Venganza y guerra
Sharon se venga de las matanzas de los suyos; convendr¨ªa que sirvieran tambi¨¦n para vengar por anticipado las que los palestinos har¨¢n para vengar sus nuevos muertos. La palabra venganza es caracter¨ªstica de los patriotas. "... hasta las tumbas se abrieron gritando ?Venganza y guerra!". As¨ª cant¨® Bernardo L¨®pez lo que hizo nuestro "pueblo que al mundo aterra" -no se aflijan, es por la rima- con los franchutes del 2 de mayo de 1808, que ¨¦l no vio (esto lo escribi¨® en 1866). Los invasores no pudieron llamar a los majos "terroristas" porque la palabra a¨²n no ten¨ªa el sentido siniestro que ahora. Eran h¨¦roes, que tampoco es una vocaci¨®n recomendable. El h¨¦roe es el civil que, sin armas, acude al lugar del trabajo todos los d¨ªas cuando caen las bombas, merodean los tanques o le acosan los suicidas convertidos en proyectil. Prefiero el Madrid del 7 de noviembre de 1936, que cort¨® la llegada del fascismo -hasta que pudo-, al del 2 de mayo de 1808.
"?Venganza y guerra!" son palabras feroces y agresivas, se clamen por quien se clamen. Entre el Dios de Israel y el d¨²o Al¨¢-Mahoma no voy a preferir. Tan terrorista es el de uniforme como el civil que se hace bomba y mata ni?os; tan militar uno como otro. Y Sharon es tan general como Netanyahu: el partido del Likud ha preferido a Sharon porque es menos agresivo. ?Qu¨¦ horror! En el siglo de Bernardo L¨®pez se llamaba a los nuestros "guerrilleros": palabra que inventamos nosotros y pas¨® a todos los idiomas con aspecto de nobleza. Enfrentarse a un coracero o a un mameluco con una navaja es como tirar piedras a los tanques o meterse en una cafeter¨ªa de j¨®venes y matarse con ellos: una barbarie.
Lo condenable es la guerra. Aunque sea contra el Eje del Mal: contra el desvanecido y lloroso Arafat. Su destino estaba ya escrito, como dicen ellos mismos, su mektub hab¨ªa desbordado las manos de Al¨¢. Y quiz¨¢ este juego alternativo de venganzas termine cuando convenga al Imperio del Bien. Para lo cual nada mejor que continuar, d¨ªa tras d¨ªa, a?o tras a?os, elaborando planes de paz en lugares bellos y gratos, con divanes y mesitas donde los occidentales podr¨¢n poner los pies, mientras las vidas humanas siguen desgarr¨¢ndose. Pobres jud¨ªos, pobres ¨¢rabes.
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