El capit¨¢n Nemo
No s¨¦ si Aznar anunci¨® su retirada calculando que su partido iba a perder las elecciones, y ¨¦l quedar¨ªa indemne, dedicado al pensamiento para el que no tuvo tiempo: su descubridor y jefe (antes), Fraga, dijo que primero se act¨²a y despu¨¦s se piensa. Otra tesis: presintiendo su Olimpo, Aznar profiri¨® el grito de torero, "?dejadme solo!" (ellos dicen "dejarme"), y el toro le cogi¨®. Tercera: con mayor¨ªa absoluta quiso ser lo que Franco no pudo, creador de un gran pa¨ªs. Fue en ese momento cuando se le hundi¨® su Prestige. Solt¨® los perros escu¨¢lidos de su cultura: padre y abuelo, escuela con Cristo en la pared, sue?os de imperio, Gibraltar espa?ol. Le salen alterados por su peque?a voz: acus¨® a Gibraltar para culpar a alguien de esta cat¨¢strofe. Tiene escuela del culpabilizador.
Aquello fue rid¨ªculo, y ahora culpa al pasado: a Gonz¨¢lez. A m¨ª qu¨¦ me importa, a Galicia y al Cant¨¢brico qu¨¦ les importa el pasado: esto es de aqu¨ª y ahora. Y este hombre no est¨¢. Nunca sabr¨¦ por qu¨¦; tampoco por qu¨¦ ha untado de pez, ha emplumado, a un Rajoy asustado y agotado, al que se le huye la sucesi¨®n. ?El secreto! Pol¨ªtica de los tres monos chinos: no hablar, no o¨ªr, no mirar. Hasta al Nautilus le mand¨® silencio: sus tripulantes hab¨ªan firmado un contrato de confidencialidad. El primer Nautilus fue un submarino con un capitan: Nemo: o sea, Nadie. Tenemos al Capit¨¢n Nadie mandando silencio en las costas. Pero el personaje de Julio Verne era un angustiado con un pasado triste, un rey de la melancol¨ªa submarina: y ¨¦ste es grit¨®n, un hombre que se quiere hacer ostensible cuando no hace falta. Se ha hecho admirar en todos los errores de los dos ¨²ltimos a?os, que se le hacen lepra. ?Por qu¨¦ se esconde ahora? ?Y Fraga, siempre gesticulante, siempre en primer plano, censor de los otros, por qu¨¦ desaparece? Nadie les hubiera culpado del naufragio: estos petroleros viejos que costean el mundo del Sistema, y Aznar es un puntito en el Sistema. Quiz¨¢ no hubiera podido hacer nada: quiz¨¢ tirar del asfalto con sus manos, como hacen miles de espa?oles sin Sistema. Fraga con sus calzonazos en Palomares estuvo grotesco, pero estuvo all¨ª. El Capit¨¢n Nadie va perdiendo sus elecciones, descubriendo su nada, a qui¨¦n sirve y por qu¨¦. El d¨ªa en que se le vaya la manipulaci¨®n del terrorismo de las manos, ser¨¢ un harapo.
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