Luis Manuel Ruiz y el grupo Narco
Afirma Luis Manuel Ruiz, en su art¨ªculo del pasado d¨ªa 1, que con la Iglesia ha topado el grupo de rock Narco por meterse con la Semana Santa.
El grupo Narco no hac¨ªa ninguna referencia a la Semana Santa ni a las hermandades, lo cual es bastante l¨®gico, porque durante 50 a?os al rock la Semana Santa se la ha tra¨ªdo al pairo, y las hermandades ni se han interesado ni han dejado de interesarse por el rock. Narco hace un disco cuyas canciones no tocan a la Semana Santa ni de refil¨®n. Pero a alguien se le ocurre la idea de introducir en el disco un videojuego que no tiene nada que ver con el disco y que s¨ª se mete con la Semana Santa. Un videojuego que el mismo Luis Manuel Ruiz califica de nefasto. ?Y tanto! Comenzando por el nombre, Matanza cofrade, y siguiendo por el contenido, que no era otro que destruir las im¨¢genes del Cristo de la Salud, el Gran Poder y la Esperanza Macarena, y matar nazarenos. Las cofrad¨ªas reaccionan y ponen la correspondiente denuncia. Y aqu¨ª deber¨ªa de acabarse el asunto.
Pero no. Se intenta aprovechar la ocasi¨®n para meterse con la Semana Santa. Una Semana Santa que algunos no entienden y a los que les molesta. Ya se sabe, pseudoprogresistas ilustrados de nuevo cu?o que ni entienden la realidad, ni la analizan, ni la aceptan. Las ideas se traducen en palabras. Pero a veces las palabras traicionan las ideas de quienes las dicen o las ponen sobre un papel. Las im¨¢genes, afirma Luis Manuel Ruiz, infestan la ciudad. Mucho infestar me parece a m¨ª. Y muy poco respetar los sentimientos de los dem¨¢s. Unos sentimientos, por lo dem¨¢s, mayoritarios en toda Andaluc¨ªa en general y en Sevilla en particular. Llevamos as¨ª casi 700 a?os. En la prosperidad y la decadencia, bajo el r¨¦gimen feudal, en la sociedad estamental y en la burguesa, en la monarqu¨ªa absoluta, en la dictadura y en la democracia. La realidad, que es muy dura y algunos quieren entenderla a cabezazos. Y si a eso se limitara la cuesti¨®n, tan s¨®lo tendr¨ªamos que preocuparnos por sus cabezas, que al fin y a la postre son suyas. Pero cuando se recurre a la tergiversaci¨®n y a la manipulaci¨®n, la cosa es ya otro cantar.
Los hermanos inscritos en las cofrad¨ªas son casi 200.000. Si tenemos en cuenta la escasa presencia femenina, la cifra hay que multiplicarla casi por dos. Teniendo en cuenta que Sevilla cuenta con unos 700.000 habitantes, nos lleva a que alrededor del 50% de la poblaci¨®n est¨¢ vinculada a las cofrad¨ªas. Y no hemos contado a los que les gusta la Semana Santa y no son hermanos.
Esas miles de personas tambi¨¦n tienen que ser respetadas. Si bien es cierto que las minor¨ªas tienen sus derechos, no menos son los de la mayor¨ªa. Ocurre que no es que los cofrades impongan que haya que cederles el paso a sus im¨¢genes, es que los cofrades, que son la mayor¨ªa de esta ciudad, tienen todo el derecho del mundo a manifestarse p¨²blicamente. Un derecho que est¨¢ recogido en la Constituci¨®n.
Que hay a quien no le gusta la Semana Santa, lo sabemos. Y est¨¢n en su derecho. Y tambi¨¦n en el de criticar. Que hay mucho que criticar en la Semana Santa y en las cofrad¨ªas. Pero lo que no es de recibo es tergiversar y manipular.
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