El alcalde de Nueva York decide prohibir el tabaco en bares, discotecas y restaurantes

La cruzada antitabaco ha llegado donde nadie cre¨ªa posible: a los bares de Nueva York. La pr¨®xima semana, el Consejo Municipal aprobar¨¢ una propuesta del alcalde, Michael Bloomberg, antiguo fumador, que proh¨ªbe consumir tabaco en cualquier establecimiento p¨²blico, incluidos bares, restaurantes y discotecas. La normativa, que entrar¨¢ en vigor en primavera, aspira a proteger la salud de los fumadores pasivos, como los empleados que trabajan en esos locales. La medida afectar¨¢ a unos 13.000 establecimientos en la ciudad.

"Gracias a esta norma, unas 1.000 personas no morir¨¢n cada a?o por ser fumadores pasivos", dice Bloomberg. "Ya era hora de aplicar restricciones al tabaco en los lugares de trabajo, que tambi¨¦n incluyen bares y restaurantes".

No es la primera medida antitabaco del alcalde. Para paliar el tremendo d¨¦ficit que sufre Nueva York desde el 11-S, Bloomberg incluy¨® entre las recientes subidas de impuestos la de los cigarillos, que ahora cuestan m¨¢s de 7 euros el paquete.

Ya estaba prohibido fumar en restaurantes con capacidad para m¨¢s de 35 personas (aunque no en la barra, dependiendo de los establecimientos) y en oficinas. Ahora no se podr¨¢ encender un cigarrillo en bares, bingos, boleras o billares. La norma no afecta a habitaciones de hotel o coches privados.

Hay excepciones. Los bares y residencias de ancianos podr¨¢n construir peceras, con un sistema de ventilaci¨®n especial, para un m¨¢ximo de 40 fumadores, donde ning¨²n empleado podr¨¢ servir; la norma no incluye los bares especializados en puros (siete en Nueva York), terrazas sin toldos, clubs privados, tiendas de tabaco y locales directamente gestionados por los due?os (siempre que los propietarios no sean m¨¢s de cuatro.

"Nadie deber¨ªa tener que elegir entre salud y trabajo", dice el portavoz del Consejo Municipal. "No queremos castigar a los fumadores, sino proteger a los empleados". Quienes violen la norma se enfrentan a multas de entre 200 a 2.000 euros. La medida ha provocado numerosas protestas entre los propietarios de locales.