Otra de guerra entre redes educativas
Considera el autor que la dial¨¦ctica escuela p¨²blica-escuela privada est¨¢ actualmente superada
Le¨ªa el pasado domingo (1-12-02) en estas p¨¢ginas un interesante informe titulado "Educaci¨®n destina a los conciertos el 32% del gasto para ense?anza no universitaria". Se da la circunstancia de que, no hace muchos d¨ªas, en un escrito p¨²blico dije que, en mi modesta opini¨®n, se declara mucho pero se debate poco en el ¨¢mbito educativo. As¨ª que he decidido no caer en mi propio reproche y seguir el hilo del sugestivo informe al que me refer¨ªa.
No es que me considere un experto en cuestiones educativas, como lo podr¨ªa ser un profesional del ramo. Mi introducci¨®n en este terreno se debe a mi compromiso como padre en la junta de la ikastola a la que van mis hijos y mi implicaci¨®n posterior en el Movimiento de Ikastolas. Es ah¨ª donde debe ubicarse esta humilde aportaci¨®n. Y dicho esto entrar¨¦ de lleno en el contenido del informe. Subyace en ¨¦l, con menci¨®n expresa y reiterada, la cuesti¨®n de "la guerra entre redes educativas". Ciertamente es un cuesti¨®n sustancial. Tan sustancial, como significativo el prisma desde el que cada cual aborda la materia.
Me parece perfecta la l¨®gica combinaci¨®n de obligaciones y derechos, en igualdad de condiciones
En mi opini¨®n, se declara mucho pero se debate poco en el ¨¢mbito educativo
As¨ª, en una direcci¨®n diametralmente opuesta a como lo hacen la mayor¨ªa de los expertos aludidos en el trabajo period¨ªstico -en alg¨²n caso incluso parad¨®jicamente-, nos encontramos con un reciente documento, el Informe Educativo 2002, emitido por la Fundaci¨®n Hogar del Empleado, con sede en Madrid y que aglutina a sectores progresistas ligados al PSOE y a IU. En la introducci¨®n del mismo, el dirigente socialista catal¨¢n Pasqual Maragall se?ala que "pasaremos del binomio escuela p¨²blica-escuela privada a un modelo de implicaci¨®n de todas las escuelas subvencionadas por fondos p¨²blicos en la absorci¨®n de los costes de la integraci¨®n social de la infancia a la juventud y el desarrollo de sociedades diversas con objetivos comunes".
Maragall reconoce que existe "una situaci¨®n crecientemente desfavorable a la escuela p¨²blica" y se?ala que "esta situaci¨®n ha de reequilibrarse", pero subraya que "no debe hacerse con medidas proteccionistas favorables a la escuela p¨²blica".
"Es necesario -preconiza seguidamente- un planteamiento m¨¢s global que reexamine y modifique las relaciones del sector privado concertado con la Administraci¨®n educativa, con el fin de conseguir un nuevo pacto escolar para avanzar hacia una red integrada e integradora de centros financiados con fondos p¨²blicos".
Alguien podr¨ªa sentirse tentado de atribuir esta propuesta a la marcada tendencia a la originalidad en el seno de su partido que, por distintos motivos, se le adjudica al pol¨ªtico catal¨¢n. Pero no es as¨ª en este caso. La posici¨®n de Maragall concuerda perfectamente con el contenido de otro documento, esta vez directamente atribuible a las m¨¢s altas instancias del PSOE en materia educativa. En Cuadernos Socialistas, publicaci¨®n oficial de dicho partido y editada en abril de 2002, se aboga por "un modelo de servicio p¨²blico de educaci¨®n: educar a todos entre todos".
"Nuestro prop¨®sito -se dice en ella- es conseguir que todos los centros sostenidos con fondos p¨²blicos tengan iguales derechos e iguales obligaciones, en la perspectiva de superar el debate entre la escuela p¨²blica y la escuela concertada que, seis a?os de gobierno del PP, han reavivado" (algunos de los expertos consultados por EL PA?S, entre ellos Isabel Cel¨¢a, se empe?an en culpar del desencuentro al "nacionalismo").
Para ello, seg¨²n el documento, los centros privados concertados se deben comprometer a cumplir unas obligaciones b¨¢sicas, que recoge en tres puntos fundamentales. "A partir de ese compromiso las Administraciones educativas, de acuerdo con las necesidades de escolarizaci¨®n, deben ser capaces de: Proporcionar a los centros concertados una financiaci¨®n suficiente para garantizar una educaci¨®n de calidad a todo el alumnado; incorporar la oferta de los centros privados concertados a la programaci¨®n general de la ense?anza para garantizar la estabilidad del sistema educativo; equiparar las condiciones de trabajo del profesorado en los centros concertados con las de los profesores de los centros p¨²blicos y regular las condiciones de la oferta de actividades educativas complementarias".
Como puede comprobarse, nada que ver con la tesis que sostiene el hilo conductor del reportaje. Desde la visi¨®n de las ikastolas, no s¨¦ d¨®nde habr¨ªa que firmar, pero me atrevo a asegurar, creo que sin riesgo a equivocarme, que estar¨ªamos dispuestos a hacerlo. La l¨®gica combinaci¨®n de obligaciones y derechos, en igualdad de condiciones, me parece perfecta. Tanto que desde las ikastolas lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo.
Pero hay m¨¢s. Desde los propios sectores progresistas de la ense?anza hoy se apunta en una direcci¨®n diferente a la que se alimenta en el reportaje. Mariano Fern¨¢ndez Enguita, reputado catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa, archiconocido en la esfera educativa, afirmaba recientemente que "hay f¨®rmulas intermedias entre lo p¨²blico y lo privado que permitir¨ªan encontrar un mejor uso de los recursos". Lo recoge la revista Escuela Espa?ola, en su n¨²mero 3599, correspondiente a la fecha 28 de noviembre.
Ciertamente hay quienes se empe?an en no moverse ni un ¨¢pice de los viejos esquemas de opci¨®n escuela-p¨²blica/escuela-privada. Pero deben saber que hoy, como ya se ha indicado profusamente, desde el ¨¢mbito progresista las reflexiones van en otra direcci¨®n.
Quienes se aferran a este esquema caduco har¨ªan bien en analizar una cuesti¨®n sustancial, que se plantea pero no se aborda en el reportaje que se halla en el origen de este escrito. Observa Alfonso Unceta, uno de los expertos consultados y muy poco sospechoso de enemistad con la escuela p¨²blica (a la saz¨®n ha sido viceconsejero de Educaci¨®n del Gobierno vasco), que "en las mismas o parecidas condiciones de subvenci¨®n [entre la red p¨²blica y la red concertada de ense?anza] el resultado ser¨ªa letal para la red p¨²blica". La cuesti¨®n sustancial que se plantea pero no se aborda es el porqu¨¦. Por qu¨¦ en igualdad de condiciones el ciudadano vasco preferir¨ªa enviar a sus hijas o hijos a un centro que no fuera gestionado en "r¨¦gimen funcionarial", como define Mariano Fern¨¢ndez Enguita.
Las consecuencias que se derivan de las posibles respuestas a esa pregunta son de tal calado que requerir¨ªan el espacio de otro art¨ªculo -m¨¢s bien de unos cuantos- para abordarlas. As¨ª que lo dejaremos para otra ocasi¨®n.
Koldo Tellitu es presidente de Ikastolen Elkartea-Partaide (cooperativa que agrupa a la mayor¨ªa de las ikastolas concertadas del Pa¨ªs Vasco).
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