Nadie falla en Mendizorroza

En Mendizorroza no quieren ver al Valencia ni en pintura. Tiene por costumbre ir a Vitoria y practicar la usura. Arriesga lo m¨ªnimo y casi siempre saca oro. Ayer acudi¨® con las mismas intenciones. Rafa Ben¨ªtez quiso condensar todo el choque en la ¨²ltima media hora. Procur¨® dormir el partido y, s¨®lo al final, encender el motor. El motor del Valencia, ya se sabe, es Baraja y empez¨® en el banquillo. Cuando ¨¦l entr¨® en juego pareci¨®, durante unos minutos, que llegar¨ªa el irremediable zarpazo. Sin embargo, se encontr¨® con el nuevo Alav¨¦s. El grupo de Man¨¦ no es ahora en diciembre el mismo de septiembre u octubre, aqu¨¦l que encabez¨® el r¨¢nking de equipos m¨¢s goleados. Nadie fall¨®, ni en el Alav¨¦s ni en el Valencia. Y, si alguien err¨®, ah¨ª estaban los tres porteros. Dutruel, magn¨ªfico; Ca?izares, ¨¢gil en sus dos intervenciones (la segunda le supuso la lesi¨®n); y Palop, seguro como siempre que se le necesita en una urgencia.

El partido se ajust¨® a los patrones de las ¨²ltimas temporadas: pocos goles y mucha t¨¢ctica, lo propio viniendo de dos equipos obsesionados por el orden. Bajo un aguacero considerable, aunque con un terreno de juego impecable, el Alav¨¦s se lo tom¨® m¨¢s en serio. Por fin empieza a ser un equipo reconocible, a tener el sello de Man¨¦, el "equipo cabr¨®n" que a?oraba Desio. Por ¨¦l, por el pivote argentino, empez¨® a construir el Alav¨¦s el partido. Entreteji¨® una presi¨®n que no se le recordaba hace meses, o mejor, semestres. Cort¨® las bandas al Valencia, anul¨® toda la media y se empe?¨® en vivir constantemente en el campo ch¨¦.

El Valencia, a diferencia del mi¨¦rcoles en la Liga de Campeones, se vio despose¨ªdo de la pelota. La l¨ªnea de medios, sin Baraja, se vio ahogada por la presi¨®n alavesista. El Valencia s¨®lo ve¨ªa en el horizonte la larga figura de Carew, y a ¨¦l se dirigieron todos los balones. Qu¨¦ remedio. El noruego no sac¨® ventaja de su envergadura, rodeado siempre por Desio, T¨¦llez o Karmona. M¨¢s preocupaci¨®n tuvo el equipo de Ben¨ªtez en su propia porter¨ªa, donde Ca?izares gan¨® dos encontronazos con Jordi.

Al Alav¨¦s le fallaron los ¨²ltimos metros. Asediaba, cortaba la salida del bal¨®n del Valencia, pero se perd¨ªa en el ¨¢rea y entre los fueras de juego que se?al¨® el ayudante de Turienzo. En lo dem¨¢s, sali¨® con nota del partido. S¨®lo tuvo dos errores flagrantes. El primero fue del valenciano Llorens, un habitual en estas lides en los ¨²ltimos tiempos. Le dej¨® a Angulo en bandeja un gol, pero el h¨¦roe del mi¨¦rcoles con el Ajax se entretuvo con los recortes. El segundo, de Karmona, el art¨ªfice de la mejor¨ªa defensiva del Alav¨¦s. Instantes despu¨¦s de recibir un fuerte golpe en la rodilla, cedi¨® un control a Juan S¨¢nchez, que no supo rematar ante Dutruel. Ah¨ª se agot¨® el bagaje del Valencia.

Ben¨ªtez debi¨® verlo m¨¢s negro que blanco porque, al margen de dar entrada a Baraja (signo positivo), no dio ninguna se?al de ir decidido en busca del triunfo. Es m¨¢s, redujo la n¨®mina de delanteros en el campo a la m¨ªnima expresi¨®n y dej¨® solo al joven Borja. Man¨¦ tambi¨¦n acab¨® recurriendo al argumento sentimental. Prob¨® con Ilie y con Rub¨¦n Navarro, viejos conocidos de Mestalla. No puede reproch¨¢rsele al Alav¨¦s que no lo intentara con todo. Incluso Astudillo tuvo la victoria en su bota derecha. Pero todo fue nulo. El Valencia es una roca, puro granito.