Tamudo reflota al Espanyol ante un an¨¦mico Rayo

Cuando el Espanyol se queda en carne viva aparece el de siempre: Tamudo. O ¨¦l, o nadie. All¨ª estuvo frente a un Rayo ins¨ªpido, como si fuera inconsciente de lo chamuscado que pod¨ªa salir el perdedor de ayer en Montju?c. Tamudo calm¨® la ansiedad de los suyos con un gol temprano y encarril¨® la victoria blanquiazul cuando el Rayo levantaba t¨ªmidamente la patita en la segunda parte. Los dos goles de ¨²ltima hora redondearon el marcador pero lo importante estaba ya dicho.

Fue un partido at¨ªpico en el que los dos banquillos acabaron sin amo. Moya, sancionado con un partido tras haber sido expulsado en San Mam¨¦s, daba ¨®rdenes a su ayudante, Casanova, a trav¨¦s de un m¨®vil. Y Fernando V¨¢zquez se desga?itaba para adecentar un dispositivo descaradamente defensivo que, en apenas nueve minutos, qued¨® en evidencia. Ni siquiera apretujado en el ¨¢rea vali¨® para nada el inventario de recios y altos defensas del que tir¨® V¨¢zquez. Sac¨® un c¨®rner ?lex y Maxi, en el interior del ¨¢rea, remat¨® de cabeza m¨¢s s¨®lo que la una por m¨¢s d¨ªficil que parezca si se atiende a la de tipos que pululaban por all¨ª. Pero uno estaba al quite. Era Tamudo, que no tuvo que hacer gran cosa m¨¢s que empujar el bal¨®n tras el rechace de Exteberria. El m¨¦rito era ese, estar al quite, virtud de la que ayer careci¨® el Rayo. De haber estado ojo avizor tampoco se hubiera producido el segundo gol. Un error de Onopko al retrasar un bal¨®n, Graff que tampoco estaba por la labor y Tamudo de nuevo presto con el estoque. Esta vez tuvo que hacer m¨¢s: estar listo para reba?ar el bal¨®n, mirar d¨®nde estaba Etxeberria y, desde el v¨¦rtice del ¨¢rea grande, ser certero en el remate cruzado y con el exterior del pie. V¨¢zquez, para entonces, ya hac¨ªa compa?¨ªa a Moya en la grada: de la desesperaci¨®n que le produc¨ªa su equipo se hab¨ªa ganado la expulsi¨®n.

El Espanyol, que hab¨ªa recurrido a siete jugadores de la cantera, sac¨® al octavo: Jonathan Soriano, un delantero de 17 a?os, debut¨® en Primera, categor¨ªa por la que ya empieza a temer el Rayo. El toque de atenci¨®n de su presidenta, Teresa Rivero, tras el partido, no pudo ser m¨¢s clamoroso: "Mis jugadores me han dado verg¨¹enza. Ha sido la verg¨¹enza nacional. As¨ª nos vamos a Segunda Divisi¨®n. Un solo punto de dieciocho, y ahora nos toca jugar ante el Barcelona y el Betis. Lo veo muy mal".