El cambio de m¨®vil, las c¨¢maras digitales y las videoconsolas, estrellas de la Navidad
La salida del t¨²nel comienza en Navidad. En este mes, las empresas tecnol¨®gicas (y cinematogr¨¢ficas) de todo el mundo se juegan que cuadren las cuentas de un a?o m¨¢s bien malo, pero con la esperanza de un 2003 mejor.
La campa?a navide?a en Espa?a tiene un a?o m¨¢s como protagonistas a los operadores de telefon¨ªa. Sin embargo, a diferencia de otras navidades, el objetivo no es que la gente llame con su m¨®vil -?se acuerdan de aquel "hola, soy Edu, feliz Navidad"?-. Este a?o la tentaci¨®n va hacia el cambio de aparato.
Si hay 32 millones de espa?oles con m¨®vil, el mercado no va a crecer mucho m¨¢s; as¨ª que el objetivo de Telef¨®nica M¨®viles, Vodafone y Amena, y de los fabricantes de tel¨¦fonos, es que su clientela adquiera nuevos modelos, que llevan incorporada c¨¢mara de fotos y permiten enviar mensajes multimedia. O sea, pasarse del SMS al MMS. La misi¨®n se presenta m¨¢s dif¨ªcil.
Hay m¨¢s batallas bajo el inocente manto navide?o. Como la de las videoconsolas. Con ellas, el juego dej¨® de ser cosas de ni?os. La salud de Sony no depende de sus televisores ni de sus pel¨ªculas, sino del ¨¦xito de la videoconsola Play Station 2, que este a?o cuesta la mitad que el anterior. La rebaja coincide con la entrada en este mercado de la voraz Microsoft, que, por primera vez, construye una m¨¢quina, y de juegos: la Xbox. Va acompa?ada en todo el mundo de una campa?a publicitaria de 5.000 millones de d¨®lares.
Pero si los nuevos tel¨¦fonos son para fotografiar, estas nuevas consolas son para ver cine y para navegar por Internet. Est¨¢ en juego cu¨¢l ser¨¢ el futuro rey de la casa: ?el televisor de plasma?, ?el ordenador multimedia?, ?la videoconsola con DVD e Internet? Fuera de toda duda queda que la familia, si se re¨²ne, ser¨¢ alrededor de un aparato.
Al margen de estas batallas, hay tendencias imparables que crecen al ritmo que decrecen sus precios. Es el caso de las c¨¢maras digitales, las pantallas planas y los ordenadores port¨¢tiles.
Si el juego ya no es cosa de ni?os, la tecnolog¨ªa tampoco es cosa (s¨®lo) de tecn¨®logos: afecta a todos y a todo, desde el sonajero de un beb¨¦, por ejemplo, a las webs dise?adas para ser le¨ªdas por invidentes. No es extra?o que el saco de Pap¨¢ No?l se llene de regalos que han perdido hasta el origen de su nombre: si un tel¨¦fono hace fotos, quiz¨¢ debe llamarse telefoto.
Y aunque parezca una lista sacada del colegio de Harry Potter, la carta de nuestros sue?os incluye ordenadores para ver pel¨ªculas, c¨¢maras de fotos para grabar v¨ªdeos y c¨¢maras de v¨ªdeo para grabar m¨²sica; tambi¨¦n un tel¨¦fono que dice si nieva y un reloj que te da el norte, y un collar para colocar memoria, y un tenedor para medir la temperatura, y un microondas que tuesta el pan; tambi¨¦n hay unos gorros que protegen de las radiaciones de todo lo anterior. Lo quiero.
Para la casa, un plumero que atrae el polvo y un perro que d¨¦ conversaci¨®n, pero sobre todo, ?quiero una casa sin cables! Si quiere llenar el saco, hay varias ideas (de menos a m¨¢s precio) en p¨¢ginas 4, 5, 6, 8, 10, 11 y 12.
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