El relato del carcelero de Maria ?ngels Feliu causa estupor al presentarse como protector
Sebasti¨¤ Comas esperaba que la farmac¨¦utica de Olot le pagara un abogado
"Me tom¨¦ dos whiskys que me sentaron bien y vi claro que deb¨ªa ser esa noche". As¨ª describi¨® ayer en la Audiencia de Girona Sebasti¨¤ Comas Baroy, el carcelero de Maria ?ngels Feliu, el momento en que tom¨® la determinaci¨®n de liberar a la farmac¨¦utica de Olot. Su decisi¨®n llegaba muy tarde. Tras 492 d¨ªas de suplicio para la secuestrada, que permanec¨ªa recluida en condiciones infrahumanas en un l¨®brego zulo en el que no pod¨ªa permanecer de pie. El acusado, para el que el fiscal pide 20 a?os de c¨¢rcel, asegura que no actu¨® antes porque tuvo "un bloqueo mental que debe explicar un experto en psicolog¨ªa". El relato y los comentarios de Comas causaron ayer estupor en la sala: el carcelero se atribuy¨® el papel de protector.
La tranquilizaba cuando Ullastre, con un distorsionador de voz, la amenazaba con cortarle los dedos
La segunda Navidad que pas¨® en el 'zulo', le llev¨® comida cocinada
Seg¨²n la versi¨®n de Comas, fue Ramon Ullastre, el propietario de la casa donde se construy¨® el zulo, quien le meti¨® en el secuestro. Primero le habl¨® de "guardar un paquete". Fueron un par de veces a buscarlo en un punto convenido, pero nadie se present¨®. "Cuanto menos sepas, mejor", recuerda que le hab¨ªa dicho Ullastre. El 20 de noviembre de 1992, el presunto cerebro del secuestro le llam¨® al restaurante en el que trabajaba como camarero y le dijo: "Tengo el pajarito en la jaula". Comas declar¨® que nunca pens¨® que pudiera tratarse de una persona. Hasta que Ullastre abri¨® el maletero del coche ante ¨¦l y vio un cuerpo acurrucado envuelto con una manta. "Con la mirada me lo dijo todo. Ya hab¨ªa pringado", explic¨®.
El camarero record¨® que en principio, tras escuchar alg¨²n gemido proveniente del cuerpo, pens¨® que se trataba de un atropello. Ullastre le sac¨® de dudas. Ser¨ªa un secuestro r¨¢pido. En cosa de una semana pod¨ªa ganar entre 6 y 10 millones. La sentaron en una silla y entre los dos la bajaron al s¨®tano de la casa. Comas prefer¨ªa ayer llamar "cuarto" o "despensa" al zulo h¨²medo y sin luz que Ullastre hab¨ªa preparado. El acusado admiti¨® que le dijeron a Feliu que eran de ETA para asustarla y que la primera voz que fingi¨® ante ella ten¨ªa "acento vasco". No tuvieron que usar las argollas y las cadenas que hab¨ªa en el zulo: "Aquella pobre se?ora era tan mansa...", declar¨® ayer Comas.
El detenido justific¨® que no denunciara el secuestro por el temor que le infund¨ªan Ullastre y sus "amistades de uniforme". Despu¨¦s de encerrar a Feliu en el agujero, Comas dijo que sent¨ªa "rencor y rabia" hacia Ullastre porque le hab¨ªa traicionado, pero no pudo expres¨¢rselo libremente porque tem¨ªa que Feliu pudiera o¨ªrle.
Feliu y su carcelero jam¨¢s se vieron las caras en su extra?a convivencia de 16 meses. Ella le conoc¨ªa como I?aki y ¨¦l le hablaba con acento sevillano, imitando a un compa?ero que tuvo en la mili. Ayer, con alarde persuasivo, sosten¨ªa que hizo "todo lo posible para que Maria ?ngels estuviera bien". Como ejemplo de su dedicaci¨®n, explic¨® que le daba conversaci¨®n y que le permit¨ªa salir del agujero durante 20 o 30 minutos al d¨ªa para que hiciera ejercicio por el s¨®tano. Que al cabo de 20 d¨ªas del secuestro la sac¨® de la total oscuridad en que viv¨ªa entreg¨¢ndole una vela y un encendedor. Que le cambi¨® el aparato de radio que ella siempre ten¨ªa encendido por otro mejor y que le gradu¨® el volumen.
Que le sacaba los bichos que la molestaban y la tranquilizaba cuando Ullastre, utilizando un distorsionador de voz que le permit¨ªa hacer m¨²ltiples papeles, la amenazaba con cortarle los dedos. Explic¨® que la alimentaba con conservas y bocadillos; al principio diariamente, m¨¢s tarde, s¨®lo cada dos d¨ªas. "Si me hubieran dejado la cocina, le hago una paella o una zarzuela de pescado", dijo, para que quedara clara su buena intenci¨®n. De hecho, la segunda Navidad que Feliu pas¨® en el zulo, le llev¨® una comida cocinada. Y en alguna ocasi¨®n hasta le compr¨® vino: "De Rioja, porque era toda una se?ora, estuviera donde estuviera", insist¨ªa ante el tribunal.
Comas admiti¨® que la humedad que se filtraba por las paredes del zulo hubiera podido causar un desprendimiento capaz de sepultar a la prisionera. Y tambi¨¦n haber o¨ªdo el roer de las ratas que deambulaban por el s¨®tano. Tras los primeros 10 o 12 d¨ªas, los secuestradores ya vieron que la cosa pod¨ªa no ser el "plis plas" que supon¨ªan: Comas se puso un colch¨®n y una televisi¨®n en el s¨®tano donde se encontraba el zulo.
A mediados del secuestro, al enterarse de que acusaban a Joan Casals y Xavier Bassa del asesinato de la farmac¨¦utica, tom¨® precauciones y espaci¨® sus visitas al garaje. A partir de entonces s¨®lo iba cada dos d¨ªas. A preguntas de la defensa de Casals y Bassa, dijo que en m¨¢s de una ocasi¨®n estuvo tentado de enviar un an¨®nimo a la polic¨ªa para que les liberaran, pero no lo hizo.
Las charlas entre Feliu y su carcelero fueron increment¨¢ndose a medida que ¨¦ste acud¨ªa a la casa con menos asiduidad. "Conmigo se desahogaba. Cuando o¨ªa mi voz, estaba en otro mundo", dec¨ªa ayer Comas.
El carcelero de Feliu asegur¨® que hab¨ªa decidido liberarla por su propia iniciativa, porque "todo tiene un l¨ªmite". El suyo lleg¨® tras 492 d¨ªas, la tarde el 27 de marzo de 1994. Comas confes¨® ayer en la sala de vistas su convencimiento de que Feliu podr¨ªa estar muerta si ¨¦l no la hubiera liberado: "Quer¨ªan que se muriera en mis manos. ?Y eso s¨ª que no!". La meti¨® en su furgoneta y la dej¨®, en un lugar elegido al azar, cerca de una gasolinera de Lli?¨¤ de Vall (Vall¨¨s Oriental).
Sebasti¨¤ Comas asegur¨® ayer al tribunal que Feliu le prometi¨® que si volv¨ªan a encontrarse, aludiendo a una posible detenci¨®n, le pondr¨ªa "un abogado de los buenos". El carcelero de Feliu a?adi¨® que cuando le detuvieron todav¨ªa ten¨ªa la esperanza de que Feliu se lo ofreciera. Ayer quiso dedicar unas palabras a su v¨ªctima: "Que le quede claro que nos encontramos con mala gente y jam¨¢s quise hacerle da?o".
Feliu no quiereni verlos
Maria ?ngels Feliu podr¨¢ declarar sin sentir en su nuca el aliento de sus ocho supuestos secuestradores. El tribunal que juzga el caso decidi¨® ayer que la farmac¨¦utica y todos sus familiares citados a declarar, entre ellos su hermano y su padre, no tengan que verse las caras con los acusados. El magistrado Fernando Lacaba someti¨® a debate de todas las partes la petici¨®n cursada por el abogado defensor de Feliu, Carles Monguilod. La decisi¨®n, tomada a puerta cerrada, sin presencia del p¨²blico y los medios de comunicaci¨®n, supone que los acusados ser¨¢n llevados a una sala anexa en el momento en que se produzca la declaraci¨®n de los miembros de la familia Feliu. Podr¨¢n o¨ªr lo que digan los testigos, pero no verlos. Lacaba explic¨® que as¨ª se pretende evitar la "tensi¨®n emocional" que podr¨ªa generar el encuentro de Feliu con los acusados. El magistrado agradeci¨®, en nombre de la familia Feliu, que todos los letrados se hubieran mostrado de acuerdo con esta resoluci¨®n y reconoci¨® que hab¨ªan hecho gala de una "profesionalidad y sensibilidad digna de elogio". La declaraci¨®n de Feliu est¨¢ prevista para el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, d¨ªa en que se reanudar¨¢ el juicio.Maria ?ngels Feliu siempre ha reconocido que no desea tener ning¨²n tipo de relaci¨®n con las personas acusadas de haberla secuestrado, a pesar de que algunos de ellos han intentado ponerse en contacto con ella. Su letrado record¨® durante el juicio que uno de los acusados pretendi¨® hacerle llegar una carta a trav¨¦s de un sacerdote. Ayer mismo, al t¨¦rmino de la vista, su carcelero, Sebasti¨¤ Comas, insist¨ªa en que quer¨ªa hablar con ella.
Caen los disfraces
La barba postiza de Antonio Guirado, el polic¨ªa local de Olot que destap¨® el secuestro con su confesi¨®n, tiene a cada nueva sesi¨®n de juicio peor aspecto. Lo mismo sucede con la aparatosa peluca canosa de otro de los supuestos cerebros del secuestro, Ramon Ullastre, que va encaram¨¢ndose a su cabeza y deja al descubierto su nuca de pelo negro. No ser¨ªa extra?o que antes de que se acabe el juicio, que est¨¢ previsto que dure tres meses, cayeran todos los disfraces.Siguiendo la senda marcada por las declaraciones de Guirado y Ullastre, ayer Jos¨¦ Lu¨ªs Paz Garc¨ªa, alias El Pato, se neg¨® a contestar a las preguntas del fiscal y de la acusaci¨®n particular ejercida por Feliu. El fiscal mantiene que Paz formaba parte del grupo que captur¨® a Feliu. Seg¨²n el relato de fiscal¨ªa, Ullastre le prometi¨® su parte del dinero en forma de loter¨ªa premiada. En declaraciones anteriores hab¨ªa asegurado: "Guirado es el culpable, es quien lo ha montado todo". Ayer, a preguntas de su defensa, Paz dijo que no declar¨® libremente a causa de las presiones psicol¨®gicas de los investigadores de la Guardia Civil. Seg¨²n su versi¨®n de ayer, jam¨¢s tuvo contacto f¨ªsico con Feliu, ni supo d¨®nde estaba, ni en qu¨¦ condiciones.Buscar un paqueteS¨ª contest¨® a todas las preguntas Juan Manuel P¨¦rez, entrenador de f¨²tbol y supuesto colaborador en la construcci¨®n del zulo. P¨¦rez neg¨® haber soldado para Ullastre la puerta del zulo, como ¨¦ste afirm¨® en anteriores declaraciones. P¨¦rez explic¨® que Ullastre le prometi¨® "un buen regalo de Navidad" si le acompa?aba "a buscar un paquete". El detenido asegura que decidi¨® no colaborar con Ullastre, pero que jam¨¢s pens¨® que su propuesta fuera la de un secuestro. M¨¢s bien supuso que lo que le ofrec¨ªa Ullastre era "subir el dinero negro de unos empresarios hasta Andorra". Cuando al cabo de un tiempo se encontr¨® con Ullastre, ¨¦ste le recrimin¨® que no se hubiera presentado a la cita que ten¨ªan. Le insult¨® y le dijo: "No sabes con qui¨¦n te la juegas". Al enterarse del secuestro de Feliu, no le pas¨® por la cabeza que se tratara de lo que Ullastre le hab¨ªa propuesto. "Ullastre era el rey de la fiesta y siempre iba acompa?ado de autoridades", record¨® P¨¦rez. El acusado se refiri¨® tambi¨¦n a la buena relaci¨®n que manten¨ªa Ullastre con la Guardia Civil del pueblo y explic¨® que siempre llevaba pistola. Dijo que no tem¨ªa a Ullastre, aunque en una de sus declaraciones anteriores reconoci¨® que lo que sent¨ªa "m¨¢s que miedo, era p¨¢nico".Ullastre fue advertido ayer por el presidente del Tribunal, Fernando Lacaba, por los gestos y comentarios que lanz¨® durante la declaraci¨®n de Sebasti¨¤ Comas, cuando ¨¦ste le incriminaba. Comas se volvi¨® hacia ¨¦l y le espet¨® "?Qu¨¦, est¨¢s nervioso?".
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