a una ex viuda empastillada para que comente su reiterativa biograf¨ªa hormonal. El que est¨¦ libre de morbosidad, pues, que tire la primera piedra. Mira t¨² por d¨®nde es una telerrevista que, de un modo bastante superficial, trata temas de supuesto inter¨¦s. Un poco de drama (tremendos testimonios de enfermos y familiares), humor medi¨¢tico (merecido reportaje sobre el radiof¨®nico Fernando Echeverr¨ªa, perla de los mejores tiempos de La jungla y brazo sonoro de El tirachinas de la COPE), espect¨¢culo solvente (uno de los n¨²meros musicales de Mayuman¨¢), curiosidades (un concierto de cencerros protagonizado por ovejas o pueblos con nombres que dan tanta risa como, ay que me parto, La Poya), debate sobre la adicci¨®n al sexo o la ciberpornograf¨ªa, salud (los ronquidos) y dos recursos relativamente novedosos: teatralizar una falsa pausa publicitaria para justificar la emisi¨®n de v¨ªdeos cutres (conejos copulando y tal) y un resumen seudocr¨ªtico que parece un ensayo de El club de la comedia.
Esta intenci¨®n pluridireccional aleja Mira t¨² por d¨®nde de f¨®rmulas m¨¢s dependientes del v¨ªdeo dom¨¦stico o de proeza. A diferencia de aquellos formatos prefabricados, este programa presenta cierta complejidad y una idea m¨¢s elaborada que el recurso primario de concurso, patada a seguir y dentro v¨ªdeo. Paula V¨¢zquez y Liborio Garc¨ªa intentan reivindicarse m¨¢s all¨¢ de sus anteriores papeles de florero y perchero. No siempre lo consiguen, quiz¨¢s porque los guiones introductorios o de transici¨®n no ayudan a subrayar sus mejores bazas: tablas y naturalidad. Garc¨ªa recurre a ese campechanismo varonil ya superado y V¨¢zquez soporta las constantes referencias a su f¨ªsico.
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