Bush reduce la protecci¨®n de los bosques para favorecer a los madereros

El Gobierno de George W. Bush ha dado luz verde para la tala de ¨¢rboles en unos 78 millones de hect¨¢reas de bosque de Estados Unidos, desoyendo las cr¨ªticas de grupos medioambientales que lo consideran un pago pol¨ªtico a la industria maderera por sus generosas donaciones a las campa?as electorales republicanas. El plan elimina los an¨¢lisis de impacto en el ecosistema previos a la tala forestal, as¨ª como los requisitos de protecci¨®n de especies vegetales y animales en peligro de extinci¨®n de la normativa aprobada por Bill Clinton d¨ªas antes de dejar la presidencia.

En definitiva desaparecen las salvaguardas para evitar la deforestaci¨®n. Las decisiones quedan en manos de los directores de cada bosque, medida que seg¨²n la Casa Blanca pretende agilizar el proceso de planificaci¨®n forestal y ahorrar dinero anulando tr¨¢mites burocr¨¢ticos "innecesarios". Desde hace dos d¨¦cadas, antes de talar se hac¨ªan m¨²ltiples estudios cient¨ªficos que sol¨ªan durar un promedio de siete a?os, en los que adem¨¢s se fomentaba la participaci¨®n ciudadana. A partir de ahora ese proceso se reducir¨¢ a dos a?os como m¨¢ximo. Con ello, el Gobierno tiene previsto ahorrar 1.000 millones de d¨®lares en los pr¨®ximos diez a?os.

"Es un serio asalto a las protecciones b¨¢sicas que hemos tenido desde los ochenta", subraya Mike Anderson, analista de The Wilderness Society, una de las principales organizaciones medioambientales de EE UU. Jasmine Minbashian, coordinadora del otro grupo, Northwest Old Growth Campaign, opina que el Gobierno va a ayudar a las empresas a costa del medio ambiente: "Anteponen las ganancias a la ciencia".

Giro ambiental

Creen adem¨¢s que esta norma del Gobierno de Bush puede ser un pre¨¢mbulo de un mayor apoyo a las industrias en el pr¨®ximo Congreso de mayor¨ªa republicana en enero. A las quejas de los grupos ecologistas se han sumado las de una decena de congresistas y senadores en una carta dirigida al Servicio Forestal Nacional y al Ministerio de Agricultura, que igualmente ha sido deso¨ªda por el Ejecutivo. El funcionario de Agricultura que elabor¨® el nuevo plan, Mark Rey, fue precisamente el director de la Asociaci¨®n Nacional de Madereros durante dieciocho a?os, al que los grupos de oposici¨®n acusan de favorecer los intereses de esa industria.

De hecho, el plan aprobado es casi id¨¦ntico a la propuesta que hizo la asociaci¨®n de madereros a comienzos de a?o. Rey no ha respondido a las cr¨ªticas, pero lo ha hecho en su nombre la subdirectora forestal, Sally Collins, se?alando que las "similitudes son pura coincidencia". La propuesta -prevista para entrar en vigor en cinco meses a menos que los ecologistas logren paralizarla en los tribunales- afecta a 20 prados y 155 bosques nacionales.