Schr?der amenaza con dimitir si los l¨ªderes del SPD no aceptan su autoridad
"El que gan¨® las elecciones fui yo y no el partido", exclam¨® el canciller en la ejecutiva
Gerhard Schr?der puso su dimisi¨®n encima de la mesa el lunes por la noche. En una reuni¨®n de la ejecutiva del SPD, el canciller alem¨¢n amenaz¨® con dejar el cargo, harto del l¨ªo de declaraciones de ministros y dirigentes del partido, especialmente sobre aumentos de impuestos, que ha llevado al Gobierno a hundirse en las encuestas a una velocidad desconocida en Alemania. "No estoy dispuesto a tolerar semejante barullo", dijo Schr?der. La amenaza dej¨® boquiabiertos a los socialdem¨®cratas y revel¨® la profundidad de la crisis pol¨ªtica por la que atraviesa el pa¨ªs.
El momento m¨¢s tenso de la reuni¨®n se produjo casi al principio, cuando Schr?der, visiblemente enfadado, hizo una oferta sorprendente: "Si alguien cree que puede hacerlo mejor, adelante", lo que se interpret¨® en la sala como una oferta de retirarse y ceder el mando a otro dirigente de la c¨²pula del SPD. Hubo un silencio glacial. Y nadie se atrevi¨® a aceptar el reto. El ambiente de la reuni¨®n era "deprimente", seg¨²n contaron ayer, citando fuentes de la ejecutiva socialdem¨®crata, dos peri¨®dicos alemanes, el Bild y el Frankfurter Rundschau.
Tras un primer intento por la ma?ana de desmentir o matizar la informaci¨®n, los portavoces del SPD acabaron aceptando que la historia, a grandes rasgos, es cierta. Posteriormente, el superministro de Econom¨ªa y Trabajo, Wolfgang Clement, proporcion¨® nuevos detalles que confirmaron que Schr?der, efectivamente, amenaz¨® con la dimisi¨®n ante el caos pol¨ªtico que sufre su Gobierno y el descomunal agujero de la Hacienda p¨²blica. Clement reconoci¨® ante un grupo de periodistas que el canciller pronunci¨® la frase en cuesti¨®n. A continuaci¨®n, el superministro a?adi¨®: "Nadie se ofreci¨® ; yo estuve muy atento, pero nadie se apunt¨®". La c¨²pula del SPD entendi¨® el mensaje, seg¨²n Clement.
Para la oposici¨®n, el incidente muestra que Schr?der est¨¢ cansado de gobernar en las actuales circunstancias y que ha perdido totalmente la autoridad entre los suyos. Desde que gan¨® las elecciones en septiembre pasado, apenas ha tenido respiro. Le ha estallado una crisis financiera (faltan 34.000 millones de euros de ingresos fiscales entre este a?o y el que viene); la oposici¨®n le acusa de haber ocultado esos datos a la poblaci¨®n para ganar los comicios; y sobre todo, las variadas propuestas de aumento de impuestos, algunas ya aprobadas, por parte de dirigentes de su partido han sacado de quicio a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Ahora mismo, el SPD va 22 puntos por detr¨¢s de la CDU en intenci¨®n de voto.
De la crisis financiera y del acoso de la CDU, Schr?der no puede culpar a su partido. Pero s¨ª de la cacofon¨ªa imperante a prop¨®sito de la presi¨®n fiscal, que es lo que m¨¢s le ha da?ado ante la opini¨®n p¨²blica. Y es lo que hizo el lunes. "Subiendo los impuestos no se pueden ganar elecciones", explot¨® el canciller, con la vista puesta en dos comicios regionales en febrero (Hesse y Baja Sajonia), que la oposici¨®n quiere convertir en un refer¨¦ndum sobre su gesti¨®n.
El detonante concreto de la crisis en el SPD ha sido el intento de varios presidentes regionales de introducir un impuesto sobre la propiedad, que afecta a los m¨¢s ricos. La semana pasada, Schr?der se mostr¨® p¨²blicamente en contra y consider¨® que los impuestos ya hab¨ªan subido lo suficiente. Pero el aparato del partido ignor¨® las cr¨ªticas del jefe y puso en marcha el procedimiento legislativo correspondiente para aprobar el proyecto. Schr?der se quej¨® en la reuni¨®n del lunes de que hay demasiados ministros y, sobre todo, presidentes regionales del SPD, que no le reconocen la autoridad debida como canciller. "El que gan¨® las elecciones fui yo, no el SPD", tron¨®.
De todas formas, distintas fuentes del partido aseguraron ayer que Schr?der no tiene car¨¢cter para abandonar el barco en medio de la crisis sin precedentes que azota Alemania. El golpe en la mesa en la reuni¨®n del lunes sirvi¨® b¨¢sicamente para alertar al SPD de que las cosas no pueden seguir como hasta ahora, si se quiere evitar una derrota espectacular en febrero. Una derrota que deslegitimar¨ªa la acci¨®n de Gobierno y complicar¨ªa todav¨ªa m¨¢s la posici¨®n del canciller.
Pero si ¨¦sa es la intenci¨®n, el efecto fue escaso. Apenas unas horas despu¨¦s del rapapolvo de Schr?der, varios dirigentes volvieron a la carga, imperturbables. El presidente regional de Baja Sajonia, Sigmar Gabriel, anunci¨® que el impuesto sobre la propiedad a los ricos seguir¨¢ adelante, diga lo que diga el canciller. Y la presidenta del land de Schleswig-Holstein, la tambi¨¦n socialdem¨®crata Heide Simonis, propuso adem¨¢s recortar las pensiones m¨¢s altas y endurecer el impuesto de sucesiones.
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