Erasmo / Fuster
Un reciente art¨ªculo de Vicent Mart¨ª contra la corriente m¨¢s enrag¨¦e de los hagi¨®grafos de Joan Fuster, y la lectura del texto que publica Ricardo Garc¨ªa C¨¢rcel sobre Erasmo en Espa?a en el Cat¨¢logo de la Exposici¨®n Humanismo y Reforma en el s. XVI, organizada por la Direcci¨® General del Llibre, me invitan a tomarle prestado al ilustre historiador valenciano parte del organigrama que propone aplicar a Erasmo y al erasmismo para salir de los t¨®picos y de los errores de los numerosos tratadistas que de ¨¦l se han ocupado, sustituyendo el nombre de Erasmo por el de Fuster y el de erasmismo por el de fusterismo, esperando colaborar con ello a que Mart¨ª no dilate m¨¢s ese tratado que nos debe sobre Fuster y el fusterismo, m¨¢s all¨¢ de sus l¨²cidas invectivas contra lo que juzga beater¨ªa militante al servicio de la selecci¨®n/ocultaci¨®n lit¨²rgica de Fuster.
En primer lugar -siguiendo a Garc¨ªa C¨¢rcel-, deber¨ªa distinguirse entre el movimiento suscitado por (Fuster), el fusterismo (y preguntarse si se trata de una doctrina, de un movimiento de disc¨ªpulos o de un conjunto de ideas inorg¨¢nicas asumidas como referenciales por intelectuales aut¨®ctonos de diferentes ideolog¨ªas durante la segunda mitad del siglo XX) y la influencia pol¨ªtica que Fuster ejerci¨® en su dilatada ¨¦poca de producci¨®n.
A continuaci¨®n, habr¨ªa de distinguirse entre un fusterismo de relaci¨®n, que pudo ser directo o indirecto (los amigos); otro, referencial de representaci¨®n, en la medida que en un determinado per¨ªodo de tiempo ser vistos como fusteristas iba ¨¤ la page del valor pol¨ªtico-social del fusterismo; un tercer fusterismo de mercado (el de los editores, re-editores y lectores); un cuarto fusterismo de la moda, o del Fuster que tiene poco que ver con el fusterismo producido por ¨¦l o por sus seguidores; y, en fin, un quinto fusterismo, de las ideas comunes a todos los nacionalistas valencianos de corrientes ideol¨®gicas afines y menos afines, pero que a trav¨¦s de m¨²ltiples v¨ªas confluy¨® en un patrimonio ideol¨®gico que no necesit¨® a Fuster como fuente fundamental, es decir, el fusterismo alternativo de los fusteristas sin Fuster.
Con todo, el problema fundamental con Fuster (con Erasmo) acaba siendo, como traduce permanentemente Mart¨ª en sus escritos punzantes, el de la homologaci¨®n: "?Qui¨¦n homologa? ?Qui¨¦n establece el nexo de influencia o afinidad? ?Los que reivindican la vinculaci¨®n a (Fuster) o los que reciben la patente del propio (Fuster)?"
Por acabar con las sugerencias de Garc¨ªa C¨¢rcel, deber¨ªamos recordar que las relaciones entre Erasmo y Vives (entre ?Fuster y Climent?) fueron intensas hasta 1527. Despu¨¦s Erasmo abomin¨® de Vives. "?Se le puede considerar a Vives (Climent) igual de fusterista antes y despu¨¦s de 1527 (198...)?".
Y, finalmente, no olvidar que se ha vuelto urgente "establecer el matiz diferenciador entre el patrimonio fusterista y los usos y apropiaciones del mismo".
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