El inspector sadomasoquista
Un experto en munici¨®n y l¨ªder fetichista, en la misi¨®n de la ONU a Irak
La misi¨®n de los inspectores de armas en Irak es muy delicada. Cualquier paso en falso puede desembocar en crisis internacional o en la guerra que desea George W. Bush. Pero si el trabajo que acaba de iniciar la Comisi¨®n de Vigilancia, Verificaci¨®n e Inspecci¨®n de las Naciones Unidas (UNMOVIC) es tan riguroso como el proceso de selecci¨®n de sus miembros, Sadam Husein no corre ning¨²n peligro. La alegr¨ªa con que han sido contratados los inspectores de UNMOVIC tiene su mejor ejemplo en el caso de Harvey John Jack McGeorge, un analista de munici¨®n que, pese a las supuestas exigencias cient¨ªficas de la tarea, carece de t¨ªtulos universitarios o acreditaciones acad¨¦micas. Nadie se preocup¨® de examinar el curr¨ªculo de McGeorge. Ni la ONU ni el Departamento de Estado de Washington.
"No me averg¨¹enzo, pero entiendo que mis actividades puedan causar desprestigio", afirma McGeorge
Si alguien hubiera comprobado las actividades del inspector habr¨ªa averiguado que, al margen de sus carencias cient¨ªficas, McGeorge es uno de los miembros m¨¢s notables del mundillo sadomasoquista estadounidense. Sus aficiones sexuales son, adem¨¢s de perfectamente legales, muy p¨²blicas: es fundador y ex presidente de Black Rose (Rosa Negra), una "asociaci¨®n de sadomasoquismo pansexual" con sede en Washington; ex presidente del Consejo de la Coalici¨®n Nacional para la Libertad Sexual, y miembro fundador de la Conferencia para el Liderazgo del Cuero, que organiza "sesiones de entrenamiento para actuales y futuros l¨ªderes de la comunidad del sadomasoquismo, el cuero y el fetichismo".
Nadie ha dicho que el gusto por el l¨¢tigo suponga un impedimento para inspeccionar los arsenales iraqu¨ªes. Resulta dudoso, sin embargo, que el presidente George W. Bush y su Administraci¨®n republicana, gente tan religiosa que se opone incluso al cond¨®n, se entusiasmaran ayer al leer The Washington Post, el diario que sac¨® a la luz el asunto tras una somera b¨²squeda por Internet. Aunque la derecha religiosa estadounidense deber¨ªa tener en cuenta que Black Rose comparte algunos de sus valores: la entidad de McGeorge preconiza la seguridad (recomienda que el tel¨¦fono de las urgencias m¨¦dicas est¨¦ siempre a mano, por si los intercambios de afecto entre socios causan da?os f¨ªsicos) y valora la importancia de la familia: la cuota mensual es de 35 d¨®lares para socios individuales, de 45 para parejas, y "de 60 para familias de tres personas". La p¨¢gina electr¨®nica de Black Rose no proporciona m¨¢s detalles sobre el tipo de grupo familiar que estrecha sus v¨ªnculos azot¨¢ndose en un club.
"Siempre he sido muy sincero respecto a lo que hago; soy quien soy y no me averg¨¹enzo, pero entiendo que mis actividades, tal como son percibidas por otros, puedan causar desprestigio a una organizaci¨®n (UNMOVIC) que no merece ese da?o", declar¨® Jack McGeorge.
El inspector carece de t¨ªtulos acad¨¦micos en las especialidades de bioqu¨ªmica, ingenier¨ªa qu¨ªmica o bacteriolog¨ªa, que, seg¨²n la ONU, se exigen a los especialistas de UNMOVIC. Pero no es un ignorante en materia de armas de destrucci¨®n masiva. Fue marine y miembro del Servicio Secreto de Estados Unidos, preside desde 1983 una empresa llamada Public Safety Group que asesora a varios Gobiernos y vende productos contra el terrorismo biol¨®gico, imparte seminarios sobre "uso b¨¦lico de agentes qu¨ªmicos y biol¨®gicos", y el a?o pasado se entren¨® como inspector en Viena, despu¨¦s de una entrevista personal con Hans Blix, el jefe de UNMOVIC.
"Creemos que el se?or McGeorge es t¨¦cnicamente muy competente y que su vida privada no tiene por qu¨¦ interferir en su trabajo", afirm¨® Ewen Buchanan, portavoz de UNMOVIC. Buchanan admiti¨®, sin embargo, que no se hab¨ªa realizado ning¨²n tipo de examen sobre las circunstancias y antecedentes de McGeorge.
Jack McGeorge fue admitido de forma autom¨¢tica en el grupo de 300 inspectores de UNMOVIC porque, seg¨²n Buchanan, ven¨ªa recomendado por el Gobierno de Estados Unidos. El Departamento de Estado se?ala que se limit¨® a incluir a McGeorge en una lista de nombres enviada a la ONU para que fuera la organizaci¨®n internacional la que realizara la selecci¨®n.
Antiguos inspectores de armamento, como Richard Spertzel, especialista en guerra biol¨®gica, denuncian que el problema de fondo es, m¨¢s que la mala selecci¨®n de los miembros de UNMOVIC y sus posibles carencias t¨¦cnicas, la mansedumbre del equipo.
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