Ronaldo recupera su 'bicicleta'
Sonoro triunfo del Madrid, en un gran partido del brasile?o y Ra¨²l, sobre un Mallorca debilitado en su defensa
El d¨ªa que Ronaldo recupera la bicicleta, o sea, su regate favorito, quiere decir que est¨¢ muy cerca de ser el que fue. Son Moix presenci¨® al Ronaldo en estado puro. El que encara al rival, lo enga?a y marca. Sin contemplaciones. Su segundo gol fue de esa guisa. Busc¨® a Marcos al borde del ¨¢rea y le ofreci¨® un doble enga?o. Primero al pasar el pie por encima del bal¨®n sin tocarlo; y despu¨¦s al inclinar su cuerpo hacia la derecha para salir disparado con la pelota por su izquierda. Y entonces, desde all¨ª, enviar un zurdazo seco, muy cruzado, justo por el ¨²nico ¨¢ngulo que no cubr¨ªa el larguirucho Leo Franco. El gol de Tokio parece haberle insuflado al brasile?o la confianza que necesitaba para despegar. Y ayer, incluso, anduvo listo para elegir la v¨ªctima en sus dos goles: Marcos, centrocampista que actu¨® de central para tapar las ausencias de sus compa?eros lesionados. Por ah¨ª se perdi¨® este atrevido y generoso Mallorca, que quiso jugar bien al ataque y lo hizo mientras no se descubrieron sus carencias defensivas, que fueron muchas y acabaron por destrozarle.
MALLORCA 1 - REAL MADRID 5
Mallorca: Leo Franco; Campano, Nadal, Marcos, Poli; Alvaro Novo, Lozano (Chichi Soler, m. 84), Riera (Robles, m. 75); Ibagaza; Eto'o (Tuni, m. 79) y Pandiani. Real Madrid: Casillas; Michel Salgado, Pav¨®n, Helguera, Roberto Carlos; Figo, Concei?ao, Makelele, Zidane (Solari, m. 72); Ra¨²l (Morientes, m. 84) y Ronaldo (Guti, m. 78). Goles: 0-1. M. 6. Figo adelanta a Ra¨²l y ¨¦ste a Ronaldo, que tira cruzado. 1-1. M. 17. Centro de Riera, Lozano cabecea y Eto'o remata. 1-2. M. 46. Ronaldo hace la bicicleta a Marcos y tira cruzado. 1-3. M. 62. Centro de Roberto Carlos y Ra¨²l desv¨ªa. 1-4. M. 65. Ra¨²l aprovecha un mal despeje. 1-5. M. 90. Guti, a pase de Morientes. ?rbitro: L¨®pez Nieto. Expuls¨® a Pandiani (m. 78) y amonest¨® a Eto'o, Makelele y Lozano. 23.314 personas en el estadio de Son Moix.
El Madrid sigui¨® enganchado al efecto Tokio, es decir, la puesta de largo de todas sus estrellas, que decidieron en Jap¨®n que ya era hora de ponerse las pilas. Si acaso, con la excepci¨®n de Zidane, que pareci¨® cansado de tanto trasiego y fall¨® m¨¢s pases de lo acostumbrado. Ra¨²l, en cambio, mand¨® callar. Se puso a la cabeza de la resurrecci¨®n. Est¨¢ decidido el madrile?o a ense?arles el camino a sus compa?eros. Aunque para ello haya tenido que reconvertirse en excelente pasador, habida cuenta de que comparte delantera con semejante depredador a su lado. Ya con el partido encarrilado, Ra¨²l se fue al centro del campo de Son Moix y, desde all¨ª, dirigi¨® todo el juego del mundo. Como si se tratara de un Guardiola zurdo. Pero no se conform¨® con eso, sino que, como recompensa a su entrega, hall¨® dos balones rondando el ¨¢rea y los envi¨® a las redes. Para recordar que sigue siendo un goleador. Una exhibici¨®n madridista a la que contribuy¨® en gran medida un inmenso Makelele, que barri¨® todo el centro del campo e incluso se las ingeni¨® para disimular las deficiencias de Concei?ao. A la fiesta madridista se fueron uniendo en la segunda parte nuevos invitados como Guti y Morientes, pero los grandes actores ya hab¨ªan encauzado la funci¨®n.
El equipo de Del Bosque comenz¨® fluido y a su segundo ataque ya hab¨ªa puesto de acuerdo a Figo, a Ra¨²l y a Ronaldo. Lo que es casi sin¨®nimo de gol. Una triangulaci¨®n muy sencilla e interpretada con naturalidad. Figo inicia la jugada, Ra¨²l la prolonga y Ronaldo la remata. A este paso Ra¨²l se convertir¨¢ en uno de los pasadores del campeonato. Y como si le hubiese dado pena por el rival marcar tan pronto, Ronaldo fue a interesarse por Marcos, maltrecho tras el gran desmarque del brasile?o. ?Vaya noche le dio a Marcos!
El partido naci¨® precioso, en vilo por el momento dulce de ambos equipos. El Madrid con el pie caliente tras su conquista de la Copa Intercontinental. Y el Mallorca con la cara bien alta tras su demostraci¨®n de coraje la semana pasada en Riazor. Las alternativas se sucedieron. El juego fue el¨¦ctrico. De aqu¨ª para all¨¢. Sin descanso. El p¨²blico de Son Moix se lo pas¨® en grande. Pero en este primer periodo el Mallorca fue m¨¢s arm¨®nico: todos defienden y todos atacan. Y el gol en contra no modific¨® en nada su idea, la de dar espect¨¢culo. Ya avis¨® Riera al enviar desde el c¨®rner derecho, a pie cambiado, un centro de rosca que Casillas despej¨® con dificultades. Pero quien m¨¢s se resisti¨® a la derrota fue Eto'o, un futbolista desequilibrante y diferente. No s¨®lo porque se meta entre l¨ªneas, corra por todas partes y no haya nadie que pueda atraparlo, por mucho que Del Bosque rogara a sus centrales que fijaran la marca sobre ¨¦l. Sino porque contagia su estado de excitaci¨®n a sus compa?eros. As¨ª fue como, inmediatamente despu¨¦s de ganarse una tarjeta por protestar, empalm¨® a gol un pase de cabeza de Harold Lozano. Empat¨® el partido e inici¨® una carrera enloquecida hacia el bander¨ªn de c¨®rner, al que hizo vibrar con un patad¨®n tremendo antes de gritarle al p¨²blico de Son Moix que ¨¦l no estaba dispuesto a perder.
Pero perdi¨®. Con Ronaldo dispuesto a todo, es dif¨ªcil que sea de otra manera. El brasile?o marc¨® al inicio de cada parte. Como si la pereza le llevara a concentrar su energ¨ªa para esos arranques de cada periodo. Tras el 1-2, el Mallorca quiso volver al partido y lo hubiera hecho de haber visto L¨®pez Nieto el leve agarr¨®n de Michel Salgado a Eto'o dentro del ¨¢rea. Como no lo vio, Ra¨²l se encarg¨® de marcar las distancias y el Madrid se march¨® definitivamente. Se recre¨® en su magn¨ªfica t¨¦cnica, bail¨® por momentos a su rival y el orgulloso Pandiani, que no pod¨ªa soportarlo, entr¨® de mala manera a Figo. Fue expulsado y no estar¨¢ ante la Real en Anoeta. Para evitar males mayores, Gregorio Manzano sustituy¨® entonces a Eto'o: ya hab¨ªa perdido a un delantero y no quiso perder al otro. Manzano entendi¨® que al Madrid, as¨ª, hay que hacerle el pasillo.
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