La c¨²pula del Ej¨¦rcito de Venezuela sigue fiel al presidente Ch¨¢vez
Una vez purgadas, las Fuerzas Armadas viven la huelga con lealtad
Sepultada la verdad por la propaganda y la arenga, la Venezuela en barricadas amamanta presagios aterradores. El Gobierno alerta contra sabotajes criminales y un eventual magnicidio. La oposici¨®n cita matanzas en ciernes, y dos oficiales sublevados el jueves afirmaron que el Gobierno distribuy¨® 400 fusiles entre matones del oficialismo. El alto mando de las Fuerzas Armadas permanece leal al presidente Hugo Ch¨¢vez.
No obstante, existen dudas sobre el rumbo de la reacci¨®n del alto mando militar si la convivencia social, actualmente hilvanada, se hace imposible y corre la sangre.
Los cuarteles acogen a "criminales, delincuentes y bandas armadas organizadas, cuyo ¨²nico fin es crear el terror y el caos", aseguraron en conferencia de prensa el ex jefe de la Divisi¨®n de Inteligencia, coronel Aguedo Rogelio d'Hoy, y su hermano, jefe de administraci¨®n log¨ªstica de la 31? Brigada de Infanter¨ªa, comandante Jes¨²s Omar d'Hoy. "Nuestras instalaciones militares son utilizadas para reuniones pol¨ªticas (...) que dejan en entredicho nuestra imparcialidad y apoliticismo".
La neutralidad de los regimientos no los convierte en eunucos y cabe pensar que, al integrar una sociedad donde sus miembros se llaman asesinos y bandidos, son ollas a presi¨®n contenidas por la obediencia debida. Algunos oficiales saldr¨ªan a detener al extremismo opositor y al centenar de militares dados de baja que, uniformados, llaman a la sublevaci¨®n. Otros, probablemente hayan llegado a la conclusi¨®n de que la gobernaci¨®n del pa¨ªs pasa por la renuncia del presidente. "No se conviertan con su silencio en c¨®mplices de este sistema Ch¨¢vez-Castro-comunistoide", pidi¨® D'Hoy.
Hacia el oeste de Caracas, en un mercado popular organizado por la Administraci¨®n, con precios rebajados, el coronel Luis Medori mencion¨® la extracci¨®n social como fundamento de lealtades: "Los oficiales del Ej¨¦rcito venimos de cuna humilde y nunca nos vamos a volver contra el pueblo". Cuantificar el contento o descontento castrense es imposible. Fuentes consultadas destacan que, tras el golpe de abril contra Ch¨¢vez, las tres armas fueron "purgadas a fondo" y las torretas de los carros de combate enarbolan hoy la bandera bolivariana. El comandante del Ej¨¦rcito, Julio Garc¨ªa, advirti¨® de que intervendr¨ªan si se llega a un l¨ªmite "cr¨ªtico" en la inestabilidad social.
El apoyo m¨¢s claro a favor de presidente provino del general de divisi¨®n Ra¨²l Baduel, jefe de la IV Divisi¨®n Blindada con base en Maracay que fue secretario personal de Ch¨¢vez. Anteriormente mand¨® la Brigada de Paracaidistas, decisiva para devolver a Ch¨¢vez al poder tras haber sido depuesto durante 47 horas. Los militares, dijo, defender¨¢n las instituciones del Estado y calific¨® de "ataque despiadado" al pa¨ªs la huelga que paraliza el monopolio p¨²blico del petr¨®leo (PVDSA). "No quiero hacer alardes de temeridad, pero los que tengan la idea peregrina de atentar contra Venezuela o mi familia me encontrar¨¢n con la misma determinaci¨®n cuando en abril pasado asum¨ª la defensa de las instituciones", advirti¨® Baduel.
Las presiones sobre los jefes militares con mando en tropa son intensas. El Gobierno observa el humor de los cuartos de banderas y proclama que el cuartelazo es imposible. No todos est¨¢n tan seguros. "Las bolas que no tienen los militares las tenemos las mujeres de Caracas", gritaba una se?ora en la plaza de Francia. Unas 50 esposas de oficiales en activo convocaban a la concordia: "Llenen de color las pantallas de televisi¨®n y den unas navidades alegres a los ni?os de pa¨ªs". La concordia parece imposible hoy d¨ªa en Venezuela.
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