Nicole Kidman revive el drama de Virginia Woolf

La nariz? ?De verdad hay que hablar de la nariz? No me gusta hablar de la nariz". Aunque no le guste a Nicole Kidman, la falsa nariz (un ap¨¦ndice postizo que desencaja su rostro) le ha servido para que su caracterizaci¨®n de la escritora brit¨¢nica Virginia Woolf no pase desapercibida. La actriz australiana revive en Las horas la dram¨¢tica figura de Woolf, una mujer de inmenso talento que sufri¨® las torturas de las depresiones. El filme, versi¨®n cinematogr¨¢fica de la novela de igual t¨ªtulo de Michael Cunningham, se estrena en Estados Unidos a finales de este mes, aunque ya ha recibido el reconocimiento de los cr¨ªticos de EE UU, que la han elegido como la mejor pel¨ªcula del a?o. Kidman (Sydney, 1967) ha logrado dejar en los ¨²ltimos a?os el papel de mujer-estrella para comprometerse de lleno con su carrera de actriz.

Nicole Kidman siempre ha tenido fama de glacial y distante, pero la persona que esta ma?ana contesta a las preguntas de los periodistas es bastante m¨¢s c¨¢lida y sonriente. "Me he tomado ya cuatro tazas de t¨¦, estoy muy acelerada", dice. Son las 10 de la ma?ana y la actriz se resigna a explicar, una vez m¨¢s, el tema de la nariz: "Surgi¨® un poco por casualidad. Estab¨¢mos jugando con mi aspecto, yo ya me hab¨ªa estudiado el personaje. No quer¨ªa parecerme a Virginia Woolf, quer¨ªa absorberla, pero hab¨ªa que cambiar algo. La cara es el instrumento del actor y por eso mismo no puedes apegarte a ella, debes estar dispuesta a cambiarla. Por eso me encant¨® tener ese perfil".

Sin l¨ªmites

No es que la nariz sea lo esencial de la actuaci¨®n de Kidman, pero sin duda es el detalle que m¨¢s la distingue de Julianne Moore y Meryl Streep, los otros dos pilares de la pel¨ªcula con las que no comparte ni un s¨®lo di¨¢logo. "Kidman no tiene miedo a nada", dice el director de Las horas, el brit¨¢nico Stephen Daldry (Billy Elliot). Daldry explica que la implicaci¨®n de la actriz fue tan grande que hasta en la escena en la que se recrea el tr¨¢gico suicidio de la novelista, los tobillos del cad¨¢ver flotante que aparecen en el plano son los de ella y no los de una doble. "Es una suerte tener un buen papel y hay que hacerlo hasta el final. No quiero imponerme l¨ªmites", explica Kidman, que en Moulin Rouge se rompi¨® una costilla mientras ensayaba uno de los n¨²meros de baile.

Estos meses son especialmente intensos para la actriz australiana. Despu¨¦s de Las horas, estrenar¨¢ The Humain Stain, versi¨®n cinematogr¨¢fica de otra novela -esta vez de Philip Roth- donde comparte cartel con Anthony Hopkins, Ed Harris y Gary Sinise. Poco despu¨¦s se estrenar¨¢ Dogville, la ¨²ltima pel¨ªcula del cineasta dan¨¦s Lars von Trier, experiencia que podr¨ªa convertirse en una trilog¨ªa si el director y la actriz encuentran tiempo para rodar una segunda parte, Mandalay. "Me encantar¨ªa volver a trabajar con ¨¦l. Creo que tenemos muy buena qu¨ªmica", explica.

Antes deber¨¢ finalizar Cold Mountain, un drama sobre la guerra civil estadounidense que dirige Anthony Minghella (El paciente ingl¨¦s) y se est¨¢ terminando de rodar en Rumania, y empezar otros dos largometrajes pendientes: Birth, de Jonathan Glazer (Sexy Beast), y The Stepford Wives, de Frank Oz, un thriller de ciencia-ficci¨®n.

Nicole Kidman reconoce que sus ¨²ltimos papeles, sobre todo los m¨¢s oscuros y muy especialmente el de Virginia Woolf, tienen mucho que ver con los altibajos emocionales de su divorcio con Tom Cruise. "Es muy interesante ver c¨®mo ciertos personajes llegan en ciertos momentos de tu vida, cuando m¨¢s los necesitas. No estaba en una etapa especialmente alegre de mi vida y de alguna forma fue como una catarsis. En un momento de la pel¨ªcula Virginia dice que los muertos nos dan regalos. Y para m¨ª, ella fue un regalo. Fue una experiencia algo rara. En ese momento de mi vida la necesitaba, necesitaba interpretarla".

Ruptura

Hasta el momento, ni Cruise ni Kidman han querido hablar sobre las razones de su sonada ruptura. "Estoy en un momento en el que acepto lo que me pasa. Estoy dispuesta a aguantar los altibajos. Vivo el d¨ªa a d¨ªa. Parece una actitud existencialista pero no lo es. Yo qu¨¦ s¨¦. Antes mi vida era como un mapa. Sab¨ªa exactamente lo que iba a ser. Y he tenido que hacer un serio reajuste. Porque me cas¨¦ con 22 a?os pensando que ser¨ªa para siempre".

En el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Vanity Fair, Kidman negaba que su boda fuera una tapadera para ocultar la supuesta homosexualidad de Cruise (y la suya). "El matrimonio fue real. Existi¨® porque hab¨ªa dos personas enamoradas. Es as¨ª de sencillo. Se ha dicho que soy gay, que los dos ¨¦ramos gays. No creo que hay que demandar a nadie por decir estas cosas. Tom s¨ª. Es lo que quiere hacer [recientemente Cruise renunci¨®, sin embargo, a seguir demandando por 100 millones de d¨®lares a la ex mujer de uno de sus presuntos amantes]. No voy a los tribunales porque no me importa. La gente cuenta cualquier cosa". Ahora dice que sus dos hijos adoptivos, Isabella, de nueve a?os, y Connor, de siete, son sus "mejores peque?os amigos". "Siempre los llevo conmigo, pero Tom y yo nunca hablamos de ellos. Soy muy protectora. No quiero que nadie les fotograf¨ªe antes de que tengan 16 a?os. No quiero exponerlos al mundo antes de que sus personalidades se definan".

Con Las horas, Nicole Kidman es una clara aspirante a un Oscar (no se sabe todav¨ªa si en la categor¨ªa de mejor actriz o mejor actriz secundaria). Ser¨ªa la segunda nominaci¨®n, despu¨¦s de la de Moulin Rouge, y una nueva demostraci¨®n de que la protagonista de Los otros, la novia de Batman y la mujer de Tom es, tambi¨¦n, una gran actriz.