Continuos enfrentamientos entre los 'ultras' de ambos equipos
La violencia volvi¨® a aparecer ayer en la Liga. Esta vez fue el estadio de El Sadar el lugar elegido por los ultras para mostrar la cara m¨¢s triste del f¨²tbol. El c¨®ctel de pol¨ªtica, fanatismo y alcohol provoc¨® numerosos enfrentamientos entre las hinchadas m¨¢s extremistas de ambos equipos. Unos 200 seguidores del Atl¨¦tico de Madrid, la mayor parte de ellos miembros del Frente Atl¨¦tico, desembarcaron en Pamplona con toda la parafernalia ultra.
Banderas preconstitucionales y s¨ªmbolos neonazis aparec¨ªan y desaparec¨ªan continuamente en la grada de los aficionados atl¨¦ticos. La secci¨®n m¨¢s violenta de la hinchada rojilla tambi¨¦n despleg¨® toda la parafernalia, esta vez proetarra, antes y durante todo el encuentro. Antes del pitido inicial, la pe?a Indar Gorri mostr¨® una pancarta contra la pol¨ªtica penintenciaria del gobienro y pronto florecieron las pancanrtas con consignas en favor de los presos de ETA. Tambi¨¦n se registraron c¨¢nticos en homenaje a Aitor Zabaleta, hincha de la Real Sociedad asesinado en Madrid por ultras atl¨¦ticos, que fueron contestados con insultos al difunto.
Pero el ambiente ya se encontraba caldeado desde la ma?ana. Algunos aficionados atl¨¦ticos llegaron a Pamplona en coches particulares y se registraron varios escarceos violentos aunque no fue necesaria la intervenci¨®n policial. Ya en las horas previas al encuentro y en las inmediaciones de El Sadar miembros de la pe?a Indar Gorri esperaban la llegada de sus rivales. Pese a la actuaci¨®n policial, varios cristales fueron destrozados y se produjo un intercambio de lanzamiento de objetos que se sald¨® sin heridos.
Pero fue durante el partido cuando se produjeron los hechos m¨¢s graves. La fotograf¨ªa de un periodista desencaden¨® la ira de los ultras blanquirrojos y comenz¨® una trifulca que tuvo que ser controlada mediante una carga policial. Pronto se repitieron los hechos.
Lanzamiento de sillas y otra carga policial. En esta ocasi¨®n, un hincha fue detenido, lo que provoc¨® la deserci¨®n de todos los aficionados atleticos. La grada se qued¨® desierta y muda. Pese a la alegr¨ªa mostrada por la hinchada rojilla, los ultras atl¨¦ticos volvieron tras quince minutos y durante la segunda mitad se registraron otra vez los mismos incidentes violentos.
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