Benditos roedores
El descubrimiento de que nuestra especie comparte con los ratones el 99% de los genes puede resultar poco estimulante para una visi¨®n mec¨¢nica de la dignidad humana, pero es una noticia inmejorable para la investigaci¨®n biom¨¦dica. Muchas de las enfermedades m¨¢s comunes que afligen a la humanidad tienen una componente gen¨¦tica, y los genes implicados se est¨¢n descubriendo a buen ritmo desde que los investigadores disponen de la descripci¨®n del genoma humano. Pero los experimentos ¨®ptimos para dise?ar f¨¢rmacos y terapias contra esas lacras no pueden hacerse en los pacientes, y el genoma del rat¨®n presentado ayer viene a ofrecer una soluci¨®n a ese problema. A partir de ahora, la forma m¨¢s r¨¢pida de estudiar casi cualquier gen humano ser¨¢ buscar en una base de datos su equivalente en el rat¨®n (lo que lleva una fracci¨®n de segundo) y aprovechar la idoneidad de este roedor para la experimentaci¨®n gen¨¦tica y farmacol¨®gica, producto de un siglo de experiencia en los laboratorios de todo el mundo.
Cabe felicitarse de que el genoma del rat¨®n sea accesible de forma libre y gratuita para cualquier cient¨ªfico, sin m¨¢s requisito que una conexi¨®n a Internet. Es posible porque la investigaci¨®n, en la que han intervenido m¨¢s de 200 cient¨ªficos de 12 pa¨ªses, ha sido financiada por instituciones p¨²blicas, principalmente brit¨¢nicas y estadounidenses. El genoma del rat¨®n ha contado con una contribuci¨®n relevante de tres cient¨ªficos de Barcelona. Como Espa?a ha perdido todos los trenes imaginables en este campo esencial, cabe desear que este caso acabe constituyendo un precedente en lugar de una excepci¨®n.
Las incursiones de la empresa privada en la gen¨®mica han servido para acelerar notablemente los proyectos del sector p¨²blico, pero no han tenido la rentabilidad que esperaban sus impulsores. Las compa?¨ªas privadas podr¨¢n aprovechar ahora la informaci¨®n gen¨®mica p¨²blica para lo que saben hacer mejor: crear f¨¢rmacos. Pero las patentes y sus desarrollos comerciales tendr¨¢n que centrarse en aplicaciones biom¨¦dicas verdaderamente innovadoras, y no en la mera explotaci¨®n de una informaci¨®n gen¨¦tica que todos llevamos en cada una de nuestras c¨¦lulas.
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