Paseo por la ladera silenciosa
Una vieja senda de le?adores recorre una de las zonas menos conocidas del valle de la Barranca, en Navacerrada
El camino Ortiz es una preciosa senda de herradura que recorre emboscada y sigilosa la ladera occidental del valle de la Barranca y que guarda, como un silencio m¨¢s de su naturaleza, el secreto de por qu¨¦ se llama as¨ª.
En vano hemos consultado a agentes forestales y monta?eros nonagenarios, vecinos y veraneantes de Navacerrada, cronistas y archiveros, mapas polvorientos e ¨ªndices onom¨¢sticos: del tal Ortiz, ni repajolera. Ni siquiera los directivos del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares saben de ¨¦l, y eso que deber¨ªan, pues en el verano de 2001 ordenaron plantar dos vistosos letreros con su nombre al principio y al final del camino.
Seg¨²n uno de los consultados, el veterano guarda de montes de Navacerrada Ricardo Dom¨ªnguez, Mingo, la senda fue anta?o muy transitada por gabarreros en busca de le?as muertas y por hacheros que sacaban los pinos por ella al paraje conocido como cargadero de las Astillas.
En el camino se encuentran el pino albar, la jara estepa y el enebro rastrero
Ahora: si el tal Ortiz fue uno de ellos, chi lo sa? El propio Mingo se aplica a s¨ª mismo el cuento del olvido: ¨¦l capt¨® hace 12 a?os en la Barranca, cerca del camino Ortiz, un venero que hoy lleva su alias. ?Pero qui¨¦n recordar¨¢ dentro de cien a?os al Mingo que dio t¨ªtulo a la fuente de Mingo? Ni el Tato. Pues eso.
Que un camino de la sierra deba su nombre a un perfecto desconocido no es, si se piensa bien, peor suerte que la de esas calles de Madrid que soportan los de personajes perfectamente conocidos, como los generales Per¨®n y Moscard¨®, que encima hacen esquina.
Con esa idea nos consolamos y nos echamos a andar por la pista de tierra que nace al final de la carretera de la Barranca, ascendiendo por la margen derecha del r¨ªo de Navacerrada, el cual vemos remansado en los peque?os embalses del Pueblo de Navacerrada y del Ej¨¦rcito del Aire. Antes de un kil¨®metro, la pista rebasa el ¨¢rea recreativa de Las Vueltas, traza luego una cerrada curva a la izquierda y, en la siguiente -que, l¨®gicamente, es a la derecha-, la dejamos para coger el camino Ortiz.
Adem¨¢s de los mentados letreros, varios paneles did¨¢cticos jalonan este camino que nos lleva suavemente desde los 1.500 hasta los 1.600 metros de altura, inform¨¢ndonos de trecho en trecho sobre especies vegetales como el pino albar, la jara estepa, el cantueso, la gayuba y el enebro rastrero; aves como el herrerillo capuchino o el pico picapinos; y montes como los que tenemos justo enfrente: la Maliciosa y el Pe?otillo. Este riscal, visto en pleno invierno por entre las ramas cargadas de nieve de los pinos, es Suiza.
A cuatro kil¨®metros del inicio -una hora y media de andar-, el camino Ortiz muere al encontrarse de nuevo con la pista del principio junto a la alta explanada (1.640 metros) que en tiempos ocup¨® el Real Sanatorio del Guadarrama, donde los tuberculosos gozaban de aire puro y un gran panorama: desde la sierra de Hoyo hasta El Escorial. Antes de ser dinamitado, sirvi¨® para rodar La noche de Walpurgis (1970), y como Walpurgis se qued¨® en la toponimia coloquial serrana.
Lo decimos por si alguien quiere poner un letrero con conocimiento de causa.
Unos metros m¨¢s adelante de donde se extingue el camino Ortiz, sale por la izquierda de la pista, casi como la prolongaci¨®n natural de aqu¨¦l, otro viejo camino, el que antiguamente permit¨ªa el acceso de carros al sanatorio. Por ¨¦l bajamos disfrutando de unas inmejorables vistas del embalse y del pueblo de Navacerrada, hasta llegar, transcurridas dos horas largas de marcha, al Ventorrillo, en el kil¨®metro 15 de la carretera de Villaba al puerto de Navacerrada.
El regreso desde este punto es bien simple, pues aqu¨ª vuelve a aparecer la misma pista que abandonamos al principio. S¨®lo tenemos que seguirla en direcci¨®n contraria. Esta pista, al discurrir a mayor altura que los viejos caminos, resulta algo m¨¢s larga y fatigosa, pero a cambio nos permite subir al mirador de las Canchas -insuperable, la perspectiva de la Maliciosa- y luego bajar dando un delicioso rodeo al fondo del valle de la Barranca. En total, cinco horas.
Preparados para la nieve
- D¨®nde. La Barranca se halla a 60 kil¨®metros de la capital yendo por la carretera M-607 (de Madrid a Navacerrada por Colmenar) y tomando el desv¨ªo se?alizado a la derecha nada m¨¢s pasar el hito del kil¨®metro 57. Hay autobuses de La Sepulvedana (tel¨¦fono 91 53048 00; salida del intercambiador de Moncloa) hasta el pueblo de Navacerrada, que dista tres kil¨®metros del valle de la Barranca.
- Cu¨¢ndo. Ruta circular de 16 kil¨®metros y unas cinco horas de duraci¨®n, con un desnivel acumulado de 550 metros y una dificultad media-baja, recomendable en cualquier ¨¦poca del a?o. En invierno podemos encontrar mucha nieve, por lo que resulta imprescindible llevar botas impermeables, guetrex y ropa de abrigo suficiente.
- Qui¨¦n. La Oficina de Turismo de Navacerrada (Cuartel, 2; tel¨¦fono 91 8560308) nos ayudar¨¢ a resolver cualquier duda sobre ¨¦sta y otras rutas que deseemos emprender por los alrededores del pueblo.
- Y qu¨¦ m¨¢s. Aunque el camino Ortiz est¨¢ bien se?alizado, el resto del itinerario carece de indicaciones, de ah¨ª que sea ¨²til llevar la siguiente cartograf¨ªa: mapa Sierra de Guadarrama, de La Tienda Verde (tel¨¦fono 91 53432 57); hoja 18-20 del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito o la equivalente (508) del Instituto Geogr¨¢fico Nacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.