La ciencia del cuento
El farmac¨¦utico sevillano Ricardo Ferreiro ha ganado m¨¢s de 30 premios de relatos
Al ilustre jurado del Premio Platero convocado este a?o por la ONU para promocionar el Club del Libro Espa?ol lo que m¨¢s le sorprendi¨® del autor de La felicidad a trav¨¦s de una ventana fue descubrir que quien escrib¨ªa el inquietante relato, merecedor del segundo premio -"un cuento lleno de vida y sentimiento", dijeron-, no era una mujer gallega como todos pensaban, sino un hombre, y andaluz. De Alcal¨¢ de Guada¨ªra, para m¨¢s se?as.
No era ¨¦sta la primera vez que sorprend¨ªa a un jurado literario el farmac¨¦utico Ricardo Ferreiro Almeda, de 44 a?os y padre de tres hijos. Cuando hace un lustro decidi¨® competir por primera vez en unas justas literarias y present¨® dos cuentos, bajo sendos seud¨®nimos, al premio de narraciones breves convocado por primera vez por el SAS, destinado a estimular las inquietudes creativas de sus trabajadores, la sorpresa volvi¨® a ser may¨²scula: Ferreiro era el autor de los cuentos merecedores de los dos primeros premios. La sorpresa no acab¨® ah¨ª, porque, al a?o siguiente, Ferreiro volvi¨® a ganar y... ?Se acabaron los premios literarios del SAS! No volver¨ªa a convocarse el concurso.
Tiene este hombre de ancestros gallegos cierto misterio en sus ojos. Parece austero. Le gusta correr maratones. Ha estado en Brasil, Lisboa, Madrid... compitiendo siempre en carreras largas; "a veces, de 100 kil¨®metros", dice. Pero, al margen de esto, su abuelo era un maestro ilustrado y su padre, qu¨ªmico; ¨¦l, farmac¨¦utico. Actualmente trabaja como jefe de Prestaciones Farmac¨¦uticas en la Delegaci¨®n de Salud de Sevilla. Escribe cuando puede. "O cuando me viene la inspiraci¨®n que, entonces, est¨¦ donde est¨¦, tengo que coger el bol¨ªgrafo...", precisa. Y gana siempre; o queda entre los primeros. Hace ya tiempo que dej¨® de contar los premios ganados, que, asegura, "ya pasan de 30". Como no vive de la literatura, lo de escribir se lo toma con calma; no se imagina sent¨¢ndose cada ma?ana ante un folio en blanco con la obligaci¨®n de contar algo.
Lector impenitente, adora a los autores suramericanos, en especial sus novelas. "Quiz¨¢ porque al estar escritas en espa?ol, es m¨¢s f¨¢cil penetrar en los matices que encierran". De ¨¦l siempre dijeron en su casa que era "un cuentista". "Y hoy, por lo que oigo, creo que me valoran porque transmito emoci¨®n. Yo cuento las cosas tal como son, sin adornos. No valgo para enrollarme".
Ferreiro se siente incapaz de inventar. "Como mucho, intento transformar lo que oigo". Quienes le leen le acusan de ser "un poco triste". "Yo no creo que sea as¨ª. Lo ¨²nico que hago es contar lo que ocurre en la vida. Y siempre dejo en mis cuentos una salida... Si es que la hay".
En la casa paterna siempre se dijo que "dedicarse a la ciencia era lo mejor para vivir". La contradicci¨®n, sin embargo, como le ocurriera a su padre, que se perd¨ªa por su afici¨®n al lat¨ªn y al griego, est¨¢ llevando a Ferreiro por los vericuetos inescrutables del cuento. ?Y gana premios!
Misterios literarios en la ONU
En su primer libro, La tierra del ma¨ªz (Giralda), Ricardo Ferreiro Almeida recoge muchos de sus cuentos premiados. No viene en ¨¦l esa historia, La felicidad a trav¨¦s de la ventana, que tanto impact¨® al jurado internacional del Premio Platero, convocado por la ONU. L¨¢stima. Porque podr¨ªa ser, sin duda, un ejemplo "de c¨®mo el absurdo rodea muchas veces a los premios literarios", dice. Tambi¨¦n porque en ese relato se expresa lo que, brotando de la pura realidad, es puro cuento. El autor, adem¨¢s, vierte en el texto premiado en Ginebra su origen gallego; y eso confunde.
La felicidad... cuenta la historia real de una mujer de aldea, avanzada a su tiempo, -"ech¨® al marido de casa a la semana de casada, adem¨¢s de practicar todo tipo de trasgresiones, como la de fumar", explica Ferreiro-, que, paradojas de la vida, muri¨® en la m¨¢s absoluta miseria y soledad, mientras su hermano multimillonario, residente en M¨¦xico, creaba a?os despu¨¦s en el pueblo una fundaci¨®n a la que dot¨® con m¨¢s de seis millones de euros (1.000 millones de pesetas). No hay que extra?arse, pues, que el ilustre jurado internacional de la ONU confundiese al andaluz Ferreiro con una mujer gallega.
Pero, al margen de esta an¨¦cdota, el farmac¨¦utico las cuenta ya por pares en su corta vida literaria. En un pueblo sevillano le han negado la participaci¨®n a cualquier concurso que tenga que ver con las letras. En sus cinco primeras ediciones, bajo distintos seud¨®nimos, siempre gan¨®.
Ha participado en premios de m¨¢s o menos enjundia. Y casi siempre ha ganado. Su sencillez causa asombro. Los jurados le alaban y en m¨¢s de una ocasi¨®n lo presentaron como "un gran escritor", cuando quien lo dijo "no hab¨ªa le¨ªdo ni una l¨ªnea m¨ªa", explica.
Ricardo Ferreiro no corrige mucho. "Lo justo". Tampoco se obsesiona con la perfecci¨®n. "No quiero cambiar los sentimientos que afloran en ese primer momento". Es un esc¨¦ptico. Tiene claro que hoy la literatura, los premios, la fama... "son cosa de modas y de los medios de comunicaci¨®n".
Hasta ahora no ha escrito nada que tenga que ver con su profesi¨®n, aunque apunta: "Preparo una novela hist¨®rica sobre Avenzoar, un farmac¨¦utico sevillano del siglo XII".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.