Una rica variedad

Con criterios claros -autores nacidos despu¨¦s de 1960 y que residan en Espa?a, sean o no oriundos-, Andr¨¦s Neuman ha elegido 30 autores para esta antolog¨ªa. Entre los conocidos: desde Almudena Grandes hasta Eloy Tiz¨®n pasando por Rodrigo Fres¨¢n, Juan Bonilla, Mercedes Abad, Jord¨ª Punt¨ª, Jos¨¦ Manuel de Prada, Antonio Ben¨ªtez Reyes y el mismo Neuman. Entre los menos conocidos: Guillermo Busutil, Graciela Baquero, Nuria Barrios o Fernando Iwasaki. De todos se incluye una po¨¦tica: el cuento, como la poes¨ªa, parece facilitar la reflexi¨®n formal expl¨ªcita, que adopta variados estilos: listas tradicionales, linajes sorprendentes, digresiones, f¨¢bulas sobre los relatos, y, por supuesto, admisi¨®n de la deuda con los cl¨¢sicos. El ¨²nico que no est¨¢ -y sin embargo est¨¢- es Raymond Queneau: la combinatoria de Ejercicios de estilo es quiz¨¢ la base, advertida o no, de muchas b¨²squedas aqu¨ª incluidas.

A pesar de la variedad, se pueden establecer en esta antolog¨ªa modos de funcionamiento m¨¢s o menos reconocibles: el cuento que plasma un rasguido del orden del cosmos, el que surge de una ruptura l¨®gica y el que viene de la voluntad de representar un fragmento de vida, sea ¨¦sta lo que sea. De las tres, la m¨¢s caracter¨ªsticamente hisp¨¢nica es la ¨²ltima, mientras que las otras dos han sido incorporadas m¨¢s tard¨ªamente al cuento espa?ol, como se comprueba si se atiende al origen y a la formaci¨®n literaria de los no-oriundos presentes en este libro.

Esto hace que el volumen

sea rico y revelador en tendencias: en una ¨¦poca tan reticente a las tareas est¨¦ticas colectivas, el cuento exige conciencia de artesano y, por tanto, experiencia de taller, incluso cuando no se asista o haya asistido a ninguno. El taller del cuento -real o figurado- sirve, como dice Neuman, para cortar, para eliminar amplificaciones innecesarias, reiteraciones y pleonasmos: ¨¦sta es la lecci¨®n m¨¢s duradera y la que permite al lector establecer, dentro de los 30 autores, cierta jerarqu¨ªa: existen, por ejemplo, los que cortan bien; existen los que abruptamente terminan.

Por fin, como se?ala Merino en el pr¨®logo y como atestigua el manifiesto de los autores que abre el libro, los reunidos reinvidican, a pesar de las diferencias de asunto y tratamiento, una suerte de esp¨ªritu de pertenencia a una pr¨¢ctica ancestral desbaratada por las tendencias del mercado. M¨¢s all¨¢ de esta reivindicaci¨®n que a todos re¨²ne y que nadie puede dejar de suscribir, en esta antolog¨ªa hay cuentos -entre otros, los de Abad, Ben¨ªtez Reyes, Mart¨ªnez de Pis¨®n, Fres¨¢n, Punt¨ª, Tiz¨®n o el mismo Neuman- que son potencialmente referencias: contienen la dosis justa de destreza y habilidad, de refinamiento verbal. Son formalmente estimulantes y, por tanto, ser¨¢n recordados.