En defensa de la "planta amiga"
Una asociaci¨®n de Sevilla defiende la despenalizaci¨®n del consumo p¨²blico y el cultivo de la marihuana
La sede de Arsec.Se, la Asociaci¨®n Ram¨®n Santos de Estudios sobre el Cannabis de Sevilla, es una antigua bodega situada en el l¨ªmite del casco hist¨®rico, junto a la calle Torneo. Una casa de dos plantas que hace un a?o estaba medio en ruinas y que hoy s¨®lo parece un poco destartalada. Los socios la han adecentado en sus ratos libres y ya es como el local de cualquier pe?a: una barra de bar, sillas y mesas, alguna habitaci¨®n que hace las veces de despacho y sala de reuniones, y muchas fotograf¨ªas del objeto de devoci¨®n. En este caso ni una advocaci¨®n mariana, ni un equipo de f¨²tbol, sino la planta de marihuana y la defensa de la despenalizaci¨®n del autocultivo y del consumo en p¨²blico.
"S¨®lo reivindicamos la normalizaci¨®n de la planta amiga. Somos una asociaci¨®n de estudiosos del cannabis que en ocasiones, como cualquiera, nos divertimos", asegura Enrique Valverde, el presidente y uno de los dos fundadores de Arsec.Se, que ech¨® a andar en agosto de 2001 y cuenta ya con 300 socios. Y de lo m¨¢s variopinto: j¨®venes de 21 a?os y se?oras que rondan los 70; estudiantes, m¨¦dicos, alba?iles, abogados, artistas, pensionistas y desempleados; solteros y casados.
La ¨²nica condici¨®n es ser mayor de edad y consumidor, espor¨¢dico o habitual, de esta planta. "Todos trabajamos o lo buscamos, tenemos familia, llevamos muchos a?os fumando y no estamos locos", subraya Miguel, un aparejador de cuarenta y tantos. "Y ninguno necesita pastillas para dormir", ironiza.
Entre los fines de la asociaci¨®n, seg¨²n recogen sus estatutos, destaca la difusi¨®n de informaci¨®n de todo lo relativo al cannabis "desde el punto de vista cient¨ªfico, m¨¦dico o legal". Adem¨¢s, estimula la investigaci¨®n, ofrece representaci¨®n legal a sus afiliados "ante el vac¨ªo legislativo entorno al consumo" y promueve la "defensa comprometida de la marihuana terap¨¦utica". "No constituye objetivo de la asociaci¨®n el fomento y la difusi¨®n del consumo de sustancia alguna", advierten los estatutos.
En la pr¨¢ctica, Arsec.Se funciona como un centro cultural alternativo. El calendario de actividades de diciembre ofrece una charla sobre "las aves en la provincia de Sevilla" dirigida por un miembro de la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa; una exposici¨®n de brasas y cenizas o la proyecci¨®n de un documental sobre Guatemala. Adem¨¢s, fiestas y m¨²sica en directo todos los viernes. Hace tres semanas celebraron el Primer Concurso de Cosecha Cannabica: los socios de Arsec.Se y de asociaciones de otras provincias presentaron una muestra de sus plantas y un jurado de expertos puntu¨® la textura, aroma, suavidad y efecto. El ganador se llev¨® un viaje para dos personas de fin de semana a Marruecos.
La programaci¨®n de la asociaci¨®n incluye tambi¨¦n varios talleres que se desarrollan durante todo el a?o. En el taller legal, un grupo de abogados ofrece asesor¨ªa jur¨ªdica a los socios que hayan sido pillados fumando en p¨²blico o cultivando cannabis. Ya tienen 15 expedientes abiertos. "No es l¨®gico que est¨¦ permitido fumar pero no cultivar", insiste Miguel, quien advierte de que "¨²ltimamente hay cierta tolerancia". "Pero no nos vale. Yo no quiero que me hagan un favor dej¨¢ndome fumar, sino que pueda hacerlo tranquilamente, como si fuera un puro o una pipa".
Otro taller se encarga de explicar las propiedades terap¨¦uticas de la marihuana. A ¨¦l acude regularmente una mujer con 65 a?os enferma de esclerosis m¨²ltiple que ha descubierto en el cannabis un alivio a sus dolores; igual que enfermos de c¨¢ncer, de Parkinson o que un joven parapl¨¦jico.
"No tengo necesidad de que me miren mal por fumar"
Faustino Iglesias fuma marihuana desde hace m¨¢s de 20 a?os. Prob¨® el hach¨ªs en la Universidad y empez¨® a consumirlo espor¨¢dicamente, hasta que hace cinco o seis a?os se hizo asiduo. "Llega un d¨ªa que te preguntas qu¨¦ ser¨¢ de verdad lo que te est¨¢s tomando", cuenta este actor de 42 a?os y due?o de una compa?¨ªa de teatro especializada en obras infantiles. "Era escrupuloso con muchas cosas, pero nunca me hab¨ªa preguntado por lo que me met¨ªa". Empez¨® a buscar informaci¨®n y un d¨ªa descubri¨® la revista C¨¢?amo, una publicaci¨®n mensual que se presenta a s¨ª misma como "la revista de la cultura del cannabis". "Fue como si se me hubiera aparecido la Virgen de Lourdes", cuenta.Zamorano de nacimiento, Faustino asegura que en el sur "el consumo se vive como algo m¨¢s normal, casi unido a lo antropol¨®gico". Quiz¨¢s por la cercan¨ªa con Marruecos. Est¨¢ casado y tiene dos hijos de 15 y 11 a?os ante los que fuma poco, pero m¨¢s por respeto que por pudor. "Tiene un olor fuerte y en sitios cerrados puede llegar a colocar", asegura. A los legisladores les pide "sentatez". "Si es necesario, que se comercialice en plan capitalista, aunque no tiene por qu¨¦. Lo que me importa es la libertad y no tengo necesidad de que nadie me mire mal", insiste.
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