La mejor de las perdiciones

Los escritores prendados de ?frica lo est¨¢n de cada palmo del continente, pero secretamente ciertas querencias les llevan y traen m¨¢s que otras. En el caso de Javier Reverte (Madrid, 1944), parece que el Nilo (los Nilos) es su gran acicate africano. En este nuevo libro, Reverte se pierde (tambi¨¦n en sentido sentimental) por Etiop¨ªa, Sud¨¢n y Egipto, los grandes gigantes nil¨®ticos. Y lo hace con algo que todo viajero deber¨ªa transportar a espuertas: capacidad para el di¨¢logo y humildad para escuchar. No en vano se abre con un ep¨ªgrafe de Pierre Loti que habla de "la fantas¨ªa de un lento paseo". Un sinf¨ªn de encuentros y opiniones no s¨®lo adorna el relato, sino que forma parte esencial del viaje. Reverte, como escritor, siempre ha tenido o¨ªdo para los di¨¢logos, y desde luego que los que el viaje levanta del silencio le interesan sobremanera.

S¨®lo partiendo del encuentro concreto, puede el viajero-escritor remontarse a las grandes cuestiones hist¨®ricas, que tan a menudo se olvidan al contar las aventuras africanas. Para Reverte, sus tres pa¨ªses protagonistas comparten no s¨®lo el Nilo, sino la experiencia del fracaso de sus sue?os colectivos: Etiop¨ªa ha sido pagada en nuestros d¨ªas en aislamiento y olvido oce¨¢nicos, Sud¨¢n en marginaci¨®n como integrante del fantasmag¨®rico "eje del mal", y Egipto simplemente nunca pudo ejercer su pasi¨®n de imperio y se debate en contradicciones sociales que en cualquier momento podr¨ªan desembocar en convulsiones. De ah¨ª que Reverte busque el retrato de hitos claves de el fracaso de esos pa¨ªses: el derrocamiento de Haile Selassie y la dictadura de Mengistu en Etiop¨ªa, el choque del Sud¨¢n rebelde e islamista del Mahdi con el imperio brit¨¢nico y la realidad de la vida bajo la shar¨ªa de hoy, y la nostalgia que en El Cairo flota a¨²n del fulgor nasserista. En los tres pa¨ªses, Reverte se cuida muy bien de mostrarnos, a la par que el peso de la historia, la habilidad de la gente para buscar una vida tolerable. Por eso el libro es bienhumorado, y a ello contribuye una prosa cuya transparencia es el mejor veh¨ªculo para contar que "?frica siempre es sutil".

Los caminos perdidos de ?frica enlaza con obras anteriores como El sue?o de ?frica y m¨¢s directamente con Dios, el diablo y la aventura, sobre Pedro P¨¢ez, el jesuita espa?ol que descubri¨® el Nilo Azul. Reverte reflexiona sobre ese nexo y las motivaciones que le impulsan a volver y volver a ?frica: no el Nilo Azul o cualquier otra meta concreta, sino el hecho mismo de perderse por all¨ª, que es la mejor manera de encontrarse con algo. Una vez m¨¢s, el viaje como acicate para luego contarlo. Para poder pintar Etiop¨ªa como ¨¢mbito ¨¦pico, Sud¨¢n como reino de la luz, o la fuerza endemoniada y la simult¨¢nea fragilidad de El Cairo.